Víctor Gómez Pin
Aristóteles nos presenta los axiomas de la matemática como los principios rectores del ser y, por consiguiente, tanto principios de esa modalidad del ser que constituyen las entidades matemáticas como de la modalidad del ser que constituye la physis. De hecho, en general, serían asimismo principios rectores del pensamiento y el lenguaje y en definitiva principios absolutos o auténticamente firmes.
Pero sin ir a tal grado de firmeza, aunque jerárquicamente estén subordinados a los anteriores, radicalmente importantes son también los principios rectores de la physis y de la determinación cognoscitiva de la misma, esos principios sin los cuales para Einstein "el pensar de la física, en el sentido ordinario del término sería imposible".
Pero tales principios rectores parecen en nuestro tiempo ya no ser tan firmes, y esta suerte de calamidad cognoscitiva, este derrumbe de los fundamentos de la inteligibilidad, es curiosamente extraordinario alimento para la metafísica, que ha encontrado en ello la ocasión, no ya de retornar a la problemática abordada por Aristóteles, sino quizás de sumergirse en ella de modo más abisal. Pues simplemente, Aristóteles, que no dudaba ciertamente de los axiomas de la matemática, tampoco tenía ninguna razón para dudar de los principios reguladores que Einstein reivindica con radicalidad tanto mayor cuanto que los ve amenazados. Es más, Aristóteles los da hasta tal punto por universales de la physis que, o bien no se ocupa de los mismos, o cuando lo hace (así en la Física sustentando en la contigüidad su concepto de espacio,) es de manera exclusivamente descriptiva, dando por supuesto que nada en los tales es cuestionable y que sólo alguien privado de juicio pudiera exigir darles fundamento. La metafísica tiene pues ante sí un amplio programa, del cual es preliminar la precisa delimitación de varios puntos:
1. Compendio de los principios que la física a lo largo de su historia ha erigido en axiomas (en ese sentido de evidencia que el término axioma tiene en la lengua griega) y consideración del vínculo que mantienen entre sí, pues un alto grado de imbricación supondría que el eventual repudio de uno de ellos arrastrara a otros, eventualmente a la totalidad.
2. Delimitación del grado de incompatibilidad entre los postulados cuánticos y los principios rectores, retomando desde este punto de vista la cuestión del entrelazamiento entre estos últimos. Asunto tanto más importante cuanto que alguna de las interpretaciones más relevantes ha pretendido salvaguardar sólo una parte del conjunto, por ejemplo el principio de realismo sacrificando el de localidad.
3. Análisis del problema desde el punto de vita de la teoría de la relatividad, y ello en dos vertientes: a) mostrando el aspecto comparativamente "conservador" de la relatividad restringida, dado que el desmoronamiento de postulados tan importantes como los newtonianos relativos al tiempo y al espacio, no cuestiona sin embargo estos principios. b) Preguntarse sí, y en qué grado, el cuestionamiento de los principios rectores por la física cuántica pone en tela de juicio postulados propios de la teoría de la relatividad restringida (así el carácter límite de la velocidad de la luz) o general.
4. Elucidar si la tabla de principios cuestionados es total o parcialmente reemplazable, de tal manera que su pretensión de absolutez supondría en cierto modo una usurpación, o si por el contrario no hay tabla de reemplazo, quizás entre otras razones porque la noción misma de fundamento sólo tendría sentido en base a la postulación de dicha tabla.
5. Abordaje de la cuestión propiamente metafísica de lo que supondría un pensamiento sin anclaje en lo que parecía soporte de la physis, y sobre todo de lo que supondría la plena "interiorización" de tal visión del mundo.