Víctor Gómez Pin
Diopp invita a los pensadores africanos a enriquecer su pasado, a vivificar el rescoldo que perdura. Ello en base no sólo a la convicción de que el peso y la significación real de un legado cultural (ciencia y filosofía incluidas) sólo pueden ser aprehendidos situando a la misma en su dimensión histórica, sino también a la convicción de que la fertilidad y pleno despliegue de tal legado sólo pueden darse en el marco originario.
Sin embargo, la propia tesis de que el pensamiento jónico tendría una de sus raíces en el valle del Nilo, es en cierto modo una indicación de lo contrario: el embrión que emerge en un marco lingüístico y cultural dado, se despliega allí dónde simplemente hay una lengua capaz de acogerlo. Y Jonia sería la indicación clara de este hecho. Pues los pensadores jónicos no se limitaron a incorporar conocimientos que quedarían entonces establecidos como un dogma; los discípulos de cada pensador no se limitan a repetir la enseñanza recibida de sus maestros, sino que a veces se oponen a las mismas con radicalidad, atendiendo tan sólo a la exigencia de alcanzar esa necesidad que la naturaleza encubriría tras la disparidad, a veces aparentemente aleatoria, de los fenómenos. En definitiva: si la raíz es ubicada en el valle del Nilo…el despliegue se efectúa más allá del valle del Nilo. Se efectúa de hecho hoy en todos y cada uno de los lugares dónde la ciencia marca el destino de los hombres y en consecuencia también en las crisis emergidas de la propia ciencia. No es pues siquiera necesario adoptar las posiciones de un filólogo como Heinz Wissmann discípulo del gran Jean Bollack, para quien sólo con Tales y sus seguidores se habría introducido el postulado de que tras la dispersión de los fenómenos hay una unidad, una idea de este tipo estando ausente de otras culturas (1). Basta con sostener que en todo caso en Jonia tal idea fue determinante: no sólo asumida con todas sus consecuencias sino desplegada en todas sus potencialidades. Y vinculada a esta cuestión una segunda:
A juicio de Diopp y otros de los estudiosos mencionados, esa gran cultura pre-jónica de raíz africana no podría hoy dar los frutos que cabría esperar en razón de que aquellos mismos llamados a reivindicarla no tendrían conciencia de su peso y en ocasiones ni siquiera de su existencia. Con honrosas excepciones, incluso en las universidades africanas la historiografía filosófica y científica coincidiría con la que prima en Paris o Heidelberg, traicionando así un pasado que habría tenido brillante concreción en la universidad de Sankoré o en la de Tombuctú en el Medioevo africano. Pues bien: el reconocimiento de esta carencia no es desde luego un aspecto menor. Pues el peso de las grandes culturas se mide no sólo en razón de que son universalizables, sino también en razón de que han sido de hecho universalizadas; en razón de que efectivamente, y no sólo potencialmente, se han convertido en patrimonio de la entera humanidad. Por decirlo sin ambages: la fertilidad para el espíritu que cabría esperar de una explotación de la potencialidades de la cultura del valle del Nilo, se daría ya explorando las potencialidades de la cultura jónica (ello con independencia de la deuda que esta tendría históricamente con la anterior).
Seguir el trazado jónico tiene al menos la ventaja de que el despliegue se ha realizado, se ha realizado exhaustivamente, casi me atrevo a decir, como muestra la larguísima historia de la física y de la metafísica de las que disponemos, y como muestra sobre todo la crisis misma de los presupuestos a la que hoy asistimos, de tal manera que si la civilización del valle del Nilo estuviera en el origen, si allí se hubieran cimentado ya los presupuestos que hacen posible la física, el problema de fondo, el problema del socavamiento de principios ontológicos esenciales al que hoy el pensamiento se ve confrontado, no cambiaría.
(1) Según Wismann la ciencia moderna sería una consecuencia de este postulado que él llama metafísico. La metafísica sería en esta perspectiva una suerte de mero preliminar de la física, no el resultado de los desarrollos de la física y concretamente de sus crisis, perspectiva en la que se fundan los presentes ensayos: primero postulados que posibilitan la física y como resultado de la física cabalmente la metafísica.