
(Ed. Días contados, 2015)
Vicente Molina Foix
Cayó en mis manos hace pocos días un libro que sacó la editorial barcelonesa Días contados en el 2015, reencontrado en un feliz azar y leído de un tirón. De su autor, Flaiano, Ennio Flaiano, todos ustedes, lectores curiosos, han disfrutado mucho, y saben mucho, pero solo los más acérrimos del cine sabrán de quien hablo: el guionista de Fellini, de Rossellini, de Antonioni, pero también de Dino Risi y Edoardo de Filippo; o de Berlanga. El traductor del libro hoy rescatado, el novelista J.A. González Sainz, nos recuerda que el nombre del escritor italiano adorna también los guiones de dos excelentes films de nuestro cineasta, «Calabuch» y «El verdugo».
Pero no hablamos hoy de cine.
«Diario de los errores» es algo más que el diario de viajes de un gran escritor. Flaiano es un refinado aforista: «Almas sencillas habitan a veces en cuerpos complejos»; «Que quien me ame me preceda»; -Demonio, ¿voy bien por aquí al infierno? -Sí, todo torcido» . Un observador social muy agudo: «La homosexualidad para la clase pobre no es un vicio sino una forma de acceder a las clases superiores». Un viajero atrevido: «El turista es un ser que no resulta herido por lo que ve». Un humorista implacable: «El catolicismo en Francia es un movimiento literario». Pero acostumbrado a crear personajes para la gran pantalla, Flaiano es asimismo un retratista veloz y profundo, tanto de grandes figuras (lo pone de manifiesto su visita a Jean Cocteau) como pintando a los desheredados parisinos: «la sal de una civilización son los vagabundos. Cuando estos disfrutan del respeto que es debido al más débil eso es signo de que el respeto por las demás libertades funciona».