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Ficha técnica

Título: El centro del mundo | Autor: Angélica Liddell | Editorial: La uÑA RoTa | Colección: Libros Robados | Páginas: 180 | Formato: 12×18 cms | ISBN: 978-84-95291-29-5 | Precio: 15 euros

El centro del mundo

Angélica Liddell

LA UÑA ROTA

El centro del mundo contiene la nueva trilogía de Angélica Liddell tras la excelente acogida de La casa de la fuerza. Tres obras, aclamadas en teatros y festivales de todo el mundo, que en realidad podrían leerse como piezas de una misma figura: Maldito sea el hombre que confía en el hombre, Ping Pang Qiu 乒乓球 y, la más reciente, Todo el cielo sobre la tierra (el síndrome de Wendy).

En conjunto, un libro conmovedor sobre la pérdida de la inocencia y la desconfianza, el conflicto de la edad y el riesgo de crecer y llegar a ser ¿quién? Una venganza contra el fraude de la vida y las demostraciones de poder que consisten en la destrucción de lo bello y el exterminio del mundo de la expresión, pues «allí donde no se necesita la belleza se mata más». Pero también es un canto a la pureza de lo desconocido, a su amor imposible por China (que en mandarín, 中国, significa «el centro del mundo») y a todo lo que se resiste a ser descifrado.

Maldito sea el hombre que confía en el hombre: un projet d’alphabétisation es una consecuencia directa de La casa de la fuerza. Es lo que queda después de la masacre, lo que queda tras el dolor. Y lo que queda es la desconfianza. «¿Qué camino de decepciones hay que recorrer para llegar a separarse de la idea de humanidad? -Se pregunta la autora.- ¿A cuántos tipos despreciables hay que conocer para suplicar que ya no vuelva a ser concebido un solo niño más sobre la tierra?»

En Ping Pang Qiu 乒 乓球 habla de la belleza y del exterminio del mundo de la expresión. «Precisamente porque amo China -dice Liddell-, necesitaba hablar de todo aquello que aniquila China.» Ping Pang Qiu se acabó convirtiendo en un documental. Y a su vez es un profundo acto de amor. Cuenta Angélica que «un día, antes de empezar los ensayos, Lola -una de las actrices de la compañía Atra Bilis Teatro- me dijo que estaba leyendo El libro de un hombre solo, de Gao Xingjian (Premio Nobel de Literatura). Lo compré y también empecé a leerlo. Durante los ensayos le leímos este libro prohibido por el Gobierno de Pekín a una persona china. Ping Pang Qiu son las consecuencias».

Por último, Todo el cielo sobre la tierra (El síndrome de Wendy), estrenada en el prestigioso Wiener Festwochen de Viena en 2013 y recientemente en el Festival de Otoño a Primavera de Madrid, toma como punto de partida el tiroteo sucedido el 22 de julio de 2011 la isla noruega de Utoya, cuando Anders Breivik asesinó a 69 jóvenes que tenían entre 16 y 26 años. Este trágico suceso hizo que Angélica Liddell conectara la isla de Utoya con otra isla donde la juventud también se veía interrumpida, Neverland. Aquí, la escritora se reconoce en Wendy y en su miedo a ser abandonada. Y como ella misma confiesa: «Nos volvemos cada vez más viejos, repulsivos y deprimentes, pero necesitamos ser amados».

La crítica ha dicho de su teatro que es «vanguardista y político, lleno de sentido, absolutamente necesario». A propósito de esta trilogía, la crítica de Le Monde Fabienne Darge escribió: «Es increíble la belleza que esta inconsolable mujer consigue crear con la fealdad del mundo». Y según el investigador Óscar Cornago: «Liddell es acuñadora de un lenguaje teatral de dialécticas imposibles y sus producciones oscilan entre el expresionismo desgarrador, la crítica social, la pureza, la escatología y la búsqueda del significado a través del dolor y la subversión.»

Sobre la ilustración de la portada:

El diseño del libro incluye en su cubierta una ilustración con fecha original de 1894, titulada El regulador, firmada en Manresa por el bisabuelo homónimo del pintor catalán Ramón Sanmiguel,  quien la ha intervenido ex profeso para la presente edición ciento veinte años después.

Maldito sea el hombre que confía en el hombre: Un projet d’ALPHABÉTISATION

Pourquoi tu vis. Jeanette. Cría cuervos (canción)

On t’a fait un monde trop petit pour tes idées,

Han hecho un mundo demasiado pequeño para tus ideas,

pour la petite des grands yeux écarquillés sur l’infini.

para la pequeña de grandes ojos abiertos sobre el infinito.

Tu es prisonnière de ta maison, de tes parents,

Eres prisionera de tu casa, de tus padres,

de cet adulte qui te dit qu’il a raison et qui te ment.

de ese adulto que te dice que tiene razón y que te miente.

Toi, tu es née pour la folie, pour la lumière,

Tú has nacido para la locura, para la luz, pour des pays peuplés de rois.

para los países poblados de reyes.

Et tu te demandes dans ta nuit de prisonnière

Y tú te preguntas en tu noche de prisionera

pourquoi tu vis et où tu vas, pourquoi tu vis et où tu vas…

por qué vives, y adónde vas…

[ADELANTO DEL LIBRO EN PDF]

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Angélica Liddell

Angélica Liddell es Premio Nacional de Literatura Dramática por La casa de la fuerza (La uÑa RoTa, 2011) y León de Plata de la Bienal de Venecia en 2013 «por su capacidad de transformar su poesía en un texto que agita el mundo». Nacida en Figueres en 1966, desde niña visita a sus abuelos en Santibáñez el Bajo (Cáceres), «todo lo aprendí viéndoles arar, pisar la uva, meter las manos en el fuego sin quemarse, en cuanto hacían, había una relación directa con las cosas que no he vuelto a experimentar». En 1988, mientras estudia Psicología en Madrid, «un tiempo perdido», escribe su primera obra, era malísima, pero todavía hoy sigo hablando del suicidio. Con su compañía Atra Bilis, fundada en 1993 junto a Sindo Puche, ha estrenado una veintena de creaciones con las que ha obtenido numerosos premios, como el Valle Inclán por «El año de Ricardo» y el de Dramaturgia Innovadora Casa de América por «La pasión anotada de Nubila Wahlheim», ambas editadas por Artezblai. Un crítico la ha calificado de «monstruo escénico y autora de la palabra», y otro la comparó con Artaud y Pasolini. Cuando cumplió 42 años, «ese día me sentí mal, asustada y jodida por el paso del tiempo», se apuntó por primera vez a un gimnasio, «entonces los detestaba, ahora me encantan... mi gimnasio está lleno de actores porno gays, alegres y guapos, que desean amar y ser amados, como todos nosotros, pero para mí es ese lugar donde me reventaba durante cuatro horas seguidas para soportar la ansiedad, para buscar alivio». Y ¿allí empezó «La casa de la fuerza»? «Sí, eran ejercicios de preparación para la soledad.» Entonces, años después, «cuando más hastiada estaba de todo aquello que me rodeaba, apareció China con su modo indescifrable de estar en el mundo. Al final, lo único que cuenta en nuestras vidas cuando cerramos la puerta de nuestra habitación es el mundo afectivo, sentirse amado o no... Cada vez le doy más oportunidad al azar, a lo inexplicable...». ¿Y qué nos cuentas de tu nueva trilogía, «Ciclo de las resurrecciones»? «Pues ahora, acabo de estrenar «Primera carta de san Pablo a los Corintios». Creo que es el inicio de una etapa relacionada con lo sagrado. Quiero devolver el sentido sagrado a aquello que lo cotidiano se ha empeñado en trivializar. Según estas inquietudes, espero montar una Lucrezia («You are my destiny», se titula) el año que viene. Es como si hubiera llegado al límite de algo, al límite de lo confesional, necesito ir al polo opuesto y, tal vez, llegar al silencio.» Sus textos han sido traducidos al inglés, francés, italiano, rumano, ruso, alemán, polaco y portugués.

Obras asociadas
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