Skip to main content

Ficha técnica

Título: Ciclo de las resurrecciones | Autora: Angélica Liddell | Editorial: La uÑa RoTaColección: Libros RobadosPáginas: 222 | ISBN:  978-84-95291-33-2 | Precio: 15 euros

Ciclo las resurrecciones

Angélica Liddell

LA UÑA ROTA

«Si no tengo amor, no soy nada», leemos en la Carta de san Pablo a los corintios, uno de textos que componen la nueva y esperada trilogía de Angélica Liddell, junto a Tandy (basado en la novela Winnesburg, Ohio, de Sherwood Anderson) y You are my destiny, una personalísima visión de «la violación de Lucrecia», cuyo montaje llenó el Teatro Odéon de París durante doce noches consecutivas.

Con prodigiosa transparencia, y desde un punto de vista pasional, Liddell explora el lado luminoso de la existencia al tiempo que indaga en el sentido de lo sagrado y medita sobre el amor, el silencio de Dios, la vanidad, el poder del sexo sobre la voluntad, las transformaciones mágicas de los cuerpos… Una forma de «mística salvaje», ajena a toda ortodoxia y religión.

El libro lo completan unos bellos cantos de amor, en forma de salmos, y el diario La novia del sepulturero, un espejo en movimiento que nos permite observar no sólo el andamiaje mental donde nacen las obras aquí incluidas, sino también advertir de cerca la pulsación del pensamiento de una artista, según la crítica, «única, atrevida y paradójica, que no busca la adhesión fácil, y vive y crea al margen de la corrección política».

PRIMERA CARTA DE SAN PABLO
A LOS CORINTIOS

Cantata bwv 4,
Christ lag in Todesbanden 

«La fe es como amar a alguien que esta ahí fuera, en
las tinieblas, y no aparece por mucho que se le llame.»
Ingmar Bergman

1. WINTER LIGHT. CARTA DE MÄRTA A TOMAS

Nos cuesta hablar el uno con el otro.
Los dos somos bastante tímidos.
Y yo suelo refugiarme en el sarcasmo.
Por eso te escribo.
Tengo algo importante que decirte.
¿Recuerdas el verano pasado,
cuando tuve una erupción en las manos?
Una tarde estábamos colocando flores en el altar,
preparando una confirmación.
¿Recuerdas lo mal que estaba?
Tenía las manos vendadas y el picor no me dejaba dormir.
Se me había caído la piel y mis palmas eran dos heridas abiertas.
Estábamos colocando margaritas y acianos,
y yo estaba muy irritable.

Te desafié airadamente,
preguntándote si creías en el poder de la oración.
Me contestaste que sí.
Luego te pregunté si habías rezado por mis manos. 
Pero ni siquiera se te había ocurrido.
Te pedí en un tono melodramático que lo hicieras allí mismo.
Y curiosamente aceptaste.
Tu obediencia me enfureció y me arranqué las vendas.
Del resto ya te acuerdas.
Ver las heridas te afectó.
No pudiste rezar.
La situación te disgustó.
Yo entendí tu reacción más tarde, pero tú nunca me entendiste a mí.
Entonces ya hacía un tiempo que vivíamos juntos.
Casi dos años.
Un pequeño capital en medio de nuestra pobreza emocional,
nuestras caricias y nuestros torpes intentos para eludir la falta de amor.

[ADELANTO DEL LIBRO EN PDF]

profile avatar

Angélica Liddell

Angélica Liddell es Premio Nacional de Literatura Dramática por La casa de la fuerza (La uÑa RoTa, 2011) y León de Plata de la Bienal de Venecia en 2013 «por su capacidad de transformar su poesía en un texto que agita el mundo». Nacida en Figueres en 1966, desde niña visita a sus abuelos en Santibáñez el Bajo (Cáceres), «todo lo aprendí viéndoles arar, pisar la uva, meter las manos en el fuego sin quemarse, en cuanto hacían, había una relación directa con las cosas que no he vuelto a experimentar». En 1988, mientras estudia Psicología en Madrid, «un tiempo perdido», escribe su primera obra, era malísima, pero todavía hoy sigo hablando del suicidio. Con su compañía Atra Bilis, fundada en 1993 junto a Sindo Puche, ha estrenado una veintena de creaciones con las que ha obtenido numerosos premios, como el Valle Inclán por «El año de Ricardo» y el de Dramaturgia Innovadora Casa de América por «La pasión anotada de Nubila Wahlheim», ambas editadas por Artezblai. Un crítico la ha calificado de «monstruo escénico y autora de la palabra», y otro la comparó con Artaud y Pasolini. Cuando cumplió 42 años, «ese día me sentí mal, asustada y jodida por el paso del tiempo», se apuntó por primera vez a un gimnasio, «entonces los detestaba, ahora me encantan... mi gimnasio está lleno de actores porno gays, alegres y guapos, que desean amar y ser amados, como todos nosotros, pero para mí es ese lugar donde me reventaba durante cuatro horas seguidas para soportar la ansiedad, para buscar alivio». Y ¿allí empezó «La casa de la fuerza»? «Sí, eran ejercicios de preparación para la soledad.» Entonces, años después, «cuando más hastiada estaba de todo aquello que me rodeaba, apareció China con su modo indescifrable de estar en el mundo. Al final, lo único que cuenta en nuestras vidas cuando cerramos la puerta de nuestra habitación es el mundo afectivo, sentirse amado o no... Cada vez le doy más oportunidad al azar, a lo inexplicable...». ¿Y qué nos cuentas de tu nueva trilogía, «Ciclo de las resurrecciones»? «Pues ahora, acabo de estrenar «Primera carta de san Pablo a los Corintios». Creo que es el inicio de una etapa relacionada con lo sagrado. Quiero devolver el sentido sagrado a aquello que lo cotidiano se ha empeñado en trivializar. Según estas inquietudes, espero montar una Lucrezia («You are my destiny», se titula) el año que viene. Es como si hubiera llegado al límite de algo, al límite de lo confesional, necesito ir al polo opuesto y, tal vez, llegar al silencio.» Sus textos han sido traducidos al inglés, francés, italiano, rumano, ruso, alemán, polaco y portugués.

Obras asociadas
Close Menu