
Ficha técnica
Título: Dos veces única | Autora: Elena Poniatowska | Editorial: Seix Barral | Colección: Biblioteca Breve | Formato: 13,3 x 23 cm. | Presentación: Rústica con solapas |Páginas: 416 | Fecha: jun/2016 | ISBN: 978-84-322-2923-7 | Precio: 20 euros | Ebook: 12,99 euros
Dos veces única
Elena Poniatowska
Elena Poniatowska vuelve a convertir en novela una sólida investigación, un relato contado por sus actores a lo largo de décadas, junto a documentación fundamental para iluminar y reconstruir una existencia llena de pasión y de furia.
Diva y musa por derecho propio, esposa legendaria, cocinera magnífica, madre tormentosa y viuda trágica, Lupe Marín (1895-1983) fue testigo excepcional y parte indispensable de algunas de las vidas extraordinarias que dieron forma al arte mexicano del siglo XX.
Casada con Diego Rivera y con el poeta y crítico Jorge Cuesta, el más distinguido de los escritores del grupo Contemporáneos, Lupe Marín vio refulgir su obra y la de otros creadores como Frida Kahlo, Rafael Coronel, Xavier Villaurrutia y Juan Soriano, además de ejercer una influencia poderosa sobre sus hijos y nietos, herederos de un legado tan brillante como imperioso.
Un gran mural de una época en la que el mundo se reinventaba y México era uno de los territorios donde parecía que podía construirse la utopía o donde al menos podía obtenerse la inspiración para alcanzarla.
CAPÍTULO 1
EL PARAÍSO
Guadalupe viene hacia él, sus labios de gajos rojos se caen de tan llenos, sus manos sobre su vientre se abren y Diego la abarca entera, alta como él, voraz como él.
-¿A poco toda esa fruta es suya?
Sí, toda la fruta es de Diego Rivera, la luz en los melones y las naranjas es de Diego Rivera, el suave vello que cubre los duraznos y la piel de las uvas es de Diego Rivera.
Desde ese día Lupe se come al pintor a quien saca de una batea rebosante de mangos, sandías, plátanos y piñas. Después de hincarle los dientes y tragárselo, chupa la miel en sus largos dedos y se limpia la boca con la mano, una boca olmeca grande, fuerte, demandante.
-Ya no dejé nada.
-Nada -constata el pintor.
Julio Torri, atónito tras sus anteojos redondos, le explica a Diego:
-Me pidió que la trajera: «Llévame a conocerlo porque me voy a casar con él». No imaginé que te devoraría tan pronto.
Al ver a Diego sonreír, Lupe estira la mano hacia un plátano y lo pela, luego destripa una guanábana toda perfume:
-¿Han oído a las guanábanas caer sobre la tierra? -pregunta-. Caen muy bonito.
Y ella, ¿caerá bonito?