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Ficha técnica

Título: A título de más de uno. Jacques Derrida. Sobre un retrato de Valerio Adami | Autor: Jean-Luc Nancy | Traducción: Cristina de Peretti y Cristina Rodríguez Marciel | Editorial: Trotta Editorial |  Colección: La Dicha de Enmudecer | Encuadernación: Rústica | Dimensiones: 140 x 230 mm | Peso: 135 g | Fecha de publicación: septiembre 2015 | Páginas: 80 | ISBN: 978-84-9879-597-4 |  Precio: 10 euros

 

A título de más de uno. Jacques Derrida

Jean-Luc Nancy

TROTTA EDITORIAL

Ninguna existencia iguala el modo de «ser» obstinado y terco que tienen los muertos. Mientras mantenemos la vida, mientras estamos con vida, existimos en el modo de la huida, de la fuga, de la escapada hacia adelante. La muerte, en cambio, nos fija en la consistencia, en la identidad, en la permanencia, nos fija en «el único parecido» posible (Blanchot) que cada uno guarda consigo mismo, pues los muertos «ya no huyen, ya no nos huyen ni huyen de sí mismos».

A este ser del desaparecido o de la desaparecida, escribe Nancy, solo le compete su imagen, «es decir, la espera infinita, la petición siempre renovada de un milagro de existencia y de sentido que solo puede tener lugar en la disipación de la imagen».

Tomando como leitmotiv el retrato pintado por Valerio Adami a Jacques Derrida unos meses antes de su muerte, ocurrida en 2004, Jean-Luc Nancy entrega en este pequeño libro, con la estremecedora belleza de su escritura, una emotiva elegía que no solo tiene la virtud de hacer partícipe al lector del amor incondicional que Nancy le profesaba a su amigo y que todo el texto rezuma.

Su retrato, además, le sirve de excusa para, mediante una minuciosa lectura de los diferentes motivos que aparecen en el cuadro, hacer una alegoría de la filosofía y de la literatura, puesto que aquí filosofía y literatura confluyen tanto como divergen. «Retrato alegórico» de la escritura y del pensamiento de Jacques Derrida en lo que podría considerarse una singularísima, conmovedora y muy personal introducción a su pensamiento.

 

[Comienzo del libro]

El que ha desaparecido, que no volverá a aparecer jamás, aquel cuya existencia se ha convertido en eso mismo, en ese hecho que no es tal, en ese factum negativum: el de no aparecer ya más en el mundo, el de no aparecérsenos ya más: este, cada desaparecido, o esta, cada desaparecida, no deja ya de aparecer en cuanto tal, en cuanto ese que desaparece perpetuamente y cuya imagen retorna tanto más insistente y presente cuanto que no porta más signo que su ausencia y que cada uno de sus trazos vuelve a (des)dibujarla (*). Del muerto buscamos esa carencia-deimagen que es, para nosotros, la presencia de los seres vivos, la vecindad y la proximidad que no miramos, que no escrutamos, pues ese rostro familiar no está hecho para que lo miremos sino que nos dirigimos a él, le hablamos, lo besamos, lo tomamos entre las manos. Desde el día de la desaparición comienzan al mismo tiempo la vana espera cruelmente frustrada y el encuentro con la imagen. Cuando estaba vivo, él, Jacques Derrida, ya sabía mejor que nadie que cualquier imagen porta esa «muerte que llega a través de los ojos» y esa «ruina originaria» que fue el único objeto de su asedio, de su pensamiento, de ese deseo alucinado hundido en la «melancolía narcisista, memoria enlutada por el amor mismo» que fue su deseo absoluto y el placer inagotable y expectante en dicho deseo. Placer expectante, duelo originario por su propio nacimiento, eclipse, elipsis de su aparecer.

Cualquier imagen, cuando estaba vivo, lo afectaba con esa afección ruinosa. Cualquier imagen de él vivo le colocaba ante los ojos esa demasiado segura desaparición de lo que carece-de-imagen, de lo inimitable, de lo irrepresentable e insustituible que cada cual no sabe que es sino sabiendo al mismo tiempo que no puede verlo (o verse) ni tenerlo en modo alguno; y que no lo «es», por consiguiente, sino al modo de la huida.

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(*) El verbo francés retirer se puede traducir de muchas maneras. En bastantes ocasiones hemos optado por traducirlo como «(des)dibujar» para dar cuenta del juego de palabras que dicho verbo puede poner en circulación: por un lado, la acción de sacar o de retirar fuera de un lugar, y, por otro lado, la acción de (volver a) dibujar, trazar. (Todas las notas son de las traductoras).

[ADELANTO DEL LIBRO EN PDF]

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Jean-Luc Nancy

Jean-Luc Nancy (Burdeos, 1940) es considerado uno de los pensadores más influyentes de la escena filosófica actual. Profesor emérito en la Universidad Marc Bloch de Estrasburgo donde impartió docencia entre 1968 y 2004, ha sido profesor invitado en numerosas universidades como la Freie Universität de Berlín o la Universidad de California en Irvine, San Diego y Berkeley. Con Jacques Derrida, Philippe Lacoue-Labarthe y Sarah Kofman funda en 1974 la prestigiosa colección «La philosophie en effet», primero en la editorial Flammarion, después en Galilée, proyecto con el que se consolida una férrea relación de amistad nacida de una constante colaboración teórica.Implicado durante los años setenta en la estética alemana, en particular en el romanticismo y en la filosofía hegeliana, Nancy buscó también ofrecer una renovada lectura de Descartes, Kant o Heidegger. Con la publicación en 1983 de La communauté désoeuvrée, propone una novedosa forma de entender la idea y el sentido histórico de la «comunidad» en su versión «désoeuvrée» («desobrada» o «inoperante»), con la que muchos de los intelectuales contemporáneos de mayor relevancia declaran su deuda intelectual.Más de 90 libros traducidos a infinidad de lenguas han contribuido a consolidar su reconocimiento internacional. Algunos de los títulos más destacados son El olvido de la filosofía, La experiencia de la libertad, Un pensamiento finito, El peso de un pensamiento, Corpus, Las Musas, Ser singular plural, La creación del mundo y Noli me tangere. En los últimos años, su reflexión se ha aventurado en una empresa radicalmente original a través de lo que ha llamado «la deconstrucción del cristianismo» y se ha implicado en pensar las múltiples expresiones de «la pluralidad de las artes», sin renunciar, empero, al cuestionamiento ético-político. Recientemente traducidos al español podemos destacar los siguientes títulos: La verdad de la democracia y El absoluto literario.

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