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Un entrenamiento mortal

Por 12 de noviembre de 2007 Sin comentarios

Marcelo Figueras

Ayer leí un buen perfil de Daniel Day Lewis en el dominical del New York Times. Day Lewis es uno de mis actores favoritos. Dueño de una intensidad que perfora la pantalla, se parece cada vez más a un anacronismo dado que el cine no deja de achicarse en torno suyo: ya no se hacen películas capaces de contenerlo. (Gangs of New York es un perfecto ejemplo de filme demasiado pequeño para contener a Bill the Butcher/Daniel Day Lewis: una vez que termina, no recordamos otra cosa que las escenas en las que su personaje está presente.) Por suerte parece que ahora encontró un vehículo que está a su altura en There Will Be Blood, la nueva película de Paul Thomas Anderson, un cineasta que venía coqueteando con la grandeza en filmes como Boogie Nights y Magnolia. Hay gente que ya habla de un nuevo Citizen Kane, lo cual supone poner el listón a alturas demenciales. Lo indiscutible es que tanto Anderson como Day Lewis son de esa gente que lejos de temerle a sus propias ambiciones (de hecho el filme cuenta la historia de un hombre que se consagra a la construcción de un imperio petrolífero), las persigue hasta el final -aunque eso los conduzca al corazón de las tinieblas.

Hablando de una de las películas que hizo con Jim Sheridan, llamada The Boxer, Day Lewis cuenta que empezó a practicar boxeo mientras consideraba la idea de aceptar el papel. Necesitaba entender si podía relacionarse con ese deporte, si su práctica le abriría una puerta al corazón de su personaje… o si lo dejaría afuera. Como es más que obvio, le tomó el gustito. Day Lewis dice: "Es una disciplina cuyo simple entrenamiento te mata. Esto es, aun antes de que te peguen el primer golpe".

Me quedé colgado de esa idea. Por supuesto, todos tenemos maneras distintas de hacer las cosas. Empezando por los actores, ya que estamos con Day Lewis: están los que tratan de ‘ser’ su personaje a todas horas, están los que se conectan con el grito de acción y se desconectan apenas suena el corte, están los que se contentan con parecer naturales y gracias. Del mismo modo, hay miles de maneras de ser maestro, economista, deportista -o escritor, sin ir más lejos.

Me siento plenamente identificado con el Método Day Lewis. Llevo meses viajando, estudiando y leyendo para construir mejor mi novela. Acostándome con ella en la cabeza, dedicándole sueños y desvelos, levantándome con sus frases en mis labios. Un entrenamiento mortal, en efecto, que lo convierte a uno en una obsesión que late y respira. Y todo para jugarse la vida en los segundos que dura un round, en los minutos que dura una escena o en el tiempo diario que se dedica a escribir. Uno se prepara al límite de sus resistencias porque sabe que llegado el momento, sólo tendrá un tiempo acotado para hacer las cosas bien, o fracasar en el intento.

No hay métodos mejores que otros, eso está claro. Hay gente a la que le funciona relacionarse con lo que hace con la ligereza de quien juega una partida de canasta. Otros, mal que nos pese, no sabemos hacerlo sino a la manera de un deporte extremo -como si nos fuese la vida en ello.

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Marcelo Figueras

Marcelo Figueras (Buenos Aires, 1962) ha publicado cinco novelas: El muchacho peronista, El espía del tiempo, Kamchatka, La batalla del calentamiento y Aquarium. Sus libros están siendo traducidos al inglés, alemán, francés, italiano, holandés, polaco y ruso.   Es también autor de un libro infantil, Gus Weller rompe el molde, y de una colección de textos de los primeros tiempos de este blog: El año que vivimos en peligro.   Escribió con Marcelo Piñeyro el guión de Plata quemada, premio Goya a la mejor película de habla hispana, considerada por Los Angeles Times como una de las diez mejores películas de 2000. Suyo es también el guión de Kamchatka (elegida por Argentina para el Oscar y una de las favoritas del público durante el Festival de Berlín); de Peligrosa obsesión, una de las más taquilleras de 2004 en Argentina; de Rosario Tijeras, basada en la novela de Jorge Franco (la película colombiana más vista de la historia, candidata al Goya a la mejor película de habla hispana) y de Las Viudas de los Jueves, basada en la premiada novela de Claudia Piñeiro, nuevamente en colaboración con Marcelo Piñeyro.   Trabajó en el diario Clarín y en revistas como El Periodista y Humor, y el mensuario Caín, del que fue director. También ha escrito para la revista española Planeta Humano y colaborado con el diario El País.   Actualmente prepara una novela por entregas para internet: El rey de los espinos.  Trabajó en el diario Clarín y en revistas como El Periodista y Humor, y el mensuario Caín, del que fue director. También ha escrito para la revista española Planeta Humano y colaborado con el diario El País. Actualmente prepara su primer filme como director, una historia llamada Superhéroe.

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