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Películas de terror (verdadero)

Por 4 de octubre de 2007 Sin comentarios

Marcelo Figueras

Suelo visitar cada semana un sitio llamado A.V.Club (www.avclub.doc), producido por la gente de la revista The Onion. Días atrás me encontré con una producción que me enganchó: Otra Vez No: 24 Grandes Películas Demasiado Dolorosas Para Volver a Ver. La idea me encantó, porque a todos nos ha pasado de toparnos con algún filme que gustó a la vez que nos quitaba las ganas de mirarlo una vez más.

La lista de A.V.Club contiene muchos títulos con los que concuerdo. Empezando por Requiem For A Dream, de Darren Aronofsky, aunque a esta gente le haya impactado más la recreación del abuso de las drogas que los abismos a que te empuja la necesidad de consumirlas; las escenas finales de Jennifer Connely me resultan intolerables. Otras películas que menciona son Dancer In The Dark, de Lars Von Trier, The Seventh Continent de Michael Haneke (yo me quedo con Funny Games, cuya remake en inglés –también diriga por Haneke, a Dios gracias- se está por estrenar protagonizada por Naomi Watts y Tim Roth), Luz de invierno de Ingmar Bergman (yo prefiero –es un decir- De la vida de las marionetas, que Piñeyro me prestó una vez induciéndome al suicidio), Bad Lieutenant de Abel Ferrara, Perros de paja de Sam Peckinpah e Irreversible de Gaspar Noé (las escenas de violaciones me resultan el non plus ultra de lo insoportable; hace ya mucho que me compré el DVD de Irreversible y todavía no tuve el valor de volverla a ver), Leaving Las Vegas de Mike Figgis y Nil By Mouth de Gary Oldman (sí, es la única película de Oldman como director) entre otras.

También hay en la lista películas que no vi, como United 93 de Paul Greengrass –sobre uno de los aviones secuestrados el 11/9-, Lilya 4-Ever de Lukas Moodysson y el documental S-21: The Khmer Rouge Killing Machine. Pero imagino que lo que todos hacemos de inmediato es pensar en nuestras propias elecciones, esto es, en aquellas películas que cada uno de nosotros considera demasiado dolorosas aún cuando no figuren en la lista.

Por ejemplo: yo no pude volver a ver The King of Comedy, de Martin Scorsese. No digiero el ridículo al que se expone el personaje de De Niro en su deseo de llegar a ser famoso. Y me cuesta ver El Padrino III, porque no soporto la escena en que Michael descubre que, al tratar de matarlo, han matado a su hija. (Ese grito silencioso me espanta, no logro ni siquiera asomarme al infierno de semejante dolor.) Quizás mi elección más ridícula sea la de una viejísima película española, Marcelino pan y vino. Mi madre me sentó frente a la TV diciéndome que era linda, pero todo lo que yo vi fue una de monstruos. El Cristo que desclava un brazo de la cruz cuando pide agua a Marcelino –que se llamaba casi como yo, para colmo- me parecía un engendro peor que Frankenstein. Y el hecho de que Marcelino muriese al final y los curas estuviesen contentos porque Dios lo había “elegido” (¿qué clase de Dios es ese, que asesina niños y te premia con la muerte?), me produjo un pánico del que todavía no sé si me he repuesto.

Películas que están hechas con la materia de las pesadillas.

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Marcelo Figueras

Marcelo Figueras (Buenos Aires, 1962) ha publicado cinco novelas: El muchacho peronista, El espía del tiempo, Kamchatka, La batalla del calentamiento y Aquarium. Sus libros están siendo traducidos al inglés, alemán, francés, italiano, holandés, polaco y ruso.   Es también autor de un libro infantil, Gus Weller rompe el molde, y de una colección de textos de los primeros tiempos de este blog: El año que vivimos en peligro.   Escribió con Marcelo Piñeyro el guión de Plata quemada, premio Goya a la mejor película de habla hispana, considerada por Los Angeles Times como una de las diez mejores películas de 2000. Suyo es también el guión de Kamchatka (elegida por Argentina para el Oscar y una de las favoritas del público durante el Festival de Berlín); de Peligrosa obsesión, una de las más taquilleras de 2004 en Argentina; de Rosario Tijeras, basada en la novela de Jorge Franco (la película colombiana más vista de la historia, candidata al Goya a la mejor película de habla hispana) y de Las Viudas de los Jueves, basada en la premiada novela de Claudia Piñeiro, nuevamente en colaboración con Marcelo Piñeyro.   Trabajó en el diario Clarín y en revistas como El Periodista y Humor, y el mensuario Caín, del que fue director. También ha escrito para la revista española Planeta Humano y colaborado con el diario El País.   Actualmente prepara una novela por entregas para internet: El rey de los espinos.  Trabajó en el diario Clarín y en revistas como El Periodista y Humor, y el mensuario Caín, del que fue director. También ha escrito para la revista española Planeta Humano y colaborado con el diario El País. Actualmente prepara su primer filme como director, una historia llamada Superhéroe.

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