Marcelo Figueras
A modo de coda del texto de ayer, reproduzco la anécdota sobre Franklin Roosevelt que figura en la biografía escrita por H. W. Brands, Traitor to His Class, y que George Packer refirió en el New Yorker. Según parece, la misma noche de su triunfo sobre Hoover en 1932 -esto es, en lo más profundo de la Gran Depresión-, Roosevelt habló con su hijo James y le dijo que hasta ese entonces sólo le había temido a una cosa: el fuego. ‘Esta noche -agregó- creo que le temo a algo más’.
James le preguntó a qué le temía, por supuesto.
‘Temo no tener la fortaleza necesaria para llevar adelante esta tarea’, respondió Roosevelt. Luego de lo cual le confió que esa noche iba a rezar para pedirle fuerza a Dios. ‘Espero que tú también reces por mí, Jimmy…’
Nosotros rezamos por Obama.