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¿No ves que ya no somos chiquitos?

Por 6 de diciembre de 2009 diciembre 16th, 2021 Sin comentarios

Marcelo Figueras

Fui uno de los (muy) afortunados que el viernes por la noche asistió al concierto en que Luis Alberto Spinetta repasó varias décadas de creación musical. Sugestivamente, Spinetta adoptó una línea narrativa que desandaba el tiempo. Eligió partir de su presente –de su banda actual- y encaminarse a la música de las bandas de su pasado, concluyendo con las tres que dejaron una marca mayor en el rock en español: Invisible, Pescado Rabioso y Almendra –así, en un orden perfectamente inverso al de la Historia.

         Durante poco más de cinco horas (si no es un récord digno del Guinness, le pegó en el poste) y mediante cincuenta canciones, Spinetta intentó dejar testimonio de las cotas de belleza que esta música –la suya, pero también la de los músicos que versionó- alcanzó en casi medio siglo de búsquedas estéticas. Por algo empezó dando cuenta de una lista de músicos a los que también querría haber versionado y no llegó, por (obvias) limitaciones de tiempo. (Entre ellos estaban, por ejemplo, Andrés Calamaro y el Indio Solari.) Por eso también tocó canciones de sus colaboraciones con Charly García y Fito Páez, que subieron para ello al escenario, y otras de autores que considera insoslayables, como Tanguito, Pappo y Miguel Abuelo –muertos hace tiempo- y también Gustavo Ceratti.

En este sentido, aun cuando se promocionó el concierto como una cabalgata por la carrera de Spinetta, quedó de manifiesto que el artista quiso decir también que, en primer lugar, no sentía que estuviese contando tan sólo su historia; y en segundo término, que estaba defendiendo esa cualidad que podría definirse como interdisciplinaria que es, o tal vez fue, inherente al rock: su capacidad de asumir como propias todas las búsquedas y las influencias, entablando un diálogo intercultural fructífero fuera de cuyo marco y de cuya esencia no sería ni siquiera comprensible. Por eso no extrañó que dijese que sin Mariposas de madera de Miguel Abuelo no habría existido Muchacha ojos de papel. Ya desde su fundación, el rock sostuvo siempre esta doble vía de procesar influencias: por un lado estaba su forma de interpelar la(s) tradición(es), y por la otra su deseo de encontrar pares coetáneos con los que dialogar para superarse(se), a la mejor manera de la sana competencia que sostuvieron en su momento Lennon y McCartney.

La extensión del concierto no habló tan sólo de una carrera larga, sino ante todo dio cuenta de la riqueza de las músicas que Spinetta y sus ocasinales compañeros de ruta crearon a lo largo de estos años. Allí sonaron canciones pop, aires y arreglos de jazz y efluvios de música contemporánea, rhythm & blues, heavy rock y otra media docena de subgéneros, todo tamizado, por supuesto, por la sensibilidad sublime del Spinetta de quien tanto se habla como poeta –que lo es, nadie lo duda- pero del que nunca se dice lo suficiente como músico. Sin ir más lejos: hace muchos pero muchos años que no escucho una banda tan precisa e inspirada al mismo tiempo como la versión de Invisible que interpretó Perdonado (Niño condenado).  

           La misma decisión de ir de adelante para atrás reclama una interpretación que va más allá de la apelación a la nostalgia. Es verdad que la mayoría de los que allí estábamos no debe haber oído nunca en vivo a Almendra, ni siquiera en su reencarnación de la época de El valle interior. Pero el demoledor tres-dos-uno que propinaron las actuaciones sucesivas de Invisible, Pescado Rabioso y Almendra me dejaron en un estado del alma que trascendió el éxtasis para llegar a la inquietud. No voy a pretender que  esto fue algo deliberadamente buscado por Spinetta, aunque no lo descarto. Lo cierto es que, después de ese breve contacto con la versión sonora de la Arcadia que supuso la resurrección de esas tres bandas, me quedé dando vueltas como un trompo. Preguntándome por qué la mayoría de las músicas que hoy suenan tienen algo del Rock Según los Teletubbies, en franco contraste con la riqueza, la ambición, el delirio y el lirismo del Rock Según Spinetta & Co. Fue como si Spinetta nos hubiese conducido cual flautista de Hamelin hasta el filo del abismo para despertarnos antes de caer y decir: este fue el vórtice del que escapamos hace cuarenta años mediante el arte, y este otro es el vórtice ante el que estamos hoy. ¿Qué harán ustedes para sortear el vacío, para construir puentes donde no hay nada –para lograr que mañana sea (¡otra vez!) un momento mejor?

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Marcelo Figueras

Marcelo Figueras (Buenos Aires, 1962) ha publicado cinco novelas: El muchacho peronista, El espía del tiempo, Kamchatka, La batalla del calentamiento y Aquarium. Sus libros están siendo traducidos al inglés, alemán, francés, italiano, holandés, polaco y ruso.   Es también autor de un libro infantil, Gus Weller rompe el molde, y de una colección de textos de los primeros tiempos de este blog: El año que vivimos en peligro.   Escribió con Marcelo Piñeyro el guión de Plata quemada, premio Goya a la mejor película de habla hispana, considerada por Los Angeles Times como una de las diez mejores películas de 2000. Suyo es también el guión de Kamchatka (elegida por Argentina para el Oscar y una de las favoritas del público durante el Festival de Berlín); de Peligrosa obsesión, una de las más taquilleras de 2004 en Argentina; de Rosario Tijeras, basada en la novela de Jorge Franco (la película colombiana más vista de la historia, candidata al Goya a la mejor película de habla hispana) y de Las Viudas de los Jueves, basada en la premiada novela de Claudia Piñeiro, nuevamente en colaboración con Marcelo Piñeyro.   Trabajó en el diario Clarín y en revistas como El Periodista y Humor, y el mensuario Caín, del que fue director. También ha escrito para la revista española Planeta Humano y colaborado con el diario El País.   Actualmente prepara una novela por entregas para internet: El rey de los espinos.  Trabajó en el diario Clarín y en revistas como El Periodista y Humor, y el mensuario Caín, del que fue director. También ha escrito para la revista española Planeta Humano y colaborado con el diario El País. Actualmente prepara su primer filme como director, una historia llamada Superhéroe.

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