Marcelo Figueras
Nunca había oído hablar de Tony Judt, pero me detuve en el artículo del New York Times porque su título hablaba de una cuestión que me obsesiona, y cada vez más. El artículo firmado por Dwight Garner se llama Renovando una vieja idea: el bien común (Renewing an Old Idea: Common Good).
Dice Garner que Judt es un historiador inglés que está muriendo, ‘lenta y dolorosamente’, de esa esclerosis a la que suele llamarse ‘enfermedad de Lou Gehrig’. En algún punto, sostiene, llegará a comunicarse tan sólo por el parpadear de un ojo, como el inolvidable protagonista de La escafandra y la mariposa.
Garner define a Judt como ‘un impredecible intelectual de izquierdas’, y cita una de sus opiniones para ratificar el aserto. Según Judt, que es judío, Israel es ‘un anacronismo’ que está perdiendo la oportunidad histórica de perseguir ‘un Estado binacional’, que incluya tanto a judíos como a árabes, a israelíes como a palestinos.
La excusa del artículo es la publicación del último libro de Judt, que escribió mediante dictado a sus asistentes. Se llama Ill Fares the Land y es una suerte de sermón laico que no teme arriesgarse a la acusación de ingenuidad: su idea central es de que el Estado todavía puede, y además debe jugar un rol central en la vida de los ciudadanos sin poner en riesgo sus libertades. La palabra público, nos recuerda, ‘no siempre fue un término oprobioso en el léxico nacional’.
Lo que me motivó a contarles esto es una definición de Judt que me entusiasmó compartir. Según el historiador, en estos tiempos izquierdas y derechas han intercambiado roles. La derecha se habría radicalizado, según él, secuestrada por dirigentes y periodistas que ‘sólo pueden beneficiarse del caos y la ansiedad’ de la gente. Mientras que ahora es la izquierda la que lucha por conservar algo: ‘Las instituciones, legislación, servicios y derechos que heredamos de la época de oro de las reformas durante el siglo XX’.
Una definición que a mi entender, le cuadra perfectamente tanto a los políticos y periodistas de mí país como a los de éste que hoy visito -y por supuesto también a los Estados Unidos de Sarah Palin y el Tea Party.
Me gustaría leer el libro de Judt. Ojalá me lo cruce.