Marcelo Figueras
Algunos hecho que parecen inconexos (pero no lo son tanto):
1. El 4 de abril pasado, como ya consigné en este mismo lugar, el profesor Carlos Alberto Fuentealba fue asesinado en medio de una protesta sindical en la provincia argentina de Neuquén. Un policía de los que el gobernador Jorge Sobisch había mandado a reprimir la protesta le disparó una granada de gas a quemarropa, matándolo de forma casi instantánea al impactar contra su cabeza;
2. La semana pasada se lanzó aquí la nueva temporada del programa televisivo Showmatch, dedicado por entero al certamen que en USA se llamó Dancing With the Stars y aquí se llama Bailando por un sueño. Una de las novedades de este ciclo es la participación de Nina Peloso, pareja del conocido líder piquetero Raúl Castells. El debate sobre si es lícito, o cuanto menos positivo, que una dirigente social como Peloso participe en un programa de variedades moviéndose al ritmo de la salsa y la música disco, sigue abierto. En todo caso Castells y Peloso habrán hecho su propia evaluación sobre pros y contras y decidido que los pros volcaban el fiel de la balanza. Lo que no me parece relativo ni opinable es el hecho de que Peloso haya salido a escena con un cartel con la cara del profesor Fuentealba colgado del cuello. En otro contexto, la imagen del docente asesinado habría sido valorizada como se debe, y su aparición en un programa de éxito habría contribuido a la difusión del reclamo de justicia. Pero en el contexto de frivolidad pura en que se dio, con Peloso riéndose como si fuese una star, la imagen de Fuentealba allí metida dolía como una afrenta;
3. La Asociación de Periodistas de la Televisión y Radiodifusión Argentina, APTRA, que entrega anualmente el popular premio conocido como Martín Fierro (nuestra versión del Emmy), decidió eliminar de la premiación el rubro de programas educativos y culturales. No contenta con ello, abrió un rubro nuevo al que sí entregarán su premio: el de reality shows. En el año del asesinato de Fuentealba, a la gente de APTRA no se le ocurrió mejor cosa que darle la espalda a la educación –quiero decir, todavía un poco más de lo habitual.
Son cosas que pasan en un país que ha sido muy golpeado, hasta el punto de perder la capacidad de asombro.
Son cosas que pasan en un país donde mucha gente defiende aquello del fin justifica los medios.
Son cosas que pasan en un país en que el brillo ya no sólo ocupa su lugar, sino también parte del lugar que debería reservarse a la sustancia.
En todo caso los hechos (la ceguera moral del gobernador y la violencia del policía, el vale todo de Peloso y Castells, el ninguneo de APTRA) hablan de una crisis cultural que ya viene de lejos y excede en mucho el marco de las aulas.
Qué lástima que justo en este país, con la crisis educativa que existe, hayamos perdido un maestro más.
Si Fuentealba viese su cara saltando sobre las tetas de Nina Peloso, se moriría otra vez.