Marcelo Figueras
Este ha sido un año de siembra. Entre la escritura del tramo final de mi cuarta novela y la de un guión de cine, 2005 se me fue en compañía de un montón de gente imaginaria, a la que por supuesto nadie conoce todavía… salvo yo, porque les di asilo en mi mente. Creo tener una idea bastante aproximada de lo que siente un campesino que se juega todo lo que tiene en la siembra de ese año, esperando que los tiempos por venir sean benévolos y que las semillas den fruto al cambiar la temporada. Esta es, quizás, la parte más dura del oficio del artista: sentarse a esperar que el boomerang que lanzó al mundo regrese a sus manos, coronando su viaje.
Interpreto la creación de El Boomeran(g) como un signo auspicioso de lo por venir. La diaria escritura me permitió ponerme en contacto con gente que respondió con ideas a las ideas, y con emociones a las emociones. Fue un modo maravilloso de desprenderme del monólogo de la creación en solitario, necesario pero siempre incompleto, para aproximarme a aquellos en los que pienso a diario cada vez que me enfrento a la página en blanco. Porque existen algunos que crean tan sólo para satisfacerse a sí mismos, pero yo escribo pensando en compartir, como cuando uno era niño y se enamoraba de un libro o de un juguete nuevo: la gracia no estaba en guardarse esa historia como un secreto ni en jugar a solas, sino en acercar a los otros al ruedo.
Por supuesto, además de la gente imaginaria con la que uno convive está la gente real que tolera a diario sus excentricidades. Cuando llegue el momento de alzar la copa buscaré la compañía de todos ellos, porque son los garantes de mi felicidad. Lo mejor que puedo desearles a ustedes es que tengan la oportunidad de estar cerca de la gente amada, en estos momentos de fiesta y en todo momento. Y aquellos a quienes les falte alguien o algo les deseo la paciencia del campesino, porque como escribió W. B. Yeats, los hombres mejoran con los años. “Envejezco entre sueños, / Un tritón de mármol gastado por el tiempo / Entre las corrientes de agua”.
Feliz 2006 para todos, de corazón.