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Contra las cuerdas

Por 27 de febrero de 2006 Sin comentarios

Marcelo Figueras

Esa extraña mezcla de deporte y espectáculo llamada catch parece estar por todas partes en la Argentina de hoy. Han vuelto los programas de combate estilo libre a los canales de más rating, como el dominguero 100% lucha. En una de las ficciones más vistas de este verano, Sos mi vida, la protagonista está ligada a una troupe de catch. La comedia más promocionada de la temporada que comienza, Gladiadores de Pompeya, también tiene por héroe a uno de estos luchadores, interpretado por el actor Gabriel Goity. Y en todas estas ficciones, las características de estos personajes son similares: se trata de hombres fuertes, de ropajes coloridos y alias rimbombantes, que buscan en el ring la gloria que la vida les niega apenas bajan del cuadrilátero.
Por supuesto, la tradición del catch en la Argentina no es tan enfebrecida como la de México ni la de los Estados Unidos. Y además la mezcla de sus componentes es clara y definida: digamos que se trata de un 99 % de espectáculo y un 1% de deporte. De cualquier manera, su atractivo fundamental deriva sin dudas de la nostalgia. Aquí el catch despierta el recuerdo de un popularísimo programa de TV, Titanes en el Ring, que entretuvo y apasionó a millones de argentinitos durante los 60 y los 70. En aquel entonces, todos jugábamos a ser uno de los luchadores “buenos” (El Caballero Rojo, o el Ancho Rubén Peucelle) y nos trenzábamos en los recreos contra aquellos compañeros que tenían presencia de espíritu para asumir el rol de los “malos”: Ararat, Martín Karadagián, La Momia… Por cierto, La Momia fue uno de los visitantes más frecuentes de mis pesadillas de aquel entonces. Con el tiempo mis pesadillas cambiarían, claro. Pero los personajes que empezaron a asustarme desde 1976 ya nunca se fueron; nunca tuvieron la decencia de desaparecer cuando encendía la luz, un límite que La Momia sí entendía.
Hubo mil y un intentos de relanzar el catch en la televisión desde entonces hasta ahora, pero nunca cuajaron. Alguien podrá alegar que Titanes en el Ring es irrepetible como fenómeno desde la muerte de su creador, el también luchador Martín Karadagián. En todo caso, lo irrepetible es aquel tiempo que para tantos argentinos simboliza la inocencia. Un tiempo en que todavía la Argentina era aquel país pujante de las leyendas que fuimos los primeros en creernos. Un tiempo en que era posible luchar sin lastimarse de verdad, porque todos intuíamos que los golpes que volaban sobre aquel ring eran puro juego. Después llegó la dictadura, en 1976, y nos partió la vida en dos. Entonces entendimos que ya no podíamos luchar sin sentir dolor.
No me extraña que a treinta años exactos del golpe de Estado la TV resucite el catch dentro de sus ficciones. A todos aquellos que ya dejamos de ser argentinitos nos resulta fácil identificarnos con estos personajes. Sabemos que son un tanto patéticos, pero simpatizamos con su lucha quijotesca para conservar la dignidad aun cuando la vida (y por qué no la Historia) los ha puesto contra las cuerdas.

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Marcelo Figueras

Marcelo Figueras (Buenos Aires, 1962) ha publicado cinco novelas: El muchacho peronista, El espía del tiempo, Kamchatka, La batalla del calentamiento y Aquarium. Sus libros están siendo traducidos al inglés, alemán, francés, italiano, holandés, polaco y ruso.   Es también autor de un libro infantil, Gus Weller rompe el molde, y de una colección de textos de los primeros tiempos de este blog: El año que vivimos en peligro.   Escribió con Marcelo Piñeyro el guión de Plata quemada, premio Goya a la mejor película de habla hispana, considerada por Los Angeles Times como una de las diez mejores películas de 2000. Suyo es también el guión de Kamchatka (elegida por Argentina para el Oscar y una de las favoritas del público durante el Festival de Berlín); de Peligrosa obsesión, una de las más taquilleras de 2004 en Argentina; de Rosario Tijeras, basada en la novela de Jorge Franco (la película colombiana más vista de la historia, candidata al Goya a la mejor película de habla hispana) y de Las Viudas de los Jueves, basada en la premiada novela de Claudia Piñeiro, nuevamente en colaboración con Marcelo Piñeyro.   Trabajó en el diario Clarín y en revistas como El Periodista y Humor, y el mensuario Caín, del que fue director. También ha escrito para la revista española Planeta Humano y colaborado con el diario El País.   Actualmente prepara una novela por entregas para internet: El rey de los espinos.  Trabajó en el diario Clarín y en revistas como El Periodista y Humor, y el mensuario Caín, del que fue director. También ha escrito para la revista española Planeta Humano y colaborado con el diario El País. Actualmente prepara su primer filme como director, una historia llamada Superhéroe.

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