
Eder. Óleo de Irene Gracia
Marcelo Figueras
Ayer domingo en el New York Times leí un artículo sobre una profesora de Atlanta llamada Lorrie McNeill que, cambiando por completo los principios que suelen regir la enseñanza de su materia (Inglés, en este caso), deja ahora que sus alumnos elijan las novelas que quieren leer. Por supuesto, hay algunos que no salieron de lo obvio (la serie Maximum Ride de James Patterson, los libros de romance vampírico de Stephenie Meyer), pero otros optaron por novelas interesantes, que nunca habrían elegido de no haber sido desafiados a probar algo mejor: cosas de Toni Morrison, David Wroblewski y Tim O’Brien, por ejemplo. Por supuesto, las innovaciones de la profesora McNeill no son un capricho aislado, sino parte de un movimiento para “revolucionar la manera de enseñar literatura en las escuelas de los Estados Unidos”, sostiene el Times.
¿Habría aprendido más de lo que aprendí, durante mi educación secundaria, de haber tenido la suerte de contar con un profesor como esta McNeill? Por supuesto. Si hoy escribo novelas se debe, entre otras cosas, a que mi amor por la narrativa era tan grande que incluso toleró la tortura de las clases de literatura de cuarto y quinto año. En cuarto nos castigaron con clásicos españoles de los que nada recuerdo, y apenas nos permitieron leer uno o dos capítulos del Quijote. En quinto nos expusieron a una serie de mamotretos por completo olvidables (La Bolsa de Julián Martel, por ejemplo); por fortuna mi maestra la señorita Barbeito ya me había hecho descubrir Cortázar en la primaria, que de ser por mi profesora de la secundaria me habría perdido por completo.
¿A cuánta gente se le escapó la única oportunidad de su vida para aprender a apreciar los libros, por la tendencia a enseñar historia de la narrativa en lugar de apreciación literaria? ¿Qué es más importante: registrar las características del movimiento romántico, o entender cuán maravillosa, iluminadora, transformadora puede ser la experiencia de la lectura de ficción?
¿Ustedes sufrieron como yo mientras estudiaban Literatura?