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Salvas de advertencia

Por 20 de marzo de 2009 Sin comentarios

Eder. Óleo de Irene Gracia

Lluís Bassets

Al nuevo presidente se le recibe con salvas de bienvenida. Pero entre toda la cohetería hay que saber escuchar también las salvas de advertencia. Desde el primer día ha tenido que contar Obama con ellas. La primera la lanzó el presidente ruso Dimitri Mdevedev, que en vez de felicitarle por su elección le amenazó con desplegar misiles en Kaliningrado (territorio enclavado en el perímetro de la UE y de la OTAN) en caso de que persistiera con la voluntad de Bush de construir un escudo antimisiles en Polonia y Chequia. El disparo de aviso ruso ha tenido su respuesta casi cuatro meses después, cuando la Casa Blanca ha mandado un mensaje apaciguador al Kremlin: el escudo antimisiles puede sustituirse por una concertación entre rusos y americanos frente al proyecto nuclear iraní.

Bush probablemente se equivocaba, pero no es seguro que Obama acierte proporcionando una imagen de debilidad ante Moscú. También es cierto que con un cambio de rumbo entre las dos presidencias tan brusco se hace difícil mantener los matices entre la dureza extrema y la rendición. Obama ha iniciado una política que el columnista del FT, Gideon Rahcman, ha calificado como la doctrina Aretha Franklin, por la letra de su famoso hit, Respect. En vez de mirar a todo el mundo por encima del hombro y de tratar con desconsideración incluso a los amigos y aliados, como hicieron Bush y los suyos, en la nueva Casa Blanca se ha impuesto la educación y el respeto, a los que deberán acompañar, naturalmente, la firmeza y la claridad de ideas. Respeto a Moscú, ex superpotencia susceptible y celosa ante la vulneración de los privilegios reales o supuestos que se le atribuían; respeto al socio económico imprescindible y probable superpotencia en pocos años que es China: respeto al mundo árabe y musulmán, con sus civilizaciones milenarias; respeto específicamente a los persas, nueva potencia regional, orgullosa de su pasado y de su actual soberanía. Un respeto que cabrá esperar hacia todos: América Latina, por ejemplo, y seguro que tendrá consecuencias benéficas.

Pero el respeto excesivamente escrupuloso también puede inducir a veces a la confusión. El primer punto en contra se lo hemos apuntado ya a Obama precisamente por su declarada negligencia sobre los derechos humanos en China, un mensaje que irá rebotando de dictadura en dictadura con resultados lamentables hasta las mismas puertas de América, donde el régimen castrista y castrense se prepara para torear una vez más las exigencias de libertad y democracia. Se entiende perfectamente que la primera manga internacional de su presidencia no fuera especialmente exigente en este capítulo: ahora mismo la prioridad es desatascar el rompecabezas del Gran Oriente Próximo, donde se encadenan los conflictos y hace falta una mecánica de precisión y una gran habilidad diplomática y política para la reignición del proceso de paz.

Pekín, lejos de corresponder amistosamente a la actitud norteamericana, ha repetido una jugada ya tradicional con cada nuevo presidente, como es poner a prueba sus nervios con un incidente militar de calibre perfectamente acotado: esta vez ha sido un buque de inspección, el Impecable, el que se vio acosado cerca de las costas chinas y en situación litigiosa con cinco pequeñas embarcaciones chinas.

Rusia y China son imprescindibles para cualquier movimiento, desde los votos en el Consejo de Seguridad, hasta los nuevos planes para Afpak (Afganistán y Pakistán), pasando por la salida en orden de Irak. La negociación entre Siria e Israel, una de las llaves para un nuevo orden en la zona, vendrá también favorecida por el auxilio de las dos grandes potencias; pero ésta será absolutamente imprescindible en la negociación directa entre Teherán y Washington. Un excelente movimiento en el tablero ha sido la iniciativa norteamericana de invitar a Irán a la conferencia sobre Afganistán que se celebrará a finales de mes.

Todo esto no debiera llevar a emitir un mensaje tan tosco y de consecuencias negativas como el que soltó la secretaria de Estado en su viaje a Asia. Aplazar la presión directa sobre los derechos humanos quizás, pero convertir su olvido en una política me parece abiertamente rechazable. Hay un motivo adicional para esta crítica, que va más allá de los derechos humanos. Obama está paseándose sobre el alambre y en cualquier momento uno de estos movimientos puede mandarle al suelo, es decir, a que empiece a perder autoridad internacional.

No ha sido una muy buena señal en esta misma dirección que un experto diplomático de prestigio como Chass Freeman se haya visto obligado a renunciar a la presidencia del Consejo de Seguridad Nacional para el que había sido nombrado por Obama como resultado de la presión ejercida por el llamado lobby americano-israelí. El capital de prestigio del presidente es muy grande, pero está claro que son muchos a derecha e izquierda quienes quieren erosionarlo, algo que sólo puede contrarrestar con firmeza y obtención de buenos resultados.

Las ocasiones para poner a prueba la autoridad de la nueva administración en esta etapa de nuevo respeto internacional serán numerosas, porque ahora estamos únicamente en un momento de apertura de juego, pero muy pronto estarán en marcha varios procesos nuevos, llenos de trampas y también de oportunidades. Habrá que seguirlos con la máxima atención, tanto por su interés intrínseco como por la prueba rigurosa que significará para la presidencia de Obama. Ya no serán disparos de advertencia, sino fuego real en la escena diplomática.

 

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Lluís Bassets

Lluís Bassets (Barcelona 1950) es periodista y ha ejercido la mayor parte de su vida profesional en el diario El País. Trabajó también en periódicos barceloneses, como Tele/eXpres y Diario de Barcelona, y en el semanario en lengua catalana El Món, que fundó y dirigió. Ha sido corresponsal en París y Bruselas y director de la edición catalana de El País. Actualmente es director adjunto al cargo de las páginas de Opinión de la misma publicación. Escribe una columna semanal en las páginas de Internacional y diariamente en el blog que mantiene abierto en el portal digital elpais.com.  

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