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La paradoja de la felicidad

Por 10 de noviembre de 2009 Sin comentarios

Eder. Óleo de Irene Gracia

Lluís Bassets

Extraordinaria encuesta la del norteamericano Pew Reserch Center acerca de los cambios de actitudes en los países del desaparecido bloque comunista. Con motivo del aniversario de la caída del Muro, el instituto se ha interesado por el prestigio de la democracia y del capitalismo, la reunificación alemana, los sentimientos nacionales o la satisfacción con la propia vida comparativamente con los tiempos del comunismo. Lo que más choca de toda la encuesta es el contraste entre los juicios sobre el cambio político y el funcionamiento de sus países, de una parte, y de la otra, los sentimientos sobre la propia vida. Este contraste es lo que yo denominaría como la paradoja de la felicidad.

Mientras quedan mitigados los juicios favorables a los cambios obtenidos en estos veinte años, aparece con gran intensidad una mayor satisfacción por la propia vida. Hay que subrayar que la aprobación de la democracia y del capitalismo alcanza niveles mayoritarios en casi todos los países: desde el 52 por ciento de Bulgaria hasta el 85 por ciento de Alemania del este, con la excepción del 30 por ciento de Ucrania, en relación al cambio democrático; y desde el 50 por ciento de Rusia y Lituania hasta el 82 por ciento de Alemania del este, con las excepciones de Ucrania con el 36 por ciento y Hungría con el 46, en relación al cambio capitalista. Pero en todos ellos desciende la opinión favorable en relación a idénticas apreciaciones en 1991, momento en que ambos conceptos antitéticos con el comunismo tenían mayor prestigio.
La satisfacción por la propia vida, en cambio, experimenta un salto espectacular en casi todos los países, con el incremento máximo de 30 puntos porcentuales en Polonia y el mínimo de siete en Hungría. Lo mismo cabe decir respecto a la visión optimista sobre el futuro, que supera en todos los países encuestados a la visión pesimista, desde el máximo de un 44 por ciento de los rusos, hasta el mínimo del 28 por ciento de los alemanes del este. Las apreciaciones positivas ante la propia vida y ante el futuro son más intensas entre los más jóvenes, la población urbana y la que tienen mejor educación, por lo que cabe aventurar que justo ahora está empezando a producirse el auténtico cambio de mentalidades.
La paradoja radica, todavía, en la disonancia entre unos juicios políticos condicionados por la memoria del pasado y la realidad de cómo transcurren las vidas de cada uno de los encuestados. Y aunque no tengo datos en mano sobre apreciaciones equivalentes en el resto de Europa, me atrevo aventurar que esta paradoja de la felicidad acerca a los ciudadanos europeos del este a los de la Europa que siempre ha sido capitalista.
(Enlaces. Hay muchas más cosas de gran interés en la encuesta. Por ejemplo sobre las actitudes xenófobas en dichos países respecto a sus minorías. El lector podrá ampliar la información en El País o consultando directamente el documento del PRC).

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Lluís Bassets

Lluís Bassets (Barcelona 1950) es periodista y ha ejercido la mayor parte de su vida profesional en el diario El País. Trabajó también en periódicos barceloneses, como Tele/eXpres y Diario de Barcelona, y en el semanario en lengua catalana El Món, que fundó y dirigió. Ha sido corresponsal en París y Bruselas y director de la edición catalana de El País. Actualmente es director adjunto al cargo de las páginas de Opinión de la misma publicación. Escribe una columna semanal en las páginas de Internacional y diariamente en el blog que mantiene abierto en el portal digital elpais.com.  

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