Skip to main content
Blogs de autor

El ojo velado del terror

Por 11 de septiembre de 2011 Sin comentarios

Lluís Bassets

No hay quien borre esas imágenes. Han pasado diez años, pero pueden pasar muchos más. Entre quienes las vieron aquella mañana clara de septiembre no habrá quien las elimine de sus memorias. No hablemos ya de quienes sufrieron y sobrevivieron a aquellos ataques fulgurantes que destruyeron los símbolos más altos, físicamente incluso, del poder del dinero y de la fuerza militar. La huella devastadora en los cuerpos de miles de personas y en las mentes de millones tiene la fuerza de una guerra entera de exterminio. Y así lo entendieron Estados Unidos y el mundo. Con un ataque terrorífico a las dos metrópolis, política y económica, americanas, que es como suelen terminar las guerras, empezó la que George W. Bush declaró al terrorismo, con el propósito de restaurar su capacidad disuasiva en el mundo después de sufrir en su territorio lo que era la mayor afrenta militar de su historia, jamás osada anteriormente, ni por Japón y Alemania durante la Segunda Guerra Mundial, ni por supuesto por la URSS durante la guerra fría.

Mucho se ha visto y se ha contado de aquellas horas de conmoción. Sabemos cómo lo vivieron los principales responsables del Gobierno de Estados Unidos. Centenares de testigos han explicado su experiencia. Todos hemos narrado en un momento u otro qué estábamos haciendo en aquellos instantes lúgubres. Centenares de libros, reportajes y películas nos han explicado minuto a minuto aquella agonía y el terror de los días que siguieron, cuando se fue ensanchando la herida en nuestras mentes y los principales responsables de la Casa Blanca temieron vivir sus últimas horas de vida antes de un ataque de mayores dimensiones. Decenas de teorías para todos los gustos han intentado explicar lo que no cabe en una mente humana, la razón para tanto dolor, los motivos para el nihilismo hipnótico que movilizó a los suicidas. Conspiraciones paranoicas, fobias racistas y religiosas, profecías y viejas inscripciones en textos sagrados aliñan muchas de esas explicaciones que nada explican.
Y sin embargo, diez años después, sabemos mucho, casi todo, de Al Qaeda y de su disminuida estructura, en buen parte físicamente liquidada y políticamente derrotada, después de que consiguiera alcanzar con su zarpa todos los continentes. Pero la idea de un ataque simultáneo y a gran escala a los corazones financiero y militar del mundo será difícil que deje de golpear en la mente de quien todavía hoy intente penetrar en el significado de aquellas imágenes increíbles del horror que cambiaron la historia. El 11-S es todavía un ojo ciego que nos mira, la cuenca vacía de una calavera que nos sonríe, en la que podemos vernos a nosotros mismos, los humanos de todas las razas y religiones, con toda nuestra capacidad de fanatismo y de destrucción.

profile avatar

Lluís Bassets

Lluís Bassets (Barcelona 1950) es periodista y ha ejercido la mayor parte de su vida profesional en el diario El País. Trabajó también en periódicos barceloneses, como Tele/eXpres y Diario de Barcelona, y en el semanario en lengua catalana El Món, que fundó y dirigió. Ha sido corresponsal en París y Bruselas y director de la edición catalana de El País. Actualmente es director adjunto al cargo de las páginas de Opinión de la misma publicación. Escribe una columna semanal en las páginas de Internacional y diariamente en el blog que mantiene abierto en el portal digital elpais.com.  

Obras asociadas
Close Menu
El Boomeran(g)
Resumen de privacidad

Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.