
Eder. Óleo de Irene Gracia
Lluís Bassets
José Luis Centella, el nuevo secretario general del Partido Comunista de España, se ve a sí mismo como ?comunista del siglo XXI? y se considera ?heredero de la revolución bolchevique?. Curiosas afirmaciones que reducen todo el comunismo del XIX y parte del XX al fenómeno que monopolizó la entera ideología comunista y la convirtió en el fundamento de una aberración totalitaria e imperialista. Todo lo que hubo antes y en oposición a Lenin dentro del movimiento obrero, queda excluido de la tradición de la que se considera heredero el señor Centella. Todo lo que hubo después en disidencia con el bolchevismo en la izquierda comunista queda también excluido. Entregar el entero comunismo al totalitarismo leninista y estalinista y al nacionalismo imperial ruso que lo encarnó en la Unión Soviética sólo sirve para echar una palada más de tierra sobre este cadáver ya sepultado.
Basta con recordar la figura y las ideas de una comunista de izquierda, por supuesto antileninista, como Rosa Luxemburgo con su frase célebre y siempre insuficientemente citada para ver hasta qué punto es poco de fiar el señor Centella. Ningún bolchevique piensa que ?la libertad es la libertad de los que piensan distinto?. Tampoco lo piensan, por cierto, los auténticos comunistas del siglo XXI, los dirigentes de los únicos regímenes que reivindican esa ideología, ya sea desde el estricto purismo comunista, como en Corea de Norte y Cuba, ya sea desde el mix de lo peor de ambos sistemas, como en China: economía capitalista manchesteriana y régimen político totalitario de partido único con ausencia absoluta de libertades individuales.
(Enlaces: con la entrevista a Centella, con la página de la fundación Rosa Luxembug en la que se cita y glosa la frase).