Julio Ortega
Joaquín Marco. El crítico peregrino. Leer y escribir sobre narrativa española. Madrid: Marenostrum, 2009.
Esta recopilación de ensayos, balances y artículos sobre novela española moderna y contemporánea es, en primer lugar, una biografía intelectual de Joaquin Marco, de su vasta producción crítica y su permanente fe en la lectura. Esto es, de la necesidad vital de interpretar la producción literaria como el íntimo proceso de la formación nacional moderna. Editor de largo aliento, crítico constante desde la prensa barcelonesa, compilador de trabajos criticos sobre autores y movimientos literarios claves; hombre, en fin, de letras comprometido con la escritura de su tiempo, Marco representa la estirpe más civil del crítico como agente cultural, a la vez tolerante y justo. Durante cuarenta años, Marco ha practicado la crítica como testigo privilegiado del movimiento cultural que buscó abrirle puertas a la cultura española, siguiendo la promesa moderna de una sociedad que, en la lectura, adquiría su conciencia reflexiva y su capacidad de diálogo. Este libro prueba que las palabras ganaban, desde la literatura, la veracidad mutua.
No es casual, entonces, que la primera parte de esta compilación se titule “Una literatura para la democracia,“ y empiece con las evidencias: las literaturas de España se han desarrollado, desde la Guerra Civil, frente a un escollo principal: la censura. Este libro incluye trabajos que van de 1965 hasta 2003, aunque la mayoría son de la década de los 70, y corresponden, por lo mismo, al horizonte de expectativas abierto por la democracia. Pero si el largo debate por hacer de la crítica una forma adelantada de libertad ciudadana, es parte ya de la historia intelectual de la recuperada modernidad española; las promesas de la transición, en cambio, no se cumplieron literariamente como movimiento de renovación. Las grandes novelas que saldrían a la luz al acabar la censura, no aparecieron. Más bien, las mayores novelas se dieron en esos años de fermento y lucha contra las censuras. Y también, cuando se asumió el riesgo formal, el diálogo creativo con la novela latinoamericana y la recuperación de la novela española del exilio. En la sección “De Nada a la Modernidad,” Marco recuenta principalmente la obra de Cela, Delibes y Torrente Ballester, seguramente proyectos modélicos. Pero en la siguiente sección y más decisiva, “Una narrativa camino a Europa,” el crítico recorre la gran diversidad narrativa de la transición: Semprún, Fernández Santos, Sánchez Ferlosio, Martín Gaite, García Hortelano, Juan Goytisolo, Martín Santos, Marsé y Luis Goytisolo, sobre cuya obra se detiene con más atención, y no sin buenas razones; la serie iniciada con Recuento es una de las mayores articulaciones contemporáneas de la novela escrita dentro de España. Luego, Marco reúne bajo el rubro de “Por caminos inciertos,” la disyunción de voces y tendencias que van de Vázquez Montalván a Enrique Vila-Matas. Mientras que las secciones anteriores están signadas por la certidumbre, ésta testimonia las rutas no de la ficción sino del campo cultural, que estos años de bienestar transforman sus convicciones, hábitos, y expectativas. La literatura deja de ser una actividad heroica y pasa a ser materia del mercado en la sociedad del espectáculo. Pero el crítico, con mano firme, separa la paja del grano y, con buen ánimo, recobra aquello que promete futuro.
Joaquín Marco empezó su fructífera carrera en Destino y fue crítico literario de La Vanguardia. Su trabajo incluye la monografía, el estudio académico, y la edición formal, pero nunca consideró su labor divulgadora como menor y fue capaz de hacer, con igual rigor, la reseña periodística. Fue por mucho tiempo unos de los pocos críticos españoles dedicados con fervor a las literaturas latinoamericanas. En la memorable serie OCNOS que fundó y editó, aparecieron por primera vez en España los principales poetas latinoamericanos pero también algunos libros de poetas españoles del exilio. Catedrático de literatura española en la Universidad de Barcelona, fue uno de los muy pocos que le hizo lugar a las escrituras de la otra orilla. No menos rico de lecturas y recuentos será el tomo de sus trabajos sobre hispanoamericana que debe seguir a esta compilación.
La atención crítica de Joaquín Marco tiene la forma de su devoción literaria. Merece reconocimiento esa labor discreta, tan vital como intelectual, tan gratuita como necesaria.