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Blogs de autor

Una joven sin nombre

Por 4 de febrero de 2011 Sin comentarios

Javier Rioyo

 

Es verdad, Paris no se acaba nunca. Y cada año seguimos pensando que siempre nos quedará Paris. La ciudad a la que desde muy jóvenes tuvimos que escaparnos para tantas cosas. La primera vez, o la segunda no lo tengo tan claro, estaba en los cines una película mítica. Una película prohibida en aquella insoportable España de censuras y mentiras. En París, además de canutos fumados en la tumba de Oscar Wilde,  garitos de jazz, bares de vino barato, libros robados en Masperó, sueños revolucionarios pequeño burgueses y amores en buhardillas de amigos, vimos "El último tango". Nos enamoramos fugazmente de María Schneider y deseábamos ser duros y decadentes como Marlon Brando. La verdad es que no llegamos a ser ni Jean Pierre Leaud.

La película nos tocó el corazón y el cerebro, nos conmocionó por su soledad, por su fuerza erótica y por la música de tangos tristes de Gato Barbieri. Ya admirábamos a Bertolucci, pero ahora era una de nuestras referencias mayores. Nunca Marlon Brando había estado tan seductor. Ni nunca una chica como nosotros fue tan eróticamente libre en el cine.

Acaba de morir María Schneider, nos han quitado un paisaje de nuestra juventud. No era la más guapa, ni tenía el mejor cuerpo, era complicada, cercana a los caminos peligrosos y no fue capaz de superar su papel de Jeanne, esa amante entregada a los encuentros furtivos, al amor físico y a los deseos de su amante dominador. También nosotros hemos deseado alguna relación como aquella. El encuentro de dos personas que se desconocen en todo, pero que se aman con una intensidad quizá insoportable. "No names, no names", decía el personaje de Brando, Paul a su compañera de juegos sexuales, a su fugaz amor encontrado por azar. No había que saber ni su nombre, ni su vida, ni su pensamiento o sus problemas. Solo encontrarse para amarse. Una manera de irse conociendo y desconociendo. Una forma de encontrarse y de huir.

Pocos años después, después de haber rodado en España una película de Antonioni con Jack Nicholson, "El reportero", María fue reclamada por Buñuel. Ella estaba destinada- y contratada- para ser la protagonista de la última película de Buñuel, "El oscuro objeto del deseo". Llegó a Madrid, se encontró con don Luis y al día siguiente ya estaba de regreso a París. No sabemos exactamente que pasó en ese encuentro. Se dice que era un momento en que María estaba muy enganchada a algunas drogas. Algo de ella no gustó a Buñuel. La cambió por dos actrices: Ángela Molina y Carole Bouquet, una de las soluciones más imaginativas de la historia del cine. Ahora no imaginamos la película sin ese doble reparto para el papel que solo debería haber interpretado María Schneider. Como tampoco podemos imaginar "El último tango" sin la interpretación de aquella joven que nunca superó su interpretación en aquél tango en París.

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Javier Rioyo

Javier Rioyo (Madrid, 1952) es licenciado en Ciencias de la Información. Periodista, escritor, director y guionista de cine, radio, televisión y dramáticos. Dirigió y presentó el programa semanal de libros Estravagario en TVE 2, con el que obtuvo el Premio Fomento a la Lectura 2005, concedido por la Federación del Gremio de Editores de España. También ha sido responsable de cultura y libros en el programa diario Hoy por hoy de la cadena SER. Es colaborador habitual de El País (escribe para el suplemento semanal Domingo) y de la revista Cinemanía. En televisión, Rioyo ha presentado el programa "El Faro" del canal Documanía y ha obtenido dos premios Ondas en Radio y uno en Televisión. Ha sido guionista de numerosos festivales de música para Canal+, así como de los premios Goya, y de diversos programas de radio y televisión. También coordinó los guiones para la serie Severo Ochoa. Ha dirigido y participado en cursos de Comunicación y Cultura en diversas universidades españolas. Formó parte del Comité Asesor de Alfaguara y ha sido jurado de festivales de cine y premios literarios en varias ocasiones. Es autor del libro Madrid: casas de lenocinio, holganza y malvivir (Espasa Calpe, Premio 1992 Libros sobre Madrid); y de La vida golfa (Aguilar, 2003). En 2005, con su productora Storm Comunicación, realizó la producción ejecutiva y el guión de Miracolo Spagnolo, un documental para la RAI sobre la llegada de José Luis Rodríguez Zapatero al gobierno y su primer año de legislatura. También dirigió y produjo Alivio de luto, un vídeo documental en el que entrevista a Joaquín Sabina; así como Un Quijote cinematográfico. En 1994 fundó la productora Cero en conducta, con José Luis López-Linares, con la que tuvo a su cargo el guión y la dirección de Alberti para caminantes (2003); y la producción ejecutiva y el guión del largometraje Un instante en la vida ajena (2003), que obtuvo el Premio Goya al mejor documental; así como de Tánger, esa vieja dama (2002). También ha codirigido con José Luis López-Linares el cortometraje Los Orvich: Un oficio del Siglo XX (1997), y los largometrajes Extranjeros de sí mismos (2001), nominado al mejor documental en la XVI edición de los Premios Goya; A propósito de Buñuel (2000); Lorca, así que pasen cien años (1998), nominado a los premios Emmy 1998; y Asaltar los cielos (1996), nominado a los premios Goya al Mejor Montaje, y ganador del Premio Especial Cine, de los Premios Ondas 1997.

En 2011 fue nombrado director del centro del Instituto Cervantes de Nueva York en sustitución de Eduardo Lago.​ Ocupó el cargo hasta septiembre de 2013, cuando fue sustituido por Ignacio Olmos.​ En 2014 fue nombrado responsable del centro del Instituto Cervantes en Lisboa.​ En febrero de 2019 deja el cargo y pasa a dirigir el centro de Tánger de la misma institución.

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