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TRES EN CÍRCULO

Por 5 de octubre de 2006 Sin comentarios

Javier Rioyo

Antes de subir a la presentación del libro de Jorge Edwards, Persona non grata, que tendría lugar en una de las últimas plantas de ese laberíntico espacio del Círculo de Bellas Artes, tuve un feliz encuentro con la obra de tres artistas fundamentales de la modernidad del siglo XX, de sus sueños de rupturas, de sus maneras heterodoxas de entender el arte. Me tropecé, en realidad estaba buscando el tropezón, con la obra de Jean Arp, de Henry Michaux y de Mario Cesariny. Placentero encuentro en un espacio cada día más dinámico pero más complicado de recorrer, de salir y de entrar. Y sin embargo se llena, a la gente le gusta el laberinto. A mí también. Debería haber más laberintos, aunque fuera en los jardines públicos. Sigamos en el Círculo, en ese contenedor de artes dispersas -incluido el billar- ese territorio imprescindible de nuestros encuentros culturales, en donde lo normal es dar una conferencia o que te la den. Un excelente mirador para esperar pacientemente que algún día funcione mejor el más hermoso de los cafés abiertos a una ciudad que soñó ser una moderna metrópolis al mismo tiempo que crecía su edificio.

El libro de Edwards, ahora felizmente rescatado, tiene más de treinta años. Más de tres décadas y sigue tan vigente, tan lúcido y eficaz como cuando no quisimos leerlo. No quisimos y, sin embargo, lo hicimos. No queríamos compartir sus opiniones, sus miradas, sus críticas y lo terminamos haciendo. Si no lo hicieron entonces, háganlo ahora. El libro de Edwards sigue siendo necesario para saber más de Cuba, Fidel, la izquierda guerrillera y la del caviar. Para saber de Neruda y de Allende, para saber de diplomacia y de mentiras. Un libro que debemos agradecer. Y más algunos que tan ingratos fuimos con un escritor que se atrevió a decir la verdad de una revolución que era una mentira.

El libro de Edwards está en las librerías. También los catálogos de las tres exposiciones más interesantes y no tan habituales de tres artistas que hicieron de su independencia, de su inteligente camino a contracorriente, de su navegar entre el dadaísmo y el surrealismo sus esencias artísticas, Arp y Cesariny. Y esa manera de moverse al margen de un artista tan esencial, tan genialmente arbitrario, tan excelente en sus márgenes que fue Michaux. Un buen bárbaro que estuvo muchas veces en nuestro país. Que no le gustó nada Madrid y que se enamoró de Doñana y del paisaje de Almería. Si Michaux pudiera ver ahora este Madrid en que se le edita y expone, podría cambiar de opinión, sobre todo si recorriera la ciudad de manos de un amigo, seguidor y admirador, de otro pintor que escribe y que dejó la dulce Francia por el cocido madrileño: Eduardo Arroyo. En los “ Icebergs” expuestos en el Círculo encontramos los antecedentes de muchos artistas, no precisamente de Arroyo. Nada malo saber mirar a los maestros.

También hay que ver el mundo de Arp, el mundo de ese dadaísta que supo pasar por el Cabaret Voltaire cuando tocaba estar allí.¡Cuántas veces hemos deseado estar allí, entre aquellos que tanto y tan bien se reían de tantas cosas desde un bar en Zurcí! Ahora, también Madrid le sienta muy bien a Jean Arp y sus ya tan clásicas piezas de los tiempos en que la vanguardia tenía sentido. Quizá lo siga teniendo.

Y cerrar el círculo, o dejarlo abierto, con la pintura y la poesía del último surrealista portugués, Mario Cesariny, uno de los últimos mitos vivos de ese movimiento, el surrealista, que pasó por Iberia, llegó a México y se encontró muy cómodo.

Después siguió su camino, su historia de ida y vuelta, todavía está presente y vivo en artistas, en poetas tan jóvenes como el viejo Cesariny.

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Javier Rioyo

Javier Rioyo (Madrid, 1952) es licenciado en Ciencias de la Información. Periodista, escritor, director y guionista de cine, radio, televisión y dramáticos. Dirigió y presentó el programa semanal de libros Estravagario en TVE 2, con el que obtuvo el Premio Fomento a la Lectura 2005, concedido por la Federación del Gremio de Editores de España. También ha sido responsable de cultura y libros en el programa diario Hoy por hoy de la cadena SER. Es colaborador habitual de El País (escribe para el suplemento semanal Domingo) y de la revista Cinemanía. En televisión, Rioyo ha presentado el programa "El Faro" del canal Documanía y ha obtenido dos premios Ondas en Radio y uno en Televisión. Ha sido guionista de numerosos festivales de música para Canal+, así como de los premios Goya, y de diversos programas de radio y televisión. También coordinó los guiones para la serie Severo Ochoa. Ha dirigido y participado en cursos de Comunicación y Cultura en diversas universidades españolas. Formó parte del Comité Asesor de Alfaguara y ha sido jurado de festivales de cine y premios literarios en varias ocasiones. Es autor del libro Madrid: casas de lenocinio, holganza y malvivir (Espasa Calpe, Premio 1992 Libros sobre Madrid); y de La vida golfa (Aguilar, 2003). En 2005, con su productora Storm Comunicación, realizó la producción ejecutiva y el guión de Miracolo Spagnolo, un documental para la RAI sobre la llegada de José Luis Rodríguez Zapatero al gobierno y su primer año de legislatura. También dirigió y produjo Alivio de luto, un vídeo documental en el que entrevista a Joaquín Sabina; así como Un Quijote cinematográfico. En 1994 fundó la productora Cero en conducta, con José Luis López-Linares, con la que tuvo a su cargo el guión y la dirección de Alberti para caminantes (2003); y la producción ejecutiva y el guión del largometraje Un instante en la vida ajena (2003), que obtuvo el Premio Goya al mejor documental; así como de Tánger, esa vieja dama (2002). También ha codirigido con José Luis López-Linares el cortometraje Los Orvich: Un oficio del Siglo XX (1997), y los largometrajes Extranjeros de sí mismos (2001), nominado al mejor documental en la XVI edición de los Premios Goya; A propósito de Buñuel (2000); Lorca, así que pasen cien años (1998), nominado a los premios Emmy 1998; y Asaltar los cielos (1996), nominado a los premios Goya al Mejor Montaje, y ganador del Premio Especial Cine, de los Premios Ondas 1997.

En 2011 fue nombrado director del centro del Instituto Cervantes de Nueva York en sustitución de Eduardo Lago.​ Ocupó el cargo hasta septiembre de 2013, cuando fue sustituido por Ignacio Olmos.​ En 2014 fue nombrado responsable del centro del Instituto Cervantes en Lisboa.​ En febrero de 2019 deja el cargo y pasa a dirigir el centro de Tánger de la misma institución.

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