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Toulouse, capital del exilio

Por 4 de enero de 2010 Sin comentarios

Eder. Óleo de Irene Gracia

Javier Rioyo

 

 Emociona visitar la exposición sobre ese "cuerno" republicano y español en el sur de Francia. Conmueve viajar a esa Toulouse forjada por rebeldías democráticas y españolas. Una ciudad que se transformó con las ilusiones de muchos derrotados de la España republicana. Vital, quijotesca, amparadora de miles de españoles que, ni cautivos, ni sometidos, armados con la esperanza de cambiar el futuro, supieron hacer de todos una ciudad que empezó siendo ajena y terminó siendo suya.

Toulouse, tan francesa, es también una patria española. Siempre ha sido una ciudad cercana y abierta. Una de esas ciudades que rompían los tópicos de nuestra separación de Europa por los Pirineos. Pero cuando Toulouse se hace más sanguínea y emocionalmente nuestra es a partir de la primavera del año 39. Después de haber pasado la frontera con los fríos del invierno, de haber soportado la vida de refugiados en campos del sur de Francia, miles de aquellos españoles, conscientes de la imposibilidad del regreso, se reparten por pueblos y ciudades cercanas a la frontera. Quizá con la vaga esperanza de un día poder volver al país que los expulsó.

La vida es dura en aquellos años. Derrotados por los fascistas españoles, tienen que volver a luchar contra el nazismo que viene de Alemania. Francia es también un país secuestrado en sus libertades. Otra guerra contra la barbarie emprenden para supervivir muchos republicanos españoles. Después de años de incertidumbre, de muertos, de penurias, los españoles demócratas se han ganado un lugar en la Francia democrática. Los españoles de Toulouse se integran en la vida cotidiana de una ciudad que está normalizando la vida. Tienen que comenzar una nueva vida. Trabajadores, artesanos, campesinos, algunos licenciados, profesores, tenderos, mujeres que cosen, limpian, sirven o enseñan. Un grupo humano que quiere tener una vida mejor en una ciudad que ya empieza a ser también la suya y un idioma que también será el suyo.

Pasan los años, las décadas, el franquismo sigue en el poder, los españoles de Toulouse viven  con las ventajas de la democracia, aunque con el dolor del exilio. Muchos quieren regresar, algunos lo hacen en los años sesenta, no demasiados. España, aquella tierra de la que fueron expulsados, sigue siendo un país sin libertades y sin trabajo. Miles, millones de españoles que tienen que volver a salir al extranjero.

Los españoles del exilio toulesano son un grupo humano que ayuda a la transformación de la ciudad que nunca han dejado de sentir los valores democráticos en los que creyeron. Ya son parte del paisaje humano de una ciudad que no hubiera sido la misma sin la contribución de aquellos derrotados que supieron vencer la batalla del futuro. Toulouse también es española.

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Javier Rioyo

Javier Rioyo (Madrid, 1952) es licenciado en Ciencias de la Información. Periodista, escritor, director y guionista de cine, radio, televisión y dramáticos. Dirigió y presentó el programa semanal de libros Estravagario en TVE 2, con el que obtuvo el Premio Fomento a la Lectura 2005, concedido por la Federación del Gremio de Editores de España. También ha sido responsable de cultura y libros en el programa diario Hoy por hoy de la cadena SER. Es colaborador habitual de El País (escribe para el suplemento semanal Domingo) y de la revista Cinemanía. En televisión, Rioyo ha presentado el programa "El Faro" del canal Documanía y ha obtenido dos premios Ondas en Radio y uno en Televisión. Ha sido guionista de numerosos festivales de música para Canal+, así como de los premios Goya, y de diversos programas de radio y televisión. También coordinó los guiones para la serie Severo Ochoa. Ha dirigido y participado en cursos de Comunicación y Cultura en diversas universidades españolas. Formó parte del Comité Asesor de Alfaguara y ha sido jurado de festivales de cine y premios literarios en varias ocasiones. Es autor del libro Madrid: casas de lenocinio, holganza y malvivir (Espasa Calpe, Premio 1992 Libros sobre Madrid); y de La vida golfa (Aguilar, 2003). En 2005, con su productora Storm Comunicación, realizó la producción ejecutiva y el guión de Miracolo Spagnolo, un documental para la RAI sobre la llegada de José Luis Rodríguez Zapatero al gobierno y su primer año de legislatura. También dirigió y produjo Alivio de luto, un vídeo documental en el que entrevista a Joaquín Sabina; así como Un Quijote cinematográfico. En 1994 fundó la productora Cero en conducta, con José Luis López-Linares, con la que tuvo a su cargo el guión y la dirección de Alberti para caminantes (2003); y la producción ejecutiva y el guión del largometraje Un instante en la vida ajena (2003), que obtuvo el Premio Goya al mejor documental; así como de Tánger, esa vieja dama (2002). También ha codirigido con José Luis López-Linares el cortometraje Los Orvich: Un oficio del Siglo XX (1997), y los largometrajes Extranjeros de sí mismos (2001), nominado al mejor documental en la XVI edición de los Premios Goya; A propósito de Buñuel (2000); Lorca, así que pasen cien años (1998), nominado a los premios Emmy 1998; y Asaltar los cielos (1996), nominado a los premios Goya al Mejor Montaje, y ganador del Premio Especial Cine, de los Premios Ondas 1997.

En 2011 fue nombrado director del centro del Instituto Cervantes de Nueva York en sustitución de Eduardo Lago.​ Ocupó el cargo hasta septiembre de 2013, cuando fue sustituido por Ignacio Olmos.​ En 2014 fue nombrado responsable del centro del Instituto Cervantes en Lisboa.​ En febrero de 2019 deja el cargo y pasa a dirigir el centro de Tánger de la misma institución.

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