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Se hará lo que se pueda

Por 6 de julio de 2009 Sin comentarios

Eder. Óleo de Irene Gracia

Javier Rioyo

 

 

 

Acabo de ver en todos los periódicos a un torero en la primera página. No es la primera vez, ni será la última, que éste torero, José Tomás, de purísima y oro, de valentía y sangre, llena con esa emoción intrasmisible la retina de los que le hayan visto. Los que  quieran ver. Los que sepan ver. Nada se puede imponer. Tampoco nada se debería negar por decreto. No sé cuanto tiempo durara ésta fiesta, este arte, pero sí que mientras haya toreros como José Tomás habrá fiesta. Aunque sea clandestina. Mientras haya tomasistas, habrá tauromaquia. Esa pasión que tiene que ver con la zona emocional más incomprensible y profunda de un pueblo llamado España. También se puede ser español desde el lado contrario, desde el que niega, ignora o desprecia esa fiesta mortal. Pero en éste ruedo ibérico cabemos todos.

Conservo en mi retina algunas de las mejores faenas que se han podido ver en ésta fiesta desde los años setenta a nuestros días. Por mi emoción han pasado Curro Romero, Antoñete, Rafael de Paula, Paco Camino, Manolo Vázquez, Esplá, Joselito o los jóvenes Morante de la Puebla, Castella, Talavante, El Juli…pero después de haber estado el día cinco de Junio de 2008 en Las Ventas- mi compadre Sabina fue el conseguidor- creo que sólo podría recordar la misma belleza, el mismo clamor interior construido con silencios- como dice Matías Antolín- o esa belleza callada del toreo de la que hablaba Bergamín ante una tarde de Rafael de Paula, precisamente con este torero gitano ya retirado, con el sevillano Curro Romero o con el madrileño Antoñete. Ellos son, de los que yo he podido ver, al lado de José Tomás los que hacen que sea hermoso creer en esta fiesta, perseguir esta belleza.

Me tengo que reunir con mi amigo Matías Antolín -que recorrió España de maletilla, que es un descreído vital, un querido excéntrico con chaleco, un hablador que sueña silencios y un escritor rápido como una guillotina – porque desde hace años es el más fiel seguidor de las tardes sangrientas y las puras, de las tardes grandes y de las gloriosas y que de todas ellas acaba de publicar un libro: "José Tomás. Toreo de silencio", que es un apasionado acercamiento a éste hombre, a éste artista al que en la plaza sólo le falta morir. Eso fue lo que al gran Juan Belmonte le dijo una vez Valle Inclán. El silencioso maestro contestó: "Se hará lo que se pueda"

Alguna vez han comparado a Tomás con Belmonte, algo cercano a un valor suicida les une. Pero yo no creo que con Tomás haya que hacer lo que decía El Guerra sobre Belmonte: "El que quiera verlo torear, que se de prisa". Belmonte no murió por un toro. No cayó en la plaza. Belmonte se quitó la vida de un tiro, por amor o por vejez. Pero desde su libre voluntad. Yo quiero que con Tomás, con Matías Antolín, con Sabina con otros amigos podamos seguir disfrutando de toros y vida, en Madrid o en Pontevedra- con Ramón Rozas-, en Barcelona, en Casa Leopoldo, con Rosa. O en Casa Perico, en la muy febril calle de la Ballesta. La tauromaquia es un erotismo. Aunque no sea un amor mercenario. Es una forma de placer más profunda. Más verdadera.

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Javier Rioyo

Javier Rioyo (Madrid, 1952) es licenciado en Ciencias de la Información. Periodista, escritor, director y guionista de cine, radio, televisión y dramáticos. Dirigió y presentó el programa semanal de libros Estravagario en TVE 2, con el que obtuvo el Premio Fomento a la Lectura 2005, concedido por la Federación del Gremio de Editores de España. También ha sido responsable de cultura y libros en el programa diario Hoy por hoy de la cadena SER. Es colaborador habitual de El País (escribe para el suplemento semanal Domingo) y de la revista Cinemanía. En televisión, Rioyo ha presentado el programa "El Faro" del canal Documanía y ha obtenido dos premios Ondas en Radio y uno en Televisión. Ha sido guionista de numerosos festivales de música para Canal+, así como de los premios Goya, y de diversos programas de radio y televisión. También coordinó los guiones para la serie Severo Ochoa. Ha dirigido y participado en cursos de Comunicación y Cultura en diversas universidades españolas. Formó parte del Comité Asesor de Alfaguara y ha sido jurado de festivales de cine y premios literarios en varias ocasiones. Es autor del libro Madrid: casas de lenocinio, holganza y malvivir (Espasa Calpe, Premio 1992 Libros sobre Madrid); y de La vida golfa (Aguilar, 2003). En 2005, con su productora Storm Comunicación, realizó la producción ejecutiva y el guión de Miracolo Spagnolo, un documental para la RAI sobre la llegada de José Luis Rodríguez Zapatero al gobierno y su primer año de legislatura. También dirigió y produjo Alivio de luto, un vídeo documental en el que entrevista a Joaquín Sabina; así como Un Quijote cinematográfico. En 1994 fundó la productora Cero en conducta, con José Luis López-Linares, con la que tuvo a su cargo el guión y la dirección de Alberti para caminantes (2003); y la producción ejecutiva y el guión del largometraje Un instante en la vida ajena (2003), que obtuvo el Premio Goya al mejor documental; así como de Tánger, esa vieja dama (2002). También ha codirigido con José Luis López-Linares el cortometraje Los Orvich: Un oficio del Siglo XX (1997), y los largometrajes Extranjeros de sí mismos (2001), nominado al mejor documental en la XVI edición de los Premios Goya; A propósito de Buñuel (2000); Lorca, así que pasen cien años (1998), nominado a los premios Emmy 1998; y Asaltar los cielos (1996), nominado a los premios Goya al Mejor Montaje, y ganador del Premio Especial Cine, de los Premios Ondas 1997.

En 2011 fue nombrado director del centro del Instituto Cervantes de Nueva York en sustitución de Eduardo Lago.​ Ocupó el cargo hasta septiembre de 2013, cuando fue sustituido por Ignacio Olmos.​ En 2014 fue nombrado responsable del centro del Instituto Cervantes en Lisboa.​ En febrero de 2019 deja el cargo y pasa a dirigir el centro de Tánger de la misma institución.

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