Skip to main content
Blogs de autor

HAY UN CAMINO A LA DERECHA

Por 1 de febrero de 2007 Sin comentarios

Javier Rioyo

Estuve en la concesión del Premio Biblioteca Breve que sigue siendo uno de los históricos y queridos premios supervivientes de nuestra literatura. Aunque sus premiados de los últimos tiempos ya no sean jóvenes valores a los que descubrir, a los que premiar. Ahora es otra cosa, es otro del universo de Planeta pero sigue siendo el premio de la editorial Seix Barral. Los que seguimos leyendo desde hace ya unas décadas, los que seguimos buscando y leyendo novelas, aunque tengamos más de 40 años -algo que ya no se debe hacer según el novelista, periodista y unas cuántas cosas más, Fernando Sánchez Dragó-  sin duda tenemos viejas deudas lectoras y cariños antiguos con la editorial que crearan Seix y Barral.

Por eso, y por muchas cosas más, volvía este año a la concesión del premio. Le tocaba a Juan Manuel de Prada. Los premios se filtran, no hay casi ninguno que mantenga su secreto, su emoción, y hace ya algún tiempo que conocíamos quién sería el ganador.  Por tanto, ninguna sorpresa. Allí estuve sabiendo muy bien a quién tendría que felicitar. Al menos felicitar por el dinero y el prestigio del premio, por la novela ya veremos después de leída. Pero antes de eso felicité al ganador y lo hice con gusto. Me quedé con las ganas de saber cuánto se cobra por el premio. Quiero decir, cuánto en dinero que no está en las bases del premio. No era el momento. Tocaba escuchar a Prada y lo hice con atención. Mantengo un profundo desacuerdo con muchas de sus columnas del ABC, me sorprende su punto de vista sobre muchos de los asuntos políticos, sociales y otros muchos de los que trata. Generalmente  no comparto su  punto de vista tan católico y conservador. No soy así. Me parece que estoy leyendo a un periodista, un escritor de otra época, ese es el lado más “freaki” de un escritor bastante raro. Un conservador en la corte de Leticia.

En otras preocupaciones, sobre todo culturales y cinéfilas, tenemos bastantes curiosidades, bastantes intereses que podemos compartir, aunque mucho discrepemos. No  me gusta, e intento no hacerlo, negar la posibilidad de que una buena narración, un poema o una película vengan de un lado ideológico con el que discrepo. Dicho esto, aunque sea con dudas razonables, espero con interés la próxima novela de Prada. Una historia, por lo que desveló el otro día, que también nos llevará a los años de la posguerra española, de la resistencia francesa y de los españoles que lucharon por o contra la República. Una más. Y sea bienvenida. En ese espacio, aunque también en muchos más, está la próxima de Almudena Grandes, El corazón helado,  que ya he tenido la suerte de leer. Es una  emocionante historia que recorre casi un siglo. Escrita desde una trinchera muy diferente a la de Prada, excelentemente escrita para mi alegría. Pero prometo que si no lo estuviera aunque Almudena sea, que lo es, mi amiga, no estaría diciendo lo que no pienso. Al menos se me notaria la sinceridad o la falta de ella.

Pensando en cómo será la novela de Prada, me asalta el recuerdo de una película que él  conoce muy bien, una de aquellas que rescatamos en nuestras pasiones cinéfilas, yo en años de filmoteca y Prada no sé cómo. Hablo de  una película de Rovira Veleta, se llamaba Hay un camino a la derecha, un neorrealismo a la española. La recuerdo buena aunque muy folletinesca. El actor principal era Paco Rabal. Y la actriz Julita Martínez, aquella madre tan encantadora de la televisión cuando éramos tan jóvenes. Recuperé la memoria de ese título al escuchar  hablar a  Juan Manuel de Prada de su novela, de su memoria y de su visión de aquellos años, de aquellas vidas. Es verdad, siempre hay un camino a la derecha. Incluso hubo demasiados. Lo que no hubo, lo que no dejaron que hubiera es un camino a la izquierda. Ahora, la verdad, cuando hablo de derechas o izquierdas, me parece que estoy hablando de los pisos de mi escalera. O estamos a la derecha o a la izquierda. No tenemos centro. Tampoco tenemos extremos.  En fin, leeremos la novela de Prada. Lo haremos aunque sea un camino a la derecha. Es verdad que lo hay. Incluso a veces puede estar bien escrito. Ya veremos. Ya leeremos.

profile avatar

Javier Rioyo

Javier Rioyo (Madrid, 1952) es licenciado en Ciencias de la Información. Periodista, escritor, director y guionista de cine, radio, televisión y dramáticos. Dirigió y presentó el programa semanal de libros Estravagario en TVE 2, con el que obtuvo el Premio Fomento a la Lectura 2005, concedido por la Federación del Gremio de Editores de España. También ha sido responsable de cultura y libros en el programa diario Hoy por hoy de la cadena SER. Es colaborador habitual de El País (escribe para el suplemento semanal Domingo) y de la revista Cinemanía. En televisión, Rioyo ha presentado el programa "El Faro" del canal Documanía y ha obtenido dos premios Ondas en Radio y uno en Televisión. Ha sido guionista de numerosos festivales de música para Canal+, así como de los premios Goya, y de diversos programas de radio y televisión. También coordinó los guiones para la serie Severo Ochoa. Ha dirigido y participado en cursos de Comunicación y Cultura en diversas universidades españolas. Formó parte del Comité Asesor de Alfaguara y ha sido jurado de festivales de cine y premios literarios en varias ocasiones. Es autor del libro Madrid: casas de lenocinio, holganza y malvivir (Espasa Calpe, Premio 1992 Libros sobre Madrid); y de La vida golfa (Aguilar, 2003). En 2005, con su productora Storm Comunicación, realizó la producción ejecutiva y el guión de Miracolo Spagnolo, un documental para la RAI sobre la llegada de José Luis Rodríguez Zapatero al gobierno y su primer año de legislatura. También dirigió y produjo Alivio de luto, un vídeo documental en el que entrevista a Joaquín Sabina; así como Un Quijote cinematográfico. En 1994 fundó la productora Cero en conducta, con José Luis López-Linares, con la que tuvo a su cargo el guión y la dirección de Alberti para caminantes (2003); y la producción ejecutiva y el guión del largometraje Un instante en la vida ajena (2003), que obtuvo el Premio Goya al mejor documental; así como de Tánger, esa vieja dama (2002). También ha codirigido con José Luis López-Linares el cortometraje Los Orvich: Un oficio del Siglo XX (1997), y los largometrajes Extranjeros de sí mismos (2001), nominado al mejor documental en la XVI edición de los Premios Goya; A propósito de Buñuel (2000); Lorca, así que pasen cien años (1998), nominado a los premios Emmy 1998; y Asaltar los cielos (1996), nominado a los premios Goya al Mejor Montaje, y ganador del Premio Especial Cine, de los Premios Ondas 1997.

En 2011 fue nombrado director del centro del Instituto Cervantes de Nueva York en sustitución de Eduardo Lago.​ Ocupó el cargo hasta septiembre de 2013, cuando fue sustituido por Ignacio Olmos.​ En 2014 fue nombrado responsable del centro del Instituto Cervantes en Lisboa.​ En febrero de 2019 deja el cargo y pasa a dirigir el centro de Tánger de la misma institución.

Close Menu