Javier Rioyo
Me gustaban los besos robados. Aquellos de Truffaut y otros con nuestra firma. Era un juego adolescente, tenía morbo y un poco de peligro. Nada muy arriesgado, ningún gran castigo y un gran placer. No se por qué los he recordado pensando en las fotos robadas. En esas fotos del alcalde de Madrid -el ausente de la manifestación del sábado- en que amablemente saluda, y parece ser saludado, por el actor Tim Robbins. El alcalde de Madrid sabe tratar muy bien a la izquierda. Le gusta mantener relaciones con esa parte de la población que no le vota. No me parece mal, yo mismo tengo una distante pero cordial relación con él. Me podían haber fotografiado unas cuántas veces. Pero yo sé quién es y sé con quién me quiero o dejo fotografiar. Lo de Tim Robbins es otra historia.
El bueno de Robbins, chico listo, crítico con los conservadores de USA, opuesto a ese presidente llamado Bush, buen actor, discreto director y, sobre todo, marido de una tipa tan fascinante como Susan Sarandon, parece que no se enteraba de nada cuando se hacía fotos en Madrid y con el alcalde. Se enteró y no le gustó nada hacerse una foto con un alcalde que no tiene tiempo para estar presente en una manifestación por la paz.
No sabía nada ayer, los del festival me habían mandado información y las fotos del alcalde con Robbins. Todo me parecía raro. Un festival llamado de “Cine solidario”-¡como si el cine fuera bueno por ser solidario o por ser insolidario!- que además estaba subvencionado por la concejalía de Ana Botella. Me desentendí. Pensé que Robbins no era tan listo, ni tan majo como la Sarandon. Pensé en preguntarle a Coixet, pero como es muy suya, me estuve quieto.
También pensé que el tal festival, con esos patrocinadores más bien se debería haber llamado del “Cine caritativo”. No es caridad a lo que se dedican esas señoras del entorno de la señora Botella. No sé. Yo tengo un lío con eso de juntar peras con manzanas.
En fin que las fotos robadas no salen siempre bien. Aunque la verdad que le quiten lo bailado. Al festival -como a tantos que se han creado a golpes de talón y falsedad- no va casi nadie, pero la foto de inauguración no hay quién se la robe. ¡Qué pena que Tim Robbins no fuera mudo! Una buena lección también para Universal y esas majors que traen a Madrid a sus estrellas unas horas y perfectamente desinformados.
¿Quién se lo lleva calentito?… Busquen a los intermediarios. Eso me daría para un rato….y me voy. Hoy tengo Alban Berg, Wozzeck y Calixto Bieto. Uno que quiere estar tranquilo.