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DESPUÉS DE VERINES

Por 24 de septiembre de 2009 Sin comentarios

Eder. Óleo de Irene Gracia

Javier Rioyo

 

 

 

Unos días en compañía de otros, mis semejantes, mis conocidos y desconocidos hermanos, hermanastros en éste oficio de otro siglo. Ser periodista de cultura es una dispersión acompañada de una especialización en vaguedades. Quizá por esos me gusta. Me permite pasear por calles desconocidas, saltar algunas tapias traseras, proponer algunas fugas y reivindicar esa dulce- o salada o agria- manera de pasar el tiempo con nosotros mismos y con esa subversión que supone ser lector.

 

En lo que leemos, en eso es dónde nos diferenciamos. También en lo que vemos, tocamos o escuchamos, pero pongamos que hablamos de literatura. En unas lecturas u otras en dónde ya no somos tan afines, ni cercanos, ni hermanos y, tantas veces, ni hermanastros. En una de esas jornadas, dónde pretendíamos entendernos y entender nuestro entorno, de manera muy tajante dije que yo no entendía a mis compañeros que se dedican a éste oficio de leer y recomendar, que no se hubiera leído a Josep Plá o a Julio Camba. El silencio de mi audiencia, después de trazar esa verbal línea "maginot" de mis gustos en el periodismo literario, me comunicó mi soledad.

 

No me importa irme al infierno en compañía de pocos. Prefiero las minorías aunque me gusta burlar la soledad en compañía. Pero no hace falta comulgar con muchos.

 

Éstos días estoy de "comunión" con una de las más felices sorpresas literarias de la temporada, Nicolás Gómez Dávila, rescatado por el editor del que más envidio su aislamiento, Jacobo Siruela, por razones que cualquiera entendería. Su libro de pensamientos dispersos es una fuente para ir y volver. No tenemos la misma fe, ni el mismo Dios, pero me deslumbran muchos de sus escolios. Uno me hizo pensar en los días de Verines y en mis "compañeros" de periodismo cultural:

"El intelectual desconfía del intelectual que se baña"

[ADELANTO EN PDF]

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Javier Rioyo

Javier Rioyo (Madrid, 1952) es licenciado en Ciencias de la Información. Periodista, escritor, director y guionista de cine, radio, televisión y dramáticos. Dirigió y presentó el programa semanal de libros Estravagario en TVE 2, con el que obtuvo el Premio Fomento a la Lectura 2005, concedido por la Federación del Gremio de Editores de España. También ha sido responsable de cultura y libros en el programa diario Hoy por hoy de la cadena SER. Es colaborador habitual de El País (escribe para el suplemento semanal Domingo) y de la revista Cinemanía. En televisión, Rioyo ha presentado el programa "El Faro" del canal Documanía y ha obtenido dos premios Ondas en Radio y uno en Televisión. Ha sido guionista de numerosos festivales de música para Canal+, así como de los premios Goya, y de diversos programas de radio y televisión. También coordinó los guiones para la serie Severo Ochoa. Ha dirigido y participado en cursos de Comunicación y Cultura en diversas universidades españolas. Formó parte del Comité Asesor de Alfaguara y ha sido jurado de festivales de cine y premios literarios en varias ocasiones. Es autor del libro Madrid: casas de lenocinio, holganza y malvivir (Espasa Calpe, Premio 1992 Libros sobre Madrid); y de La vida golfa (Aguilar, 2003). En 2005, con su productora Storm Comunicación, realizó la producción ejecutiva y el guión de Miracolo Spagnolo, un documental para la RAI sobre la llegada de José Luis Rodríguez Zapatero al gobierno y su primer año de legislatura. También dirigió y produjo Alivio de luto, un vídeo documental en el que entrevista a Joaquín Sabina; así como Un Quijote cinematográfico. En 1994 fundó la productora Cero en conducta, con José Luis López-Linares, con la que tuvo a su cargo el guión y la dirección de Alberti para caminantes (2003); y la producción ejecutiva y el guión del largometraje Un instante en la vida ajena (2003), que obtuvo el Premio Goya al mejor documental; así como de Tánger, esa vieja dama (2002). También ha codirigido con José Luis López-Linares el cortometraje Los Orvich: Un oficio del Siglo XX (1997), y los largometrajes Extranjeros de sí mismos (2001), nominado al mejor documental en la XVI edición de los Premios Goya; A propósito de Buñuel (2000); Lorca, así que pasen cien años (1998), nominado a los premios Emmy 1998; y Asaltar los cielos (1996), nominado a los premios Goya al Mejor Montaje, y ganador del Premio Especial Cine, de los Premios Ondas 1997.

En 2011 fue nombrado director del centro del Instituto Cervantes de Nueva York en sustitución de Eduardo Lago.​ Ocupó el cargo hasta septiembre de 2013, cuando fue sustituido por Ignacio Olmos.​ En 2014 fue nombrado responsable del centro del Instituto Cervantes en Lisboa.​ En febrero de 2019 deja el cargo y pasa a dirigir el centro de Tánger de la misma institución.

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