Héctor Feliciano
En medio de un atroz fin de semana en Wall Street, que, acaso, podría ayudarle, Obama ha comenzado una nueva ofensiva en su campaña. En los últimos días, muchos líderes demócratas se lamentaban ya de que la campaña lucía desorientada y de que su candidato hubiera permitido que Palin ocupase demasiado espacio mediático luego de su presentación al país durante el congreso Republicano. Y, comenzaban a temer los resultados de las encuestas. De hecho, la primera encuesta importante realizada después de los congresos de los partidos salió, también, este fin de semana. En ella, McCain continúa con una delantera de 48 puntos a 44 para Obama.
Así, el sábado y el domingo, salieron al rescate por televisión, prensa y en mítines políticos Bill Richardson, el gobernador latino de Nuevo México, el senador Schumer de Nueva York y, por supuesto, Hillary Clinton.
Clinton es esencial para Obama, pues puede recordar a su electorado de primarias las diferencias entre ella y Palin. Pero, en campaña, Hillary ha determinado que lo mejor es no atacar a Palin de frente, sino concentrarse en McCain. Desmonta, así, la posibilidad de un encontronazo directo con la candidata Republicana.
Este domingo, en gira política por Ohio, que será uno de los estados que veremos el día de las elecciones, y que Bush ganó en el 2004, Clinton repitió la frase de su discurso en el congreso demócrata, No way, no how, no McCain and no Palin, (De ningún modo, de ninguna manera, nada de McCain, nada de Palin.)
Y tendrá que repetirla muchísimo antes del 4 de noviembre.
Los estados de Ohio y de Pennsilvania, que Obama tiene que ganar para ser electo, fueron estados en los que Hillary Clinton ganó por mucho en las primarias. Votaron allí por ella, muchos obreros blancos, mujeres blancas y católicos.
Y, en estos estados va a concentrar su potencia la campaña de McCain y Palin, convencida de que podrá captar a los votantes de Clinton que quedaron descontentos y que no se deciden a votar por Obama, un candidato que favorece el aborto y que es de raza negra.
La última encuesta dice lo mismo, entre líneas, McCain es preferido por el 55% de los blancos y Obama sólo por el 37%.
Obama, en medio de la ofensiva de su campaña, continúa, este lunes, su gira por los estados de Colorado, Nevada y Nuevo México, intentando, sobre todo, entusiasmar al numeroso electorado latino y femenino de la región.