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La obligada ofensiva de Obama

Por 15 de septiembre de 2008 Sin comentarios

Héctor Feliciano

En medio de un atroz fin de semana en Wall Street, que, acaso, podría ayudarle, Obama ha comenzado una nueva ofensiva en su campaña. En los últimos días, muchos líderes demócratas se lamentaban ya de que la campaña lucía desorientada y de que su candidato hubiera permitido que Palin ocupase demasiado espacio mediático luego de su presentación al país durante el congreso Republicano. Y, comenzaban a temer los resultados de las encuestas. De hecho, la primera encuesta importante realizada después de los congresos de los partidos salió, también, este fin de semana. En ella, McCain continúa con una delantera de 48 puntos a 44 para Obama.

Así, el sábado y el domingo, salieron al rescate por televisión, prensa y en mítines políticos Bill Richardson, el gobernador latino de Nuevo México, el senador Schumer de Nueva York y, por supuesto, Hillary Clinton.

Clinton es esencial para Obama, pues puede recordar a su electorado de primarias las diferencias entre ella y Palin. Pero, en campaña, Hillary ha determinado que lo mejor es no atacar a Palin de frente, sino concentrarse en McCain. Desmonta, así, la posibilidad de un encontronazo directo con la candidata Republicana.

Este domingo, en gira política por Ohio, que será uno de los estados que veremos el día de las elecciones, y que Bush ganó en el 2004, Clinton repitió la frase de su discurso en el congreso demócrata, No way, no how, no McCain and no Palin, (De ningún modo, de ninguna manera, nada de McCain, nada de Palin.)

Y tendrá que repetirla muchísimo antes del 4 de noviembre.

Los estados de Ohio y de Pennsilvania, que Obama tiene que ganar para ser electo, fueron estados en los que Hillary Clinton ganó por mucho en las primarias. Votaron allí por ella, muchos obreros blancos, mujeres blancas y católicos.

Y, en estos estados va a concentrar su potencia la campaña de McCain y Palin, convencida de que podrá captar a los votantes de Clinton que quedaron descontentos y que no se deciden a votar por Obama, un candidato que favorece el aborto y que es de raza negra.

La última encuesta dice lo mismo, entre líneas, McCain es preferido por el 55% de los blancos y Obama sólo por el 37%.

Obama, en medio de la ofensiva de su campaña, continúa, este lunes, su gira por los estados de Colorado, Nevada y Nuevo México, intentando, sobre todo, entusiasmar al numeroso electorado latino y femenino de la región.

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Héctor Feliciano

Héctor Feliciano es puertorriqueño y actualmente escribe desde Nueva York, para los diarios El País y Clarín y la revista de crónicas Etiqueta Negra. Ha sido corresponsal cultural en Europa para los diarios The Washington Post y Los Angeles Times. Residió en París por más de dieciocho años, en donde ejerció, además, como redactor en jefe de World Media Network, una agrupación de diarios europeos. También trabajó como consejero artístico en la Oficina de Asuntos Culturales de la Alcaldía de París. Es, además, maestro del Taller anual de reportería e investigación cultural de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano, fundada por Gabriel García Márquez. Con su libro, El museo desaparecido -la conspiración nazi para robar las obras maestras del arte mundial, obtuvo la beca del National Arts Journalism Fellowship Program (NAJP), otorgada por la Escuela de Periodismo de la Universidad de Columbia en Nueva York. Feliciano dedicó más de ocho años de investigación a rastrear la historia del saqueo de arte por los nazis y ubicó más de dos mil obras de arte desaparecidas desde la guerra, en museos, galerías, colecciones privadas y casas de subasta en Europa y los Estados Unidos. Desde la publicación del libro, miles de pinturas y otras obras han sido devueltas por museos y coleccionistas a sus propietarios legítimos. Feliciano ha sido miembro del Comité de expertos de la Comisión Presidencial de Bienes del Holocausto en los Estados Unidos. Es licenciado en Historia por la Universidad de Brandeis y tiene una maestría de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Columbia y un diploma a nivel doctoral en Literatura Comparada de la Universidad de París.

Foto: L.M. Palomares

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