Francisco Ferrer Lerín
Los intercambios en Facebook entre Winnie Lénox y Alberto Piglia se sustentan en la negativa de Winnie a ser retratada. Alberto desea conocer el rostro, la figura de Winnie, pero ella rehúsa. Hasta que un día Alberto recibe una foto de Winnie enferma, francamente estropeada. Se sorprende, pero no lo comenta, opta por enviarle una foto suya, actual, en la que las marcas de la vejez son claramente perceptibles. Winnie responde con una imagen oscura en la que se muestra semidesnuda, muy enflaquecida, apoyada en un bastón, caminando por el pasillo de su casa. Alberto mete la cabeza en el horno de la cocina económica y su hermano consigue una valiosa instantánea. Finalmente Winnie y Alberto, ambos ya invidentes, se citan en el camposanto para ser fotografiados sobre una tumba profanada por ladrones.