Francisco Ferrer Lerín
Merced a las nuevas tecnologías, profesiones como ornitólogo, herpetólogo y, en menor medida, matemático y filósofo, han adquirido una súbita relevancia. Así, he sido felicitado al identificar la sombra del ala derecha de un pájaro, el avión roquero (Ptyonoprogne rupestris), que había provocado una captura complementaria en la grabación rutinaria por parte de la máquina instalada en el cerebro del ciudadano conocido como Odaslo. Una máquina que recoge la visión directa del sujeto portador y que al término de cada periodo programado, normalmente dos segundos, captura y fija una imagen almacenándola aparte, siempre y cuando dentro de ese periodo no se produzca una variación inesperada de la visión, en cuyo caso captura otras imágenes de modo adicional.
Las capturas que nos incumben son 4569981199343678999066554430987290220201306 y 4569981199343678999066554430987290220201308 como capturas de normalidad, y 4569981199343678999066554430987290220201307i como captura complementaria o adicional.
La información que se me entrega como ayuda a mi tarea es que el individuo, de 57 años de edad, se encontraba, solo, inmóvil, el 29 de febrero de este 2020, a las 13:06 horas solares, frente a la fachada principal de la basílica de Santa María Magdalena, en Cangas del Narcea, en Asturias, el cielo despejado. Las modificaciones en la frecuencia de captura de la grabación se producen cuando el sujeto realiza un movimiento no lógico, cuando algún objeto cruza el objetivo o cuando una nube modifica la luz; no se daban, aparentemente, estas circunstancias y de ahí que se me requiriera, ya que alguien creyó descubrir una leve mancha en el ángulo superior izquierdo de la imagen complementaria, y efectivamente esa mancha era la sombra del extremo de un ala del ave citada, descubrimiento que tranquilizó al equipo, siempre atento a posibles fallos en un mecanismo aún demasiado dependiente de las condiciones físicas del portador, en especial de la tensión intracraneal y del equilibrio sodio-potasio.