Félix de Azúa
Les dejo un momento durante cuatro semanas, que lo pasen bien. Las vacaciones son para leer y escuchar música, nadie me convencerá de lo contrario. Ya sé que Susan Sontag quería subir el Matterhorn antes de morir, pero también quería aprender a tocar el piano. En meses previos a que el cáncer le hincara sus colmillos por última vez, escribió: "A lo mejor aún me da tiempo para lo del Matterhorn". Sobreentendido: porque lo del piano…
Aprender a tocar el piano, una de las pocas cosas que vale la pena en esta vida, es algo que debe comenzar en lo que se dice "la más tierna infancia" y que por lo general indica un severo episodio de llanto, inseguridad y soledades. Cuando ya vas siendo mayor y el cerebro se te llena de arena, tienes la misma posibilidad de poner los dedos en la tecla adecuada como de cargar el acento en la sílaba que da vida poética a un idioma extranjero. "¡Es cátholic, no cathólic, estúpido!".
Leo lo de Susan Sontag en esa milagrosa revista llamada "Granta", perfecta lectura de verano que en español publican Valerie Miles y Aurelio Major. El último número es soberbio, como de costumbre, pero tiene un particular hechizo para los viciosos de la semicorchea que me obliga moralmente a ensalzarla para el clan. En un artículo James Fenton cuenta su vida privada con un clavicordio: escenas íntimas que ruborizarán a más de un lector inexperto. El clavicordio (ya se esfuerza Fenton en dejarlo claro) no es el clavicémbalo. Sería como confundir a Audry Hepburn con Silvester Stallone. Dan intimidades diferenciadas.
Pero viene luego algo aún más pecaminoso: ¡una ópera con libreto de Ian McEwan! El compositor Michael Berkeley la estrenó hace un año, en Gales, y desde luego no es sensato perdérsela. Se trata de un libreto peregrino: contiene furiosas pasiones como para dar un Verdi, sarcasmo y bufonería como para dar un Strauss y crímenes como para dar un Alban Berg. Lo que haya podido hacer Berkeley con ese combinado es algo digno de oírse, por malo que sea. La vida: pasión, sarcasmo y crimen. Música y literatura. La ópera. Telón.
Artículo publicado el sábado 27 de junio de 2009.