Félix de Azúa
En uno de sus precisos pecios, recogidos en el reciente "Campo de retamas", dice Ferlosio: "(España) Aquí es que casi no hay cosas ni acciones de tanto como abultan las personas. Y con dos apellidos". Los españoles tenemos en poco los actos y los enjuiciamos según el bulto de quien actúa. Somos de personalidades, no de personas. De sentimientos más que de hechos o ideas. Nuestro santo patrón, Antonio Machado, lo decía por boca de Mairena cuando un padre le reprochaba que suspendiera a los niños con sólo verles. El maestro contestaba que a veces le bastaba con ver la cara de los padres.
Ferlosio, el anciano samurái encerrado en su cabaña, musita diminutos monólogos que son como las flechas de aquel arquero zen que daba en el blanco con los ojos vendados. No le hace falta andar por el mundo. Le basta con verle la cara.
Artículo publicado En El País.