Félix de Azúa
Cuando esta semana me acerqué a la casa de mis vecinos para que su perro me sacara de paseo, lo encontré renqueante y menguado. Nadie había y nada pude averiguar. En los primeros minutos no alcanzaba a mover los cuartos traseros que arrastraba como si no formaran parte de su cuerpo. Poco después recuperaba fuerzas y hemos podido caminar hasta el almendral, unos cientos de metros. El bicho, un podenco canario bien dotado para el drama (en ocasiones imita a los reales cazadores y hace la parada con el hocico muy elevado sólo por darme gusto), es un tenorio al que no dejan salir solo porque si no se le distrae se lanza sobre las hembras del valle y me las preña de dos en dos. Son perras de alcurnia, nacidas en Edimburgo, y sus amos desfallecen cuando las pobres paren los rompecabezas que genera el podenco.
Hoy no pudo lanzarse a la génesis caótica, pero este alma de Dios es incapaz de quejarse. Parece partido por un rayo y a pesar de ello se arrastra la mar de alegre, ladra con simpar jovialidad y se le ve dispuesto a hacer diez kilómetros en busca de gazapos. A los pocos minutos estaba derrengado y pedía disculpas alzando las orejas como nosotros las cejas. Antes dije "alma de Dios" y no me arrepiento. Escribió Camus famosamente que el dolor de un niño es sobrada razón para olvidar a Dios. O no lo hay, o uno no puede tomar café con semejante entidad. Yo agregaría que el dolor del podenco nada añade al argumento de Camus, pero sí algo de irritación contra los publicitarios de la divinidad. Os lo digo en serio: que se la confiten.
Cuenta Bábchenko (Galaxia Gutenberg) que en Grozny, durante la lucha puerta a puerta, vio cómo los nacionalistas chechenos degollaban a unos cautivos rusos y lanzaban sus cabezas por las ventanas haciendo grandes burlas y risas. Cuando sus camaradas recuperaron el edificio constataron que con la sangre de los acuchillados aquellos creyentes habían escrito sobre el muro: "¡Alá es grande!".
Quienes aman a Dios, pueden pasar apuros. Se te quedan mirando con aire de decir: "Perdona, pero yo no tengo nada que ver con ESE".
Publicado el sábado 14 de marzo de 2009.