Skip to main content
Blogs de autor

Todo lo que no necesitas

Por 12 de diciembre de 2005 diciembre 23rd, 2020 Sin comentarios

Vaya de tiendas por Nueva York sin salir de su casa. El Soho está lleno de lugares bonitos que puede visitar con su bolsa (o su ratón) de compras.
El más pintoresco sin duda es The Evolution Store (120 Spring Street o www.TheEvolutionStore.com), donde podrá conseguir adornos, juguetes y souvenirs dignos de la familia Adams. Por ejemplo, una réplica de pelvis masculina esculpida en detalle con todos los órganos genitales y recto cuesta sólo $168, y se puede abrir por la mitad para apreciar los músculos abdominales. La pelvis femenina cuesta $188, pero nadie ha protestado aún por esa discriminación.
La tienda no sólo vende figuras humanas. El stock incluye insectos y arácnidos clavados con alfileres, huesos de pene de coyote y murciélago, cráneos de cocodrilo e incluso partes de animales extintos como garras de camptosaurios y dientes de tiburones prehistóricos, para crear un ambiente más antediluviano en el salón de casa.
A pocas calles de ahí, en el 126 de Spring Street (o en www.kidrobot.com) está Kid Robot, una tienda de juguetes artísticos. Son juguetes para adultos, pero no tienen nada que ver con el sexo. Simplemente, son muñecos concebidos por más de cien diseñadores de primera línea, o sea, demasiado caros para dárselos al niño y esperar que los rompa. Figuras de Bruce Lee, Lupin III en traje de carreras, Snoopy Dog el ex novio de Jennifer López y los chicos del grupo Gorillaz en trajes de astronauta.
Ahora, si nada de esto le satisface, si lo que usted quiere es distinción de verdad, baje por Greene Street hasta el 146 (o pinche www.mossonline.com). Ahora sí. Bienvenido a Moss.
En Moss, la tienda de diseño mejor diseñada, es posible conseguirle a su cámara fotográfica un estuche de vinilo con imitación de piel de conejo. Hay focos con alas ($605) y pantallas para lámparas hechas de plumas ($3990). Alguna vez se le ocurrió a usted que unas tijeras pudiesen ser decorativas? Pues en Moss las tienen. Y son caras. En Moss, de hecho, un florero en forma de pene cuesta $325. Un espejo de baño Fusili, $475.
Las tiendas del Soho venden todo lo que no necesitas. No vienes acá porque te haga falta el espejo o el muñeco de Bruce Lee o la calavera del mesozoico. Vienes aquí porque quieres ser diferente. Lo que compras es un estilo característico, algo que nadie más tiene por el hecho de que nadie más lo tiene. Y porque se vende en esas tiendas. Eso sí, todos compran sus artículos para ser diferentes en los mismos sitios. Normalmente, uno necesita un objeto y busca una tienda donde comprarlo. En el Soho, sólo necesitas la tienda. Ya adentro decidirás qué compras. En el Soho, las tiendas son caras a la fuerza, porque si fueran baratas no comprarías ahí.
La cultura en Nueva York también se distingue. En el South Street Seaport se ha abierto una exposición llamada “Bodies… the Exhibition”. Los objetos expuestos son cadáveres. 22 cuerpos humanos y otros 260 especímenes se reúnen ahí. A algunos les han dejado sólo el sistema nervioso suspendido sobre los huesos. Otros son una masa informe de ligamentos y músculos. Uno es una especie de pensador de Rodin al que le han arrancado la piel y le han dejado el cerebro expuesto. Los cuerpos provienen de China, pero el gobierno de ese país no ha certificado fehacientemente su origen. Algunos grupos de derechos humanos sospechan que en vida fueron prisioneros políticos. La entrada a la exposición cuesta $24.50. Los niños sólo pagan $18.50.
En la ciudad en que todo ocurre, donde en cada calle se habla un idioma diferente, ser original sale realmente caro.

Close Menu