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Indios buenos, indios malos

Por 2 de febrero de 2007 diciembre 23rd, 2020 Sin comentarios

A continuación, una caracterización de la cultura maya según el antropólogo Mel Gibson, tal y como él la plasma en su película Apocalypto:

1. Hay indios buenos e indios malos. Los buenos exhiben un pícaro sentido del humor y una solidaridad a prueba de lanzas. Tienen la conciencia tan limpia que, incluso cuando alguien les pone un cuchillo en el cuello, mantienen el ánimo en alto y dicen cosas sabias como “Hijo mío, nunca vivas con miedo”. Los indios malos, en cambio, son malísimos: violan a las mujeres, queman los poblados y disfrutan con el sufrimiento que causan. Cuando no les dejan matar a alguien, hacen un berrinche. Como muestra de cariño, se meten cuchillos en los ojos. Pues bien, los mayas son de los malos.

2. Los mayas son tan malos que su espectáculo más popular es arrancarle el corazón en público a la gente. El sacerdote azuza al público, que celebra cada pecho abierto como si fuera un gol del Real Madrid. La parte que más les divierte es el momento en que asan los corazones arrancados. Gente linda. El más villano de todos es el sacerdote. En un momento, cuando ya no quiere matar más esclavos, su asistente le pregunta:

-¿Y qué hacemos con los que sobran?

Él pone cara de mafioso y responde:

-Deshazte de ellos.

Sólo le falta añadir: make my day, baby.

3. A los mayas les encantaba La guerra de las galaxias. Su sacrificio en la pirámide parece una escena en el castillo de Jabba el Hut, con jorobados, contrahechos y una amplia gama de fenómenos de la naturaleza. Los guerreros, por su parte, llevan peinados, pinturas y cascos de diseño que le habrían dado envidia a Darth Vader. También deben haber sido aficionados a las películas del Oeste, ya que se ponen nombres como Musgo Colgante o Tortugas Corren.

4. Bien por su afición al cine de acción o bien por el favor de los dioses, los indios buenos salen indemnes de cualquier catástrofe. El protagonista va a ser sacrificado, pero justo en ese momento hay un eclipse de sol y se salva. Está a punto de ser alcanzado por un puma y por un guerrero a la vez, pero el puma salta sobre el guerrero. Salta por una catarata y queda ileso. Tras 45 minutos de persecución, cuando llega a la playa y ya no le queda escape posible, aparecen los españoles y todo el mundo se olvida de él.   

5. La conclusión más evidente de la película es que los mayas se merecían la conquista. La llegada de los españoles es profetizada por una niña enferma cuya madre está muerta, a la que los mayas maltratan sin miramientos de todos modos. Las señales de la profecía van apareciendo durante la cacería al esclavo fugitivo. Ya para entonces, estamos de acuerdo con el epígrafe: “las grandes civilizaciones sólo son destruidas desde afuera cuando ya se han destruido por dentro”. En los últimos minutos, cuando vemos desembarcar a los españoles, realmente queremos que alguien les dé una buena tunda a esos salvajes.   

Nunca había reflexionado sobre los mayas desde este punto de vista. Siempre es una suerte que llegue un americano a ilustrarnos sobre lo bestias que éramos. En comparación, ahora debemos ser un prodigio de civilización.

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