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Huracán Evo

Por 21 de diciembre de 2005 diciembre 23rd, 2020 Sin comentarios

Evo Morales ha ganado las elecciones bolivianas con más de la mitad de los votos en la primera vuelta, el respaldo más contundente que ha recibido un gobernante de ese país desde la transición a la democracia.
La inesperada magnitud de su victoria permite prever un arranque confiado, ya que sus opositores no podrán desestabilizarlo rápidamente. A nivel regional, tal arranque significa la creación de un frente energético nacionalista en ambos extremos del Pacto Andino: Chávez tiene petróleo y Evo, hidrocarburos. La pareja tratará de convertirse en la reserva energética de una América Latina alternativa al Área de Libre Comercio propuesta por los Estados Unidos.
Hasta ahora, el único país andino que ha firmado el Tratado con Norteamérica es Perú. Ahí, la victoria del MAS representa un espaldarazo para la opción nacionalista del ex militar Ollanta Humala, que ya figura segundo en las encuestas. En los países que aún no firman, Ecuador y Colombia, la entrada en escena de Evo es un balón de oxígeno para los disidentes del neoliberalismo.
Ahora bien, las últimas elecciones venezolanas han mostrado que Chávez pierde fuelle. El respaldo con que va a gobernar –apenas una cuarta parte del país- no convence. Tras años de sufrir un país dividido, en el que ambas partes están dispuestas a paralizar las instituciones y las empresas con tal de demolerse mutuamente, los venezolanos han mostrado que están hartos de toda la clase política. Su silencio electoral, que no favorece a nadie, se puede interpretar como una demanda de unidad. Por abandono, Chávez ha copado todos los cargos en disputa en los últimos comicios, pero un gobierno sin interlocutores puede terminar por precipitar su desgaste.
La oposición boliviana, en cambio, está mucho mejor articulada. El nuevo presidente tendrá contrapesos tanto en el Congreso como en el Senado, en los que no tiene mayoría. Sin duda, lo mejor para Bolivia sería lograr un consenso que les permita abandonar la parálisis que han ocasionado las sucesivas crisis. Las primeras palabras de vencedores y vencidos permiten vislumbrar la posibilidad de hacer las reformas que saquen de la miseria a Bolivia sin aislarla económicamente. Si un consenso así es posible, no sólo lo agradecerá el país del altiplano, sino toda la región andina y toda América Latina, que afronta un decisivo año electoral.

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