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Cadáver exquisito

Por 16 de diciembre de 2005 diciembre 23rd, 2020 Sin comentarios

El miedo a la muerte es la razón de ser de buena parte de la cultura: la religión nos ofrece la ilusión de perdurar. El arte nos permite trascender (bueno, según). Las funerarias nos buscan una casa –ataúd o mausoleo- para que nos visiten y así nos traten en cierto modo como a vivos. Nos resistimos a morir por todos los medios, e inventamos todo tipo de ficciones para crear la ilusión de perdurar.
Pero ahora, gracias a la tecnología, los cadáveres se han vuelto portátiles. Podemos llevar al abuelo engastado en un anillo, o a nuestros padres incrustados en un par de bonitos pendientes. Incluso, si tenemos el temperamento, podemos hacernos un collar con todos nuestros parientes. Ahora, una empresa suiza convierte nuestros restos en diamantes.
Como lo lee. Un proceso químico somete nuestras cenizas a altas temperaturas y presiones para transformarlas en cristales brillantes. Y ha sido un éxito. En menos de dos años, han llegado a recibir 60 pedidos mensuales en Europa y otros cien en Japón. Gente de todo el mundo quiere resistir al tiempo en forma de joya. Sin duda, se trata de la manera más decorativa de desafiar a la muerte.
En España, el precio oscila entre tres y quince mil euros, y el negocio se expande rápidamente, porque en algunas regiones de este país, el porcentaje de incineraciones duplica la media europea.
La cifra resulta extraña en un país tradicionalmente católico, ya que la Iglesia no ve con buenos ojos la incineración de los cuerpos. Y sin embargo, no lo es tanto. Quienes creen en una religión –católica o no- creen en efecto que la gente no muere, o no muere enteramente tras la muerte física. El diamante les ofrece la posibilidad de acompañar a sus muertos todo el tiempo.
Y les ahorra los viajes al cementerio.
Además, a diferencia de la urna de cenizas, el diamante no mancha la alfombra cuando se cae al suelo.
Si hay algo de lo que podemos estar seguros, no importa lo que hagamos, es de la muerte. Pero hay formas y formas de llevarla. Pruebe una muerte de bisutería y páguela en cómodas cuotas. El único problema es que si al final no se siente satisfecho, no podrá reclamar su dinero de vuelta.

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