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Blogs de autor

7323044

Por 13 de abril de 2007 diciembre 23rd, 2020 Sin comentarios

Mi amiga la estudiante 7323044 nos cuenta su caso en este blog, en su post del 2 de abril. 7323044 quiere ser escritora. Está enamorada de Jean Genet desde los once años, y guarda bajo su almohada una foto, no de Ricky Martin, sino de Baudelaire. Se siente tan extraña con su inclinación que asiste al psiquiatra. Para su horror, el doctor le ha dicho que sí podría ser escritora, peor aún, que podría ser muy buena.

Los problemas surgen cuando regresa a su casa, cena con su padre y le oye decir:

-¿Has hecho ya tus tareas? Para entrar en la facultad de Ingeniería Química vas a necesitar un promedio alto.

Y entonces, frente a sus ojos, su padre se transforma en el comisario Javert. Y así transformado revisa rigurosamente sus cuadernos de la academia y sus boletines de notas. Alguna vez, ella ha querido explicarle su vocación por la literatura. Él se ha impacientado rápidamente y ha respondido:

-No se puede vivir con la cabeza llena de pajaritos.

Todas las mañanas, 7323044 asiste a su academia de ingreso a la universidad con la certeza de que no quiere ser ingeniera química. Se ha hecho amiga de 7453788 y de 72543876, pero ni a ellos se atreve a contarles que quiere ser escritora. En realidad, pasa buena parte del tiempo encerrada con su imaginación. Durante los cursos de química, imagina que descubre la fórmula para convertirse en Mr. Hyde y rebelarse contra su destino. Durante los de biología, trata de averiguar cómo construir un Frankenstein que la defienda de su futuro laboral. Pero con frecuencia, los exámenes y las impertinencias de 7654323 –que se sienta a su lado- la devuelven a un mundo que le parece menos colorido y vivo que el de los libros.

7323044 conversa cada vez menos con la gente y más con Hercules Poirot, con el capitán Lituma, con Sandokan y con todos los personajes que conoce en los libros. Pero evidentemente, eso repercute en su rendimiento académico. En el último examen de dinámica de fluidos aprueba apenas. Y en econometría, ni siquiera eso. Cada día le resulta más difícil entender la realidad.

Su padre, el comisario Javert, decide tomar medidas drásticas al respecto: secuestra todos los libros de su cuarto –menos los de trigonometría-, los mete en una caja y la arroja al mar. Mientras la caja se sumerge, él deja escapar una carcajada siniestra.

Al llegar a casa, 7323044 descubre la desaparición de sus libros y llora toda la noche. Se acercan a consolarla y darle consejo Aureliano Buendía y Gulliver, pero ella los espanta de un manotazo. Sabe que tendrá que escoger entre el mundo real y el ficticio, y aunque le duela, escogerá el real. Se lo repite una y otra vez. Ya se lo ha dicho su padre: “no se puede vivir con la cabeza llena de pajaritos”. 

Al día siguiente, en mitad de la clase de Física Avanzada, 7323044 se levanta de repente. El profesor cree que quiere ir al baño, pero ella se acerca a la ventana. Los estudiantes la miran sorprendidos, especialmente el tarado de 7654323, que tenía una bombita apestosa lista para dejársela en el asiento. Pero ella no les devuelve la mirada. Se apoya en el alféizar, se trepa a la ventana y salta.

La clase entera se abalanza a las ventanas, justo a tiempo de verla volar entre el paisaje gris de Lima. El profesor de Física, aunque es muy avanzado, no consigue explicar por qué ella revolotea por los techos, describe piruetas en el aire y esquiva los árboles con tanta gracia. El profesor le grita que lo que está haciendo es imposible y que regrese inmediatamente a la realidad real. Pero 7323044 desaparece en una nube.

Y nadie la vuelve a ver.

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