
Eder. Óleo de Irene Gracia
Edmundo Paz Soldán
Debo a la sugerencia de un lector de este blog (Cadacualconsuquimera) el haber visto la película Rudo y Cursi una tarde nublada en el D.F. Carlos Cuarón era conocido como el guionista de Y tu mamá también. Ahora, con Rudo y Cursi, aparte de escribir el guión, debuta como director (con el apoyo de varios pesos pesados como productores: su hermano Alfonso, Guillermo del Toro, Iñarritu). El proyecto era arriesgado: volver a juntar a Gael García Bernal y a Diego Luna, pero hacer algo muy diferente a Y tu mamá también.
Rudo y Cursi explora la rivalidad y el cariño de dos hermanos de orígenes modestos que terminan triunfando (o casi) en el fútbol mexicano, uno como portero y otro como goleador. No se convertirá en un clásico, pero merece la pena verse.La película tiene tiene ritmo y humor, y le da una lectura contemporánea a los viejos temas del deseo de triunfar y el peligro que esto conlleva -corromperte, perderte en el camino–, y el arribismo social. Gael es un gran actor, aunque aquí está sobrepasado de revoluciones y a veces sobreactúa; los que están excepcionales son Diego Luna, por fin plenamente recuperado de la noche oscura que significó una película como Dirty Dancing: Havana Nights (es también notable su actuación en Milk) y el argentino Guillermo Francella, perfecto en su papel de entrenador de fútbol con dichos a lo Bilardo y capaz de venderle el Obelisco a cualquiera. Como regalo está el debut de Gael como cantante –lo hace mejor de lo que podía esperarse–, la disección de una sociedad en la que la corrupción casual campea, y una mirada tangencial a la cultura del narcotráfico (lo que muestra de manera contundente cuán hasta la médula está metido hoy el narco en México).