Skip to main content
Category

Blogs de autor

Blogs de autor

Cuento de invierno

Regresamos allí donde pertenecimos un día, y aunque creamos que poco queda de aquellos niños que esperábamos las primeras nevadas para desayunar farinetes y amasar bolas de nieve igual que si fueran pan, acabamos reencontrando un no sé qué, llámalo memoria, sombra, magdalena o túnel del tiempo. Bien recuerdo aquellos inviernos en los que siempre hacía frío. Mi madre heredó de mi abuela el frío en los pies. Yo, de mi madre, el frío en los pies, y de una tía monja la heladera en el resto del cuerpo. A pesar de parecerme más bien poco a la niña soñadora que se dormía con el silbato del expreso de medianoche, conservo la marca del frío igual que una cicatriz en la rodilla. La inclemencia poseía su habitación propia y la asignación de una estufa eléctrica para calentar las manos, el trasero, la punta de la nariz. Porque el fuego de leña era una arma de doble filo: nos guarecía pero también nos adormilaba; desganados quedábamos, sin fuelle para seguir corriendo, como si supiéramos que de mayores nuestras vidas se convertirían en absurdas carreras hacia la nada. Bien lo expresa aquel personaje de Faulkner: ?Entre la pena y la nada elijo la pena?. La misma que nos saquea y nos debilita, la que nos ahueca el pecho ante las sillas vacías en la cena de Fin de Año, la pena por las palabras que callamos y los besos que no dimos. Una pena en observación, titulaba C.S. Lewis su preciosa novela sobre el duelo, que siempre es mejor que el vacío. Recuerdo que me sentí mayor de verdad cuando pude celebrar mi primer Fin de Año entre amigos en un bar de copas. Hace mucho de aquello. No sé cuánto bebí, pero mientras sonaba La chica de ayer anunciando que le echaban la persiana a la madrugada, fui incapaz de encontrar mi bolso. Al día siguiente tuve que pedirle a mi padre que me acompañara en coche hasta aquel local, sobre las ocho de la tarde, sin darle apenas explicaciones. No me preguntó nada. No hizo falta un cuento chino. Esperó paciente frente al pub, hasta que salí habiendo recuperando el bolso y la dignidad, o la lógica fracturada. Nunca hablamos de aquello. Fue nuestro secreto y a la vez nuestra frontera. También resultó una manera diferente de empezar un año y mirar la realidad con los ojos más entornados. Y aquí estamos, en el lado de la vida, evocando lo que ya no existe: nuestros muertos, de los que queremos recordar no ya su rostro, sino de qué forma pronunciaban nuestro nombre. Dicen que, al fin y al cabo, la vida consiste en desandar lo andado, en regresar al punto de partida donde se desdoblaba el camino. El amor nunca debería escribirse en mayúsculas porque a veces dura lo mismo que una vela. A mi me basta con que se convierta en esa tilde que nunca nos olvidamos porque al marcarla nos sentimos más fuertes, más a salvo, a pesar del frío. (La Vanguardia)

Leer más
profile avatar
29 de diciembre de 2015
Blogs de autor

Para entrar en el reino

Como lo prueba mi novela Sara, siempre acudo a la Biblia en busca de historias que puedan ser contadas de nuevo, o en las que se puede leer entre líneas para entrar en sus misterios. Y las hay de sobra, como tantos escritores atestiguan: desde Thomas Mann con José y sus hermanos, a William Faulkner con ¡Absalón, Absalón!, a José Saramago con El evangelio según Jesucristo, y Caín; y ahora el francés contemporáneo Emmanuel Carrère con su crecida y desafiante novela El reino.

Crecida y desafiante por su entramado, y también por su grueso volumen. Es una novela que más allá de su tratamiento del texto bíblico escogido se abre y desparrama por diversos caminos y experiencias, ligadas a la propia vida del autor, a su entorno familiar, a sus crisis de fe y a sus dudas existenciales.

Trata en lo fundamental de un período bíblico bastante desatendido en la literatura, el de los sucesos posteriores a la muerte de Jesús, narrados en Hechos de los Apóstoles y en las cartas que el apóstol Pablo, perseguidor de los judíos cristianos, y después converso ejemplar, dirige a los feligreses cristianos que empezaban a surgir en el Imperio Romano, principalmente en Grecia y Turquía.

Joseph Campbell comenta en Las diosas que el cristianismo diseminado por Pablo en Europa tenía que ver más con la tradición helénica que con la judaica. En la cerrada doctrina mosaica no era posible conseguir algo como la concepción virginal de Cristo ni tampoco su resurrección, algo más propio del mundo griego. Y de estos asuntos trata también la novela de Carrère.

La primera vez que me interesé en esos textos me parecieron áridos, incapaces de competir con la graciosa textura de los Evangelios. De manera un tanto velada exponen las disputas internas entre quienes juzgaban que la doctrina de Jesús era de estricto consumo judaico, y aquellos que buscaban extenderla a los gentiles de todo el imperio, a la cabeza de ellos Pablo, autor de una de las grandes operaciones de propaganda de la historia de la humanidad.

Pero es allí, en esa aridez aparente, donde surge la novela de Carrère, que enlaza el texto de Hechos,  escrito por Lucas, uno de los cuatro evangelistas, con las cartas de Pablo dirigidas a sus prosélitos; y  no olvida el Apocalipsis, obra supuesta de Juan, otro de los evangelistas, un delirante arma de contra propaganda para anular la prédica de Pablo, y su prestigio.

Lo que tenemos como resultado es una compleja indagación, a la vez documentada e imaginativa, acerca de todas aquellas inquinas y disputas entre quienes se apegaban a la línea oficial desde Jerusalén, y quienes la cuestionaban. Stalin y Trotsky, juega a comparar Carrère. Y Pablo fue el gran disidente triunfante, sin el que el cristianismo no hubiera pasado de ser una secta más en el cerrado y lejano mundo judío.

Carrére cuenta todas estas historias de luchas de poder como si se tratara de un thriller político; lleva el relato hacia los más diversos planos, y casi nunca se pierde en la abundancia de tantas fuentes consultadas,  moviéndose entre la precariedad de la verdad histórica y los recursos de su propia imaginación, llevados con virtud metódica.

Y echa mano del recurso de inmiscuirse él mismo en la novela, no siempre feliz; un escéptico frente a la fe primero, un converso luego al catolicismo, que se pasa años glosando el evangelio según San Juan, y, al final, otra vez un agnóstico, perspectiva desde la que escribe El reino, identificado con Pablo, el disidente terco e iluminado, feroz propagador de la fe en un oscuro crucificado que resucitó al tercer día.

Pablo escribe sus cartas desde la oscuridad de su alma atormentada repitiéndose: "no hago el bien que quiero sino el mal que no quiero", que suena mucho a personaje de Dostoievski; y apotegma al que Goethe dará vuelta de revés cuando Fausto pregunta a Mefistófeles quién es, y este responde cínicamente: "parte de esa fuerza que siempre quiere el mal y termina haciendo el bien"

La manera que tiene Pablo de crear el reino, y heredarlo, es desde el tormento de la condición humana.

Leer más
profile avatar
28 de diciembre de 2015
Blogs de autor

Un nuevo Oriente Próximo

Está surgiendo un nuevo Oriente Próximo, lleno de novedades geopolíticas y también de negros presagios respecto a la estabilidad y la paz en la región y en el vecindario más amplio en el que se encuentra Europa. Empezó a nacer hace cinco años, cuando cayeron tres dictadores en Egipto, Libia y Túnez y estalló la guerra civil en Siria, pero este 2015 ha mostrado ya su rostro entero, caótico y amenazante.

Sus fronteras, cada vez más porosas e incontroladas, tanto para los terroristas como para los civiles que huyen de la guerra, han sido anuladas incluso por la organización terrorista ahora hegemónica, el autodenominado Estado Islámico (ISIS), que se ha instalado entre Siria e Irak, en un territorio del tamaño de Bélgica, donde viven unos 10 millones de personas, con la pretensión de superar el reparto colonial y crear un califato que imponga su autoridad sobre todos los países islámicos.

La proclamación de este califato terrorista y megalómano se produjo en 2014, pero ha sido este año cuando se ha asentado su poder y capacidad territorial, a la vez que propinaba golpes de repercusión mundial, como la toma de las ruinas de Palmira o los atentados en Sharm el Sheij, Túnez y París.

La veterana Al Qaeda que rigió Bin Laden ha quedado superada por su envergadura y ambición, su capacidad para golpear en Europa e inspirar ataques en EE UU, soportar los bombardeos de las distintas coaliciones internacionales y aterrorizar con sus secuestros y atentados a las poblaciones de numerosos países islámicos de Nigeria a Bangladés.

Esta es la primera vez desde la Guerra Fría en que los países occidentales se enfrentan de nuevo a una amenaza total y existencial que, en este caso, ataca a los civiles en sus capitales, desafía su declinante hegemonía e impugna sus valores laicos y democráticos. El mito de este califato levantado por la fuerza de las armas, en una yihad como la que libraron Mahoma y sus primeros sucesores, actúa con perturbadora intensidad en el imaginario de miles de jóvenes, desde los suburbios europeos y americanos hasta las aglomeraciones del mundo musulmán.

También se ha quebrado el antiguo equilibrio regional, asentado en la hegemonía de EE UU y en la función estabilizadora de los déspotas árabes, especialmente por la implosión de Siria y la fragmentación de Irak, país dividido entre los kurdos, el ISIS y la zona chií bajo influencia iraní. La nueva multipolaridad regional significa un cierto declive saudí y el ascenso persa, en un mundo que no quiere depender tanto del petróleo árabe y en cambio desea incluir a Teherán en sus relaciones internacionales, como demuestra el acuerdo sobre el desarme nuclear de Irán impulsado por EE UU y firmado en julio en Viena.

Como una versión posmoderna de la Guerra Fría entre Washington y Moscú, la rivalidad entre Arabia Saudí e Irán explota la división entre chiíes y suníes en disputa por el liderazgo islámico a través de guerras por procuración, tanto en Siria como en Yemen. Nada expresa mejor la nueva correlación de fuerzas como el regreso de Rusia a la región con sus bombardeos sobre Siria, más para apoyar al dictador Bachar el Asad que para combatir al ISIS, a costa de tensar sus relaciones con Turquía, una jugada táctica con la que Putin pretende aliviar la presión occidental por la anexión de Crimea y la guerra larvada con Ucrania.

Europa y EE UU han jugado a la inhibición desde que empezó la guerra civil siria y solo han despertado ante las imágenes pavorosas de las ejecuciones del ISIS, el éxodo multitudinario de quienes quieren salvarse de las atrocidades de unos y otros y, sobre todo, el miedo a los atentados en su propio territorio. El vacío dejado por los occidentales es el imán que atrae el protagonismo ruso y estimula las ansias de las potencias regionales emergentes cada una en busca de su propia hegemonía.

Israel ha seguido esta crisis casi en silencio, salvo alguna acción muy concreta en la frontera siria y sus permanentes muestras de preocupación por el acuerdo nuclear con Irán, en sintonía con los saudíes. Aunque el ISIS no actúa en territorio israelí, su inspiración se infiltra entre los jóvenes palestinos más desesperados por la colonización en Cisjordania y sobre todo por el acoso que sufren en manos de los colonos extremistas. Los ataques individuales a civiles israelíes permiten hablar de una intifada de los cuchillos, estimulada desde las redes sociales al igual que sucede con el reclutamiento de combatientes para el ISIS.

Oriente Próximo ha sido una región virulenta pero relativamente estable bajo la larga etapa de hegemonía de Washington que termina. El mundo multipolar está alumbrando una región más virulenta y terriblemente inestable, quizás un monstruo geopolítico, que concentra viejas rivalidades de la Guerra Fría con las nuevas rivalidades entre potencias emergentes y erráticas, como son Turquía, Irán y Arabia Saudí, a las que se añaden las pretensiones de otras potencias más pequeñas pero con grandes medios financieros y militares como Qatar y Emiratos Árabes Unidos.

Leer más
profile avatar
28 de diciembre de 2015
Blogs de autor

¡Todo el poder para los sóviets!

Una amplísima asamblea de militantes, lo que más se puede parecer a los consejos de obreros y de soldados que proliferaron por Europa en la segunda década del siglo pasado, decidirá hoy domingo si Artur Mas debe ser investido presidente de la Generalidad de Cataluña. Pronto hará cien años de aquel momento especial y peligroso en que se instalaron unos consejos en Turín y Munich, Berlín y Budapest, con el propósito de destruir el orden burgués e instaurar uno nuevo, proletario y revolucionario. Algunos fracasaron y fueron duramente reprimidos, otros tomaron el poder por las armas durante pocos días, pero ninguno se hizo tan famoso como el consejo ?sóviet en ruso? de Petrogrado, almendra fundadora de la Unión Soviética, una de las dos experiencias totalitarias más sanguinarias y tenebrosas del sanguinario y tenebroso siglo XX. Parece que ahora están aquí de nuevo, esta vez afortunadamente sin fusiles ni bayonetas, más bien con pocos obreros y ningún soldado, muy pacíficos y desorganizados, pero con un espíritu similar a la hora de romper las instituciones de la democracia representativa y desbordar el Estado de derecho hasta tomar el poder en nombre de un mito que no ha cambiado: el del pueblo soberano, que en este caso es el pueblo catalán. El sóviet que la CUP ha preparado y reunirá hoy en Sabadell ya ha tenido y sigue teniendo en sus manos el poder más preciado que puede tener un presidente, como es el de disolver el Parlamento y convocar elecciones. Si le da la investidura, sólo lo hará a título temporal y provisional: la oferta de JxSí incluye una moción de confianza a plazo, durante el segundo semestre de 2016, y un límite de 18 meses para la legislatura, además de la fiscalización a que le someterá semanalmente. La presidencia que la asamblea popular puede otorgar a Mas no es tan sólo una frágil magistratura tasada en el tiempo y en propiedad sin poderes de disolución, sino también cuarteada y compartida con tres presidentes de unas comisiones que configuran la presidencia y el gobierno corales anunciados desde el primer día por la CUP. La pulsión asamblearia se traslada así al ejecutivo, aunque la dispersión de poder dará lugar a una auténtica tetrarquía, una antigua figura que la riquísima tradición política catalana aún no había ensayado. Ciertamente, esto puede suceder o no. Nadie es capaz de hacer un pronóstico de cómo votará la muchedumbre de delegados autodesignados desde las organizaciones de base para decidir sobre el destino de Cataluña en nombre del pueblo. Pero hay un hecho más significativo que el resultado de la votación: la asamblea es el mensaje. Sea cual sea la decisión, la presidencia de la Generalitat habrá recibido, ha recibido ya, un golpe en su prestigio y autoridad del que le será difícil enderezarse. Y en el caso de Artur Mas, será imposible. Una respuesta negativa, con elecciones en marzo, es una bofetada, una desautorización, un insulto personal; pero una positiva aún es peor: es un sometimiento. La indignidad a la que han llegado JxSí y Mas supera cualquier pesadilla de la imaginación independentista. La CUP ha conducido magistralmente la negociación, envuelta en la inocencia de sus camisetas y asambleas y en una ingenua retórica de fuego de campamento y de activismo cultural propio de okupas felices. Un auténtico Maquiavelo asambleario ?al menos en su apariencia aunque no es seguro que en los hechos no sea un sujeto más leninista? ha planteado desde el primer día una negociación asimétrica con la mayoría desde la fuerza de la minoría, hasta terminar convirtiéndose en el organismo soberano que tiene en su mano la decisión última. JxSí no ha intentado ni siquiera montar una apariencia de aprobación o de rechazo en paralelo el mismo día del acuerdo, preparado bajo la vigilancia benevolente de la CUP sin aprobarlo, siempre a expensas de la decisión asamblearia. Al final, tres meses después, todo el poder es para la asamblea, consejo o sóviet de Sabadell. Chapeau por la astucia de los maquiavelos del bolchevismo catalán y vergüenza imborrable para los dirigentes de JxSí y sobre todo el presidente Mas, que ha mostrado su desnuda impotencia y su brutal irresponsabilidad. No será presidente ni siquiera con los votos de la CUP: será, como máximo, un tretarca vergonzante. Y si la CUP le rechaza, mejor que no vuelva a probarlo en las elecciones de marzo, cuando le harán la cama sus amigos de Esquerra Republicana.

Leer más
profile avatar
27 de diciembre de 2015
Blogs de autor

Lacértido

 

Fue en mayo de 1960, en el barcelonés mercado de libros viejos
de San Antonio, cuando, en el interior de un fatigado ejemplar de
Madame Bovary editado en París en 1930 por Arthème Fayard,
se halla, haciendo las veces de punto de lectura, un excepcional
e ilustrativo documento, una cartulina, una ficha con el membrete
de la Universidad de Granada, que parece formar parte de un
estudio de campo que se realiza en las provincias de Málaga y
Almería en 1951 o 1957 (cuarta cifra borrosa) para conocer la
distribución de algunos vertebrados y que incorpora un apartado,
“Observaciones”, en el que se lee lo siguiente: ‘Matías Prolongo
Prolongo, vecino de Carratraca, de 75 años, hombre leído,
de profesión huronero, sabe muy bien qué es el lagarto, que
es abundante en estos parajes, y afirma que es verdad que
dicho animal sea goloso del vulvar, que se tira a él cuando la
mujer está acuclillada, desprevenida por el acto de mayores o
menores, aunque no esté en despoblado, y que es preferente de las
jóvenes morenas velludas almizcleñas y aún más si están reglando’.
-------
El Bestiario de Ferrer Lerín. Galaxia Gutenberg. 2007.

 

 

Leer más
profile avatar
26 de diciembre de 2015
Blogs de autor

Entre las rosas y el barro

Todo estaba en su voz, el resto no importaba. Le bastaba un vestido negro, siempre negro, por debajo de la rodilla. La desnudez escénica, los brazos caídos, las cejas finas, los puños cerrados, apretados igual que cuando dormía, según contaron sus amantes. Hija de unos padres alcohólicos y perdidos, recién estallada la Gran Guerra fue confiada a su abuela, que regentaba un burdel en Normandía. Las putas la cuidaban en habitaciones a media luz, cargadas de whisky y perfume barato, acaso cortando el pan a pedacitos y pintándole los labios. Cómo debieron de aplaudirla las que sobrevivieron, cuando años después, y atravesada por el don, era aclamada como la gran chansonnière ?por encima de Trenet y Chevalier, Montand y compañía? de una Francia tan libre y compleja como ella. De niña recorrió circos ambulantes con su padre y juntos cantaban en la calle, hasta que Louis Leplée la descubrió en la plaza Pigalle. Le cambió el nombre a Édith Piaf ?gorrión? por su prodigiosa voz y su aire desvalido, y empezó a actuar en su Cabaret. Édith le llamaba ?papá?. Pero Leplée fue asesinado: la sordidez de los bajos fondos insistía en agarrársele al cuello, siempre tan digno. Regresó a los cafés-concierto y tuvo infinidad de amores, a los que ayudaba hasta desangrarse, aunque les fuera infiel. Hasta que en el Moulin Rouge un joven Yves Montand se conmovió ante aquella extraña criatura. Y tuvieron un romance de desbordante realismo poético. También mantuvo idilios con Raymond Asso, Georges Moustaki o el boxeador Marcel Cerdan, su gran amor, que murió en un accidente de avión cuando regresaba a París de un combate para encontrarse con su amada. Piaf anestesió el dolor con morfina, hasta engancharse. Hace unos meses, en Madrid, Charles Aznavour desmentía haber tenido un idilio con la Piaf. ?Debí ser el único de su círculo que no fue amante suyo. Bromeábamos diciendo que ella no era mi tipo, pero en realidad mi físico no me facilitaba las cosas. Vivimos juntos como amigos durante más de ocho años: fui su chófer, telonero, compositor, acompañante y paño de lágrimas?, relató Aznavour. No era guapa, pero el desamparo que arrojaba su mirada la hacía única. Tenía una mueca de payaso triste, a veces hierática como las máscaras del kabuki, pero que en sus días felices mudaba en carcajada de diosa. La risa de la Piaf era gruesa y honda, inocente a pesar de haber recorrido todos los lados salvajes de la condición humana. Siempre pareció mayor, y en cambio murió joven: 47 años. Un año antes de su muerte salvó a un amenazado teatro Olympia con la recaudación de sus conciertos apoteósicos y su La vie en rose. Cuando llamaron a Cocteau para darle la noticia de su muerte, él dijo: ?El barco acaba de hundirse. Este es mi último día en esta tierra. Nunca he conocido un ser más desprendido de su alma. Ella no entregaba su alma, ella la regalaba, ella tiraba oro por las ventanas?. Horas después caía fulminado por un ataque al corazón. Hay un consejo que le da Dietrich a su amiga Piaf ?muchos mantienen que tuvieron un romance lésbico durante años?: ?No puedes tener un orgasmo cada vez que subes a un escenario?. Su desgarro partía en dos mitades al público. Ahora que se cumplen cien años de su nacimiento y que se suceden los homenajes, leer sobre ella y escuchar despaciosamente Je ne regrette rien crea un microclima y provoca un estado de ánimo. Es el prodigio de quien, con su voz, llegó donde solo pocos lo consiguen: hasta el hueso del alma. La gran dama / Meryl Streep Acaba de estrenarse en nuestras pantallas Sufragistas, una película sobre la lucha de las mujeres por su derecho al voto realizada por mujeres. En ella, Meryl Streep da vida a Emmeline Pankhurst, pionera del movimiento, pero no le hacía falta ningún papel para recuperar la memoria de la lucha por la igualdad. Fue la primera en alzar la voz contra la marginación de las actrices maduras o la desigualdad salarial. Basta pronunciar su nombre para conectar mentalmente con su carisma: a todas nos gusta Meryl. Moda de provincias / María Teresa Turrión

Siempre nos intrigaron las niñeras de alta alcurnia, pero pocas, no obstante, pueden abandonar el anonimato como María Teresa Turrión, la niñera de los principitos ingleses. Dicen que apuntaba maneras de monja, pero al final se fue a estudiar inglés. Ahora se ha convertido en la mejor embajadora de la moda infantil española. Todo lo que les compra en Valladolid o Palencia para los nenes, arrasa: en provincias siempre se ha vestido a los niños muy inglesitos. Ácido y huraño / David Bowie

Vive atrincherado en el Soho, donde la modelo Iman le cocina tortillas. No vuela en avión, solo viaja a Europa en barco. Bowie el misántropo, con un halo de replicante en las fotos, presentará pronto nuevo disco: Blackstar, grabado con músicos de jazz. En él canta con rabia sobre el infarto que padeció en Berlín: ?Está viviendo como un rey, gastando el dinero que le da la gana y que sólo ve el culo del infarto?. El último héroe de una época que se fue, a sus 69 años sigue buscando el sabor de la diferencia. (La Vanguardia)

Leer más
profile avatar
26 de diciembre de 2015
Close Menu
El Boomeran(g)
Resumen de privacidad

Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.