"El Reino de los Cielos es también como un hombre que, al
ausentarse, llamó a sus siervos y les encomendó su hacienda: a uno
dio cinco talentos, a otro dos y a otro uno, a cada cual según su
capacidad; y se ausentó.
Enseguida, el que había recibido cinco
talentos se puso a negociar con ellos y ganó
otros cinco. Igualmente el que había
recibido dos ganó otros dos. En cambio el
que había recibido uno se fue, cavó un hoyo
en tierra y escondió el dinero de su señor.
Al cabo de mucho tiempo, vuelve el señor de
aquellos siervos, y ajusta cuentas con ellos.
Llegándose el que había recibido cinco
talentos, presentó otros cinco, diciendo:
‘Señor, cinco talentos me entregaste; aquí tienes otros cinco que he ganado'
Su señor le dijo: ‘¡Bien, siervo bueno y fiel!; en
lo poco has sido fiel, al frente de lo mucho te
pondré; entra en el gozo de tu señor.'
Llegándose también el de los dos talentos
dijo: ‘Señor, dos talentos me entregaste; aquí tienes otros dos que he
ganado.' Su señor le dijo: ‘¡Bien, siervo bueno y fiel!; en lo poco has
sido fiel, al frente de lo mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.'
Llegándose también el que había recibido un talento dijo:
‘Señor, sé que eres un hombre duro, que cosechas donde no sembraste y recoges donde no esparciste. Por eso me dio miedo, y fui y escondí en tierra tu talento. Mira, aquí tienes lo que es tuyo.' Mas su señor le respondió:
‘Siervo malo y perezoso, sabías que yo cosecho donde no sembré y
recojo donde no esparcí; debías, pues, haber entregado mi dinero a
los banqueros, y así, al volver yo, habría cobrado lo mío con los
intereses. Quitadle, por tanto, su talento y dádselo al que tiene los
diez talentos. Porque a todo el que tiene, se le dará y le sobrará; pero
al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará. Y a ese siervo inútil,
echadle a las tinieblas de fuera. Allí será el llanto y el rechinar de
dientes."
Mateo 25, 14-30

Decía ayer que recientemente se inauguró en Nueva York la Tony Blair Faith Foundation, cuya vocación es la de luchar contra la enfermedad y la pobreza. Se sabía que El ex -Premier era un hombre devoto. Se sabía también que esta devoción le acercaba a Roma, aunque prudentemente no diera el paso de la conversión a la verdadera hasta haber dejado (si a tal desastre se le puede calificar con un término que parece implicar voluntad libre) el cargo. Se sabía incluso que, ante el enorme peso que para su conciencia cristiana y social-demócrata, suponía su responsabilidad en un conflicto que acarrearía víctimas por centenas de millares, tuvo la suerte de que El Señor nunca le abandonara ("Me apoyé en Dios" llegó explícitamente a declarar).
El 10 de junio leía en los periódicos que el ex-presidente Chirac ha inaugurado una fundación que lleva su nombre, dedicada (¿cómo no?) a promover la paz, el ecologismo (lucha contra el cambio climático en primera instancia) el vínculo entre culturas, etc. Una fundación también destinada a edificantes tareas lleva el nombre de Gore. Creo que una análoga es presidida por Carter, y así un largo etcétera. De suponer que, cuando estaban en sus cargos, todos estos mandatarios respondían ya a tan generosos principios, dado el enorme poder relativo que se les atribuía, es para concluir que aquí no hay nada que hacer y que (como Marx indicaba) en cuestiones de estructuración social el bien y el mal no dependen de las voluntades individuales sino de juegos de fuerzas. Pero en fin... uno de los políticos que, abandonado por El poder, ha encontrado refugio en la filantropía espiritual es Tony Blair, que hace unos diez días inauguró en Nueva York la Fundación de la fe. Mañana me ocuparé de este acontecimiento.
El político de raza amaría el poder por si mismo, al igual que el banquero digno del nombre sólo hace genuflexión ante el oro. Propio de pequeños burgueses sería querer tener dinero para usarlo, y de espíritus mediocres querer el poder para obtener beneficios en algún registro parcial.







