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Escrito por

Víctor Gómez Pin

Victor Gómez Pin se trasladó muy joven a París, iniciando en la Sorbona  estudios de Filosofía hasta el grado de  Doctor de Estado, con una tesis sobre el orden aristotélico.  Tras años de docencia en la universidad  de Dijon,  la Universidad del País Vasco (UPV- EHU) le  confió la cátedra de Filosofía.  Desde 1993 es Catedrático de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), actualmente con estatuto de Emérito. Autor de más de treinta  libros y multiplicidad de artículos, intenta desde hace largos años replantear los viejos problemas ontológicos de los pensadores griegos a la luz del pensamiento actual, interrogándose en concreto  sobre las implicaciones que para el concepto heredado de naturaleza tienen ciertas disciplinas científicas contemporáneas. Esta preocupación le llevó a promover la creación del International Ontology Congress, en cuyo comité científico figuran, junto a filósofos, eminentes científicos y cuyas ediciones bienales han venido realizándose, desde hace un cuarto de siglo, bajo el Patrocinio de la UNESCO. Ha sido Visiting Professor, investigador  y conferenciante en diferentes universidades, entre otras la Venice International University, la Universidad Federal de Rio de Janeiro, la ENS de París, la Université Paris-Diderot, el Queen's College de la CUNY o la Universidad de Santiago. Ha recibido los premios Anagrama y Espasa de Ensayo  y  en 2009 el "Premio Internazionale Per Venezia" del Istituto Veneto di Scienze, Lettere ed Arti. Es miembro numerario de Jakiunde (Academia  de  las Ciencias, de las Artes y de las Letras). En junio de 2015 fue investido Doctor Honoris Causa por la Universidad del País Vasco.

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Guerra contra la estulticia

El matemático y filósofo francés Gilles Châtelet solía citar la frase de Hegel según la cual la filosofía es una guerra, añadiendo que se trataba de una guerra contra la estupidez (guerre contre la bêtise). La estupidez puede ser considerada como rasgo innato de una parte más o menos grande de la humanidad o como calamidad contingente, cuyas causas habrían de ser buscadas, a fin de hallar los medios de su abolición.
Pasa de entrada por la cabeza atribuir la estulticia a la ausencia de educación o más bien a la mala educación, pues ningún ser que meramente hable carece de educación, aunque. Y ciertamente hay que buscar por esa vía, pues la educación ordinaria es una caricatura de lo que los griegos denominaban con el término paideia. Una educación que en lugar de vivificar nuestras facultades de conocimiento o simbolización las coarta o las canaliza hacia objetivos fútiles, cuando no potencialmente embrutecedores, obviamente está contribuyendo a " huir de los verdaderos problemas, y hacer propias las falsas querellas".
Pero la mera referencia a la educación no satisface, pues obviamente surge la pregunta de las razones por las que la causa de una educación cabal ha perdido la partida. Un escéptico radical, es decir un nihilista respecto a la condición humana, tendría la respuesta en los labios: el hombre respondería casi por instinto a la máxima "si quieres ser feliz como me dices, no analices muchacho no analices". Considerando que la vida esencialmente es una calamidad, la evitación de la lucidez respecto a ella constituiría una pulsión inherente a nuestra especie. Pues bien:
Carlos Marx busca la causa de la estulticia en un rasgo perfectamente contingente del orden social (pues no es inherente a la sociedad humana sino a una modalidad de la misma) y sin embargo hoy predicado casi omniaplicable, a saber, el mecanismo de relación con el mundo determinado por la propiedad privada:
"La propiedad privada nos ha hecho tan estúpidos y unilaterales que un objeto sólo es nuestro cuando lo tenemos, cuando existe para nosotros como capital o cuando es inmediatamente poseído, comido, bebido, vestido, habitado, en resumen, utilizado por nosotros. Aunque la propiedad privada concibe, a su vez, todas esas realizaciones inmediatas de la posesión sólo como medios de vida y la vida a la que sirven como medios es la vida de la propiedad, el trabajo y la capitalización".

Karl Marx, Manuscritos del 44 (Tercer Masnuscrito. Propiedad privada y comunismo)

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2 de mayo de 2013
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Propiedad privada y corrupción del lazo hombre-mujer

"¡Que diablo! ¡Claro que manos y pies, / Y cabeza y trasero son tuyos!/ Pero todo esto que yo tranquilamente gozo/¿es por eso menos mío?/ Si puedo ganar seis potros, /¿no son sus fuerzas mías? Los conduzco y soy todo un señor/ Como si tuviese veinticuatro patas"
Citando estos textos del Fausto de Goethe en sus Manuscritos del 44 Marx quiere ilustrar literariamente su tesis sobre ese momento de la historia humana en el que para la subjetividad de cada hombre la relación entre la propia vida y los medios de vida, no es esencialmente distinta de la relación entre la propia vida existencia de otros hombres:
"El dinero, en cuanto posee la propiedad de comprarlo todo, en cuanto posee la propiedad de apropiarse todos los objetos es, pues, el objeto por excelencia. La universalidad de su cualidad es la omnipotencia de su esencia; vale, pues, como ser omnipotente..., el dinero es el alcahuete entre la necesidad y el objeto, entre la vida y los medios de vida del hombre. Pero lo que me sirve de mediador para mi vida, me sirve de mediador también para la existencia de los otros hombres para mí. Eso es para mí el otro hombre" (1).
Esta reflexión sobre la esencia del dinero sigue a la reflexión sobre la propiedad privada como emblema del extrañamiento del hombre respecto de su humanidad, traducida emblemáticamente para Marx es la relación entre hombre y mujer. Cuando el hombre existe sólo para su propia subsistencia de la que ve garantía en la exclusiva propiedad de ciertos bienes, es decir cuando ha enajenado su propia esencia como ser social, la relación entre los sexos es una mera proyección de la relación de privaticidad.
La deshumanización tiene, en efecto, corolario en la concepción del ciclo de las generaciones como mirífico recurso para la prolongación de sí en la progenitura. El ciclo de las generaciones es sentido como garantía de persistencia del sujeto parcial que uno en su individualidad constituye, y no como garantía de la persistencia de la humanidad. Esto tiene expresión directa en el legado de la exclusiva propiedad: identificado el sujeto a su propiedad, si en la descendencia ésta se conserva... esta perdurando lo esencial de uno; si la propiedad se incrementa, uno se está expandiendo más allá de la muerte física. Este mecanismo explica los casos tan frecuentes de protección por parte de los poderosos de las acciones de enriquecimiento de sus hijos, aunque por lo ilícito del procedimiento ello exponga a un descrédito moral. Y es simplemente que el crédito reside en otra parte, y que lo que se puede perder en el terreno del reconocimiento moral parece al sujeto inconmensurable respecto a lo que se puede ganar en el terreno de lo vivido como esencial.
En una sociedad en la que la propiedad privada sea cosa del hombre, ello tiene como corolario no sólo la subordinación de la mujer a la función reproductora sino la abolición de toda sombra de autonomía sexual para la misma. Pues la función de la mujer es entonces la de garantizar la trasmisión de la propiedad privada e padre a hijo a lo largo de la generaciones. Pero se trata de garantizar que la progenitura sea realmente propia, de lo contrario se estaría trasmitiendo lo propio y constitutivo de uno a otro. Es obvio que en estas condiciones, además de la animalización de la sexualidad humana por reducción a la función reproductiva, ha de restringirse la libertad de la mujer en el seno mismo de esta sexualidad desprovista de lo genuino de la especie humana.
En esta reducción del papel de la mujer a mero instrumento la relación del hombre con la mujer pasa de ser "la relación más natural del hombre con el hombre" (Marx) a ser un relación más de dominio, reducción y cosificación. El nivel de la degradación en el lazo hombre mujer se convierte pues en criterio seguro para determinar hasta qué extremo el hombre ha dejado de sentir a los demás como su prolongación de sí, hasta qué extremo su entidad individual ha dejado de ser entidad colectiva.
 
________________________
 
(1) Karl Marx Manuscritos del 44 Tercer Manuscrito. En su reflexión sobre la esencia del dinero Marx cita asimismo a Shakespeare, concretamente esta magnífica exhortación al dios dinero para que no se fie de sus hombres hombres dada su tendencia a rebelarse y a tal fin haga que se autodestruyan en falsas querellas:
"... Dios visible 
que sueldas juntas las cosas de la Naturaleza absolutamente contrarias
y las obligas a que se abracen; tú, que sabes hablar todas las lenguas
||XLII| Para todos los designios. ¡Oh, tú, piedra de toque de los corazones,
piensa que el hombre, tu esclavo, se rebela, y por la virtud que en ti reside,
haz que nazcan entre ellos querellas que los destruyan,
a fin de que las bestias puedan tener el imperio del mundo...!»
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30 de abril de 2013
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Singular crisis de desarrollo espiritual (II)

Preliminar: llevar el problema a la filosofía

A modo de preliminar retomo una acotación ya expuesta en una columna anterior.
Transcurridos 20 años, referirse sin más (como hacía en la columna anterior) al artículo de Zeilinger y equipo que avanzaba el protocolo en 1993 o la publicación de resultados experimentales de 2002, puede provocar irónicas sonrisas si uno lo hace en un medio académico, precisamente por que se habla de lo que todos sabemos. "Todos"- es decir los que están por profesión o afición en berenjenales cuánticos- saben que ya fue en 2002 cuando se probó experimentalmente lo que se entiende por cesión o más bien trueque de entrelazamiento (Entanglement Swapping).
La remisión directa a lo que en su día se reveló novedoso en relación a nuestra ordinaria concepción del entorno o de nosotros mismos, corre peligro de ser tomada como reiteración de lo bien sabido. Pero que sea bien sabido no es razón para que desaparezca el espontáneo y fresco estado de ánimo que lleva a la interrogación cabalmente filosófica, que el científico tiene derecho a plantear, como lo tiene simplemente el ciudadano (sin duda exigiéndose a sí mismo un esfuerzo en las necesarias mediaciones). ¿Cómo no va a ser motivo de estupor el que dos realidades físicas espacialmente separadas se encuentren vinculadas por la simple constatación de que otras dos lo están? ¿Cómo es posible, se preguntará cualquiera que haya entendido el protocolo evocado, confirmado como decía por efectivos experimentos? ¿Qué confianza seguir teniendo en las ideas nucleares con las que elaboramos nuestro concepto del orden natural, entre ellas la de que no puede haber intervención física a distancia (es decir intervención no mediada ni por la materia ni por el campo) si las partículas a las que se reducen las cosas que percibimos se comportan de este modo?

 

Intercambio de entrelazamiento con dilación temporal

 

En este auténtico crescendo de interrogantes filosóficos determinados por la física cuántica hubo en 2012 aún novedad, una vez más gracias a los experimentos del equipo del referido Anton Zeilinger, aunque el embrión de la cosa data ya del año 2000 con protocolos avanzados por Asher Peres.
En abril de 1999 Asher Peres sometía al juicio de la revista Journal of Modern Optics, un experimento mental relativo al entrelazamiento cuántico con la particularidad de que la medida determinante se realizaría con posteridad al de las otras partículas. El artículo sería publicado al año siguiente (J. Mod. Opt. 2000, 531) (1).
En abril de 2012 Anton Zeilinger y su equipo publican los resultados probatorios de que el experimento de Peres era algo más que mental: el protocolo matemático que había sustentado la idea de Peres se confirmaba experimentalmente en todos sus términos. Sintetizo el asunto tal como es presentado por Zeilinger y equipo (2).
Dos observadores distanciados arbitrariamente, que en razón de convención al uso llamamos Alice y Bob, preparan con total independencia cada uno, su pareja de partículas entrelazadas: 1, 2, Alicia ; 3, 4, Bob (3).
A continuación Alicia y Bob proceden a separar las partículas en su pareja. La partícula 2 es enviada por Alice a un tercer protagonista llamado Víctor (en el experimento de Peres, Eva) y lo mismo hace Bob con la partícula 3. Conviene suponer que todo el proceso se repite idénticamente, de tal manera que de cada una de las fuentes van sucesivamente surgiendo partículas en gran número.
El próximo paso dado por Alicia y Bob es que cada uno de ellos mide a lo largo de arbitrarias direcciones los valores del spin de las partículas 1, 4 que han respectivamente conservado. El experimento concreto se hizo con fotones y no con electrones, de ahí que en el esquema se hable de medida de la polarización en lugar de medida del spin, mas para no multiplicar aquí los conceptos y grafías haré la ilustración por analogía a lo que ello supondría en el caso del spin.
 
 
 
 
 
Conviene detallar todas las condiciones y los pasos:
a) Las fuentes generan sucesivamente gran número de copias de las parejas de partículas de manera a que puedan realizarse repetidas medidas.
b) Alice apunta para cada copia de la partícula 1 el resultado obtenido y lo registra, mientas que Bob hace exactamente lo mismo con las copias de la pareja 4. Como las partículas 1 y 4 no tenían vínculo entre ellas, la eventual comparación de las medidas no mostraría ni correlación ni anti correlación. Tanto pudiera salir arriba, arriba como arriba, abajo; abajo, arriba, o abajo, abajo (recuérdese que ello no ocurre con las partículas 1, 2 ( ni 3, 4), pues el hecho de que en el origen estén entrelazadas en el estado de Bell que supone spin total cero, se traduce en que, al medirlas por separado , si se comparan los resultados hay necesariamente anti-correlación.
c)En total ignorancia de lo ya obtenido por Alice y Bob, Víctor procede en cada copia del par 2, 3 que recibe:
-Sea a una medida convencional, registrando el resultado obtenido en cada caso.
-Sea una medida de Bell, la cual, como ya he indicado, puede con igual probabilidad dar como resultado cualquiera de los cuatro estados de Bell).
En un caso como en otro Victor comunica los resultados tanto a Alice como a Bob.
d)Tras recibir la información de Víctor, Alice agrupa todos los resultados de las copias 1 que son correlativas de las copias 2 para las que Víctor ha obtenido un determinado resultado. Bob efectúa lo mismo con los copias 4 que son correlativas de 3.
En el caso de que Victor haya efectuado una medida de Bell, Alicia y Bob tienen cada uno cuatro grupos de partículas que corresponden a los cuatro grupos de Víctor. Es muy importante remarcar la información de Víctor constituye el criterio que permite establecer los grupos.
e) Alice y Bob comparan sus resultados grupo a grupo y comprueban lo siguiente:
Si Victor ha procedido a una medida convencional o separada las copias de 1, 4 correspondientes a las 2, 3 de Víctor son como era de esperar separables.
Si Víctor ha procedido a una medida de Bell las parejas de partículas de cada grupo de Alice y de Bob correlativas de cada grupo de Víctor responde a lo que hubiera ocurrido si tales partículas procedieran de una fuente en la que compartían el estado de Bell del grupo de Victor. Por ejemplo si este estado es el spin total cero ( en la jerga el singlet state ya familiar), entonces en la comparación de los resultados de las partículas correlativas medidas aisladamente por Alice y Bob tendrán todas ellas spin opuesto, lo cual no casa con el hecho de que tales partículas (copias de 1 y 4) carecían de matriz común y no tenían por tanto que estar ni correlacionadas ni anti-correlacionadas.

 
*** 
 La diferencia esencial con el intercambio de entrelazamiento previamente considerado estriba en este hecho de que Alicia y Bob proceden a medir antes de recibir información de Víctor.

Así, aunque el resultado no difiera respecto al "convencional" intercambio de entrelazamiento (3) hay en el proceso algo singular. Sólo ulteriormente Víctor realiza una medida de Bell en las partículas 2 y 3 que ha recibido, como resultado de lo cual estas quedan entrelazadas, y sólo ulteriormente informa a Alice y Bob de lo que ha obtenido, es decir, del estado concreto de Bell que expresa el entrelazamiento. Y al proceder a medir repetidamente antes del trabajo de Victor, Alice y Bob habían comprobado empíricamente que los resultados no estaban marcados por ley alguna de correlación ni de anti correlación. Se habían limitado a verificar resultados aleatorios y tomar cuidada nota de los mismos.
Si Victor no hubiera procedido a medir seguiríamos en esa aleatoriedad ; y si habiendo procedido a medir no hubiera comunicado el resultado, también. Mas ahora ya no es el caso, ahora que saben lo que Víctor sabe es ya imposible que el resultado (o sea, el conocimiento del rasgo de su partícula) que alcance Alice sea independiente del resultado que alcance Bob. Así pues, entre la medida de Víctor más la comunicación del resultado se ha conseguido que lo que tenía subsistencia independiente deje de tenerla. Así de sencillo...y de tremendo.

 

¿Influencia en el pasado?

Pero hay un último paso en este crescendo cuántico. Supongamos que las copias de las partículas 1 4, tras ser registradas respectivamente por Alice y Bob son total o parcialmente destruidas, mientras que las copias de 2 y 3 siguen su camino hasta ser medidas por Victor. Entonces, en el momento en que Alice y Bob comparan los resultados de cada grupo en función de la información dada por Bob, ya sólo tenemos registro de datos sin soporte material que los confirme, sólo tenemos información de lo que era. Pues bien, todo sucede exactamente como hemos visto: considerando el grupo en el que Víctor ha obtenido spin total cero las partículas correspondientes de Alice y Bob se hallan anti-correlacionadas, mientras que antes de la información de Víctor era imposible tener criterio alguno de correlación ni de anti-correlación.
Recuérdese una vez más que el único criterio no meramente empírico de la ordenación de resultados para la formación de grupos reside en la información que proporciona Víctor. No se está diciendo que esta información cambia los datos empíricamente logrados. Se esta diciendo que una ley ordena ahora desde el exterior estos datos. ¿Una ley ordenadora de un estado de cosas? No desde luego si por cosa entendemos realidad física. Pues dado que esas cosas han desaparecido se trataría de una intervención en el pasado. Aunque el propio Zeilinger ha parecido dejar pensar que ello es así al hablar de "quantum steering into the past", lo único que podemos decir es que la medida hecha por Víctor y la información de sus resultados determina el saber de Alice y Bob, dejando entre paréntesis la cuestión sobre si hay o no en el mundo algo más que este mero saber de lo que denominamos cosas.

 

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(1)  El abstract es el siguiente: "Two observers (Alice and Bob) independently prepare two sets of singlets. They test one particle of each singlet along an arbitrarily chosen direction and send the other particle to a third observer, Eve. At a later time, Eve performs joint tests on pairs of particles (one from Alice and one from Bob). According to Eve's choice of test and to her results, Alice and Bob can sort into subsets the samples hat they have already tested, and they can verify that each subset behaves as if it consisted of entangled pairs of distant particles, that have never communicated in the past ever indirectly via other particles".

(2) Zeilinger y su equipo reivindican este legado de Peres en el abstract de su artículo de Nature Physics 8,480-485del 26 de abril de 2012: "Motivated by the question of which kind of physical interactions and processes are needed for the quantum entanglement, Peres has put forward the radical idea of delayed.choice entanglement swapping. There entanglement can be produced a posteriori after the entangled particles have been measured and may no longer exists. Here we report thr realization of Peres's gedanken experiment. Using four photons, we can actively delay the choice of measurement-implemented through a high speed tunable bipartite-state analyser and a quantum random -number generator-on two of the photons into the time -like future of the registration of the other two photons. This effectively projects the two already registered photons onto one of the two mutually exclusive quantum states in which the photons are either entangled (quantum correlations) or separable (classical correlations). This can also viewed as 'quantum steering into the past' ".

(3) De nuevo se trata de uno de los estados llamados de Bell y la grafía utilizada para reflejar el entrelazamiento es:

 

dónde i j designan sea las partículas 1,2 sea las partículas 3, 4.

El estado global considerando las dos partículas es

 

ecuación que puede ser re-escrita de manera alternativa, por ejemplo 

 

 o bien

 

 

 

donde

 

 

 son los cuatro estados de Bell.  

 

(4) De hecho, técnicamente ello se muestra con nitidez en la ecuación (3) de la nota en la que se presentan los estados de Bell.

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25 de abril de 2013
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Ilustración: el caso del intercambio de entrelazamiento

Me he referido en varias ocasiones al físico vienes Anton Zeilinger, indicando que este hombre se ve a partir de sus experimentos cuánticos abocado a la interrogación metafísica. ¿Qué tienen pues sus experimentos de trascendentes? Lo mejor es intentar presentarlo de nuevo,
Sean dos parejas de partículas 1, 2, emitidas por dos fuentes A y B separadas entre sí por una distancia D. La primera fuente emite hacia su derecha, y hacia abajo la partícula 1 y hacia su izquierda también hacia abajo la partícula 2; y algo análogo hace la fuente B, de tal manera que 1 sigue una trayectoria que la aproxima a 4 a y 2 una trayectoria que la aproxima a 3 (la aproximación no exige llegar a la contigüidad, se trata sin embargo de una condición que facilitara una de las acciones que se realizarán luego):

 

 
 
Antes de su separación las partículas de cada una de las parejas están entre sí tan intrínsecamente entrelazadas que difícilmente cabe hablar de su individualidad, siendo su estado físico expresable por un único vector, uno de los vectores llamados de Bell, aquí relativo al momento angular total de la rotación conocida como spin. Asumimos que el valor total (es decir consideradas las direcciones x, y, z) del spin de las dos partículas entrelazadas en cada pareja es cero (1), lo cual de hecho se halla en conformidad a una ley llamada de Pauli que se aplica a partículas no entrelazadas, es decir perfectamente distinguibles, precisamente por el spin (y tan sólo por este cuando comparten todos los demás números llamados cuánticos).
Al ser separadas, las partículas que forman la primera pareja mantienen una anti-correlación que es consecuencia de su interacción cuando residían en la fuente, y ocurre lo mismo con las de la segunda pareja. Por la ley de conservación del momento, esta anti-correlación se traduce en el hecho de que el spin total, que era cero antes de la separación, ha de seguir siendo cero, aunque ahora bien diferenciado en una y otra partícula. De tal modo que, en cualquier dirección considerada, si el spin de la partícula 1 es arriba (½ ), el de la partícula 2 será abajo (- ½ ) ; y lo mismo ocurrirá si las mediciones se efectúan sobre las partículas 3 y 4 .
Es necesario señalar que a priori sólo sabemos que el spin de la una es opuesto al de la otra, no cual tiene cada una de ellas. Si por ejemplo las fuentes lanzan muchas partículas provenientes de parejas idénticas a la considerada, pudiera darse que a la izquierda unas dieran spin arriba y otras abajo; lo que siempre se mantendría es que las correspondientes de la derecha tendrían spin diferente. O sea: hay aleatoriedad en el resultado individual, no en la oposición de los resultados respecto a la partícula correlativa.
Nótese bien que las partículas 1 y 4, no tienen lazo alguno en el pasado y por consiguiente llevan una existencia indiferente la una respecto a la otra. Y lo mismo ocurre con las partículas 2 y 3. Si por ejemplo medimos aisladamente el spin en la dirección z de la partícula 1 y obtenemos el resultado arriba, la partícula 4 puede indistintamente dar arriba o abajo.
Supongamos, sin embargo, que medimos a la par en 2 y 3 el spin en la dirección z, constatando por ejemplo que el valor coincide en ambos. Del protocolo matemático que refleja la situación se infiere que, en razón de haber establecido la relación entre los spin de las partículas 2 y 3 (2), queda establecida instantáneamente una correlación entre las partículas 1 y 4, las cuales sin embargo no son contiguas en el espacio y sobre las que no ha habido ninguna intervención directa. Así pues si la medida común de las partículas 2 y 3 da el mismo resultado, lo cual se llama correlación, entonces estamos seguros de que en las partículas 1 y 4, hay también coincidencia de resultado, aunque de signo opuesto; mutatis mutandis si el resultado es anti correlación. Por ejemplo: si el spin de la partículas 2 y 3 fuera la correlación arriba (sentido designado por el número cero), entonces el de las partículas 1 y 4 sería abajo (correlación de diferente signo); si el spin de 2 fuera arriba y el de 3 abajo, entonces el de 1 sería abajo y el de 4 arriba (anti-correlación).

 El lector se dirá que ello es perfectamente razonable e implicado en las premisas de salida: si 1, 2 están anti-correlacionadas y 3, 4 también, al obtener el resultado conjunto para 2 y 3 "sabemos" el resultado conjunto de 1,4. En realidad el asunto es algo más problemático (4), y en cualquier caso la verificación empírica de nuestro "saber" a priori exige alguna cláusula, siendo la principal que el observador que ha operado conjuntamente en las partículas 2, 3 comunique tanto el resultado como la dirección en la que ha medido, al que opera en las partículas 1,4. Para dar luz sobre este extremo presentaré las cosas de la siguiente manera:
Designemos por Sz1, Sz2, Sz3, Sz4, los dispositivos de medida aisladas del spin en la dirección z para cada una de las partículas. Sean Sz1 * Sz2, Sz1 * Sz4, Sz3 * Sz4, Sz2 * Sz3, los dispositivos de medida para dos partículas conjuntamente.
Si vamos a trabajar con el dispositivo Sz1 * Sz2, o Sz3 * Sz4, sabemos aun antes de proceder que obtendremos una anti-correlación. Si aplicamos Sz1 * Sz4 no sabemos a priori nada: puede salir una correlación o una anti correlación. Supongamos sin embargo que antes de que procedamos a medir con el dispositivo Sz1 * Sz4, alguien nos llama y nos dice: "he medido con el dispositivo Sz2 * Sz3, y he obtenido el resultado (es un ejemplo), arriba, arriba. ¿En qué ha cambiado nuestra situación? Pues en que ahora (suponiendo que tenemos razones de fiarnos de lo que nos dicen) podemos prever con certeza que obtendremos el resultado abajo, abajo. Nada extraño, se dirá el lector: nuestro interlocutor al teléfono nos ha dicho como es objetivamente la cosa, cual es el spin que tiene en propiedad cada una de las partículas y nosotros nos hemos limitado a verificar empíricamente la información , es decir: teniendo la partícula 2 valor spin z arriba y la partícula 3 también, como 1 esta anti-correlacionada con 2, y 3 lo está con cuatro, no queda para 1 y 4 más valor que spin z abajo. Y sin embargo...
Supongamos que hubiera manera forma de volver atrás, es decir, retornar a la situación en la que estábamos antes de haber procedido con Sz1 * Sz4, proponiéndonos medir de nuevo pero ahora sin que nadie nos informe de lo que ha pasado con la medición Sz2 * Sz3 (en la práctica esta repetición de la medida se efectúa considerando múltiples copias del mismo sistema). Si el resultado abajo, abajo, que habíamos registrado fuera una propiedad de las partículas 1, 4 debería repetirse. Pues bien: no hay ninguna seguridad de que así sea. Si la vuelta atrás se efectúa muchas veces ( o las copias del mismo sistema se multiplican) el resultado será aleatorio y sólo habrá una aproximación estadística.
La esencia del asunto es que en ese ámbito de diversidad indiferente en el que bañan las partículas 1 y 4, en el cual reinaba la aleatoriedad, emerge ahora una estricta ley relacional y ello como resultado puro de haber efectuado una operación de medida en un horizonte lejano y de haber informado sobre ello. Y aquí tiene el lector la clave de que antes no se sorprendía de la previsión abajo, abajo para las partículas 1, 4. Pues estaba perfectamente informado: sabía que el observador en el otro extremo había obtenido arriba, arriba.
Es este un asunto tremendo: el resultado físico, es decir el resultado que da la naturaleza será aleatorio o determinado en función de si el que procede a medir no ha obtenido información o sí la ha tenido. La diferencia misma entre naturaleza y saber sobre la misma se esfuma en este caso.
Obviamente, si al medir nosotros con Sz1 * Sz4 comunicamos el resultado al que se dispone a medir con Sz2 * Sz3, será este el que podrá prever determinísticamente lo que va a obtener. Con lo cual cabe realmente decir que el que mide primero, y no olvida comunicar el resultado, mide dos veces.

  ***

Por sorprendente que sea ya lo anterior, el asunto se hace realmente interesante si consideramos que la medida que realiza el observador en las partículas 2, 3 no es una medida convencional, sino la medida llamada de Bell, cuyo resultado es el siguiente: las partículas 2 , 3 vienen a estar ahora tan absolutamente entrelazadas entre sí, como lo estaban antes de la separación las partículas 1 2 , por un lado, 3 4 por otro lado. Este nuevo entrelazamiento hace que 2 y 3 se liberen de sus antiguos lazos con 1 y 4 respectivamente, ¿Y qué se ha hecho de las partículas 1 y 4? Pues que quedan a su vez entrelazadas, de ahí lo oportuno de la designación del fenómeno como intercambio de lazo (Entanglement Swapping). El nuevo entrelazamiento no tiene necesariamente la forma de los que se daban en el origen, pero no difieren del mismo mas que de manera "resoluble"y de hecho es uno de los componentes (igualados en probabilidad de actualización) de la fórmula a la que cabe reducir la combinación (producto tensorial) de los dos entrelazamientos originarios (5).
Recordemos que dada su ausencia de lazo en el pasado, las partículas 1 y 4 podían dar por como resultado tanto correlación como anticorrelación. Veamos que pasa ahora: supongamos que la medida de Bell en 2 3 es el spin total cero antes contemplado. Entonces este spin total cero vincula ahora también a las partículas 1 4 de tal manera que será ya imposible obtener arriba,arriba o bien abajo, abajo. Cabe decir que ahora se ha modificado el espectro de potencialidad de resultados que cabía esperar ante las partículas 1, 4. Estas aun no han sido medidas, pero si desde el otro lado me dicen lo que ha ocurrido se ya lo que cabe esperar y lo que no cabe esperar. Concretamente sé que no cabe esperar lo que sí cabía esperar antes. Y esta modificación en lo que cabe esperar respecto a 1, 4 se ha efectuado desde la distancia, sin lazo alguno de contigüidad entre los dos ámbitos del espacio. La cosa era tan extraordinaria que pese a lo rigurosamente consistente del protocolo, habría razones para el escepticismo de no ser que en 2002 hubo ratificación experimental.

 

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(1)

  Esta es concretamente la expresión matemática del vector spin total cero, dónde li i j indican, sea las partículas 1 2 sea las partículas 3 4.

 

(2) 

es en la grafía técnica el operador que entonces actúa, dónde las factores del producto tensorial son las llamadas matrices de Pauli.

 

(3) De hecho, para llegar a esta conclusión hemos aceptado un protocolo matemático del que se infiere algo no trivial: 1) Las partículas en cada pareja de salida estaban tan entrelazadas que carecían de individualidad. 2) Al ser separadas espacialmente recuperan su individualidad pero conservan su correlación o anticorrelación.

 

(4)La información global sobre las dos parejas de partículas se desarrolla de la manera siguiente:

 

 

 

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23 de abril de 2013
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Singular crisis de desarrollo espiritual

Hay momentos en la historia del espíritu que supone un radical salto, con traducción en las más diversas facetas. Es bien sabido que el arranque del siglo XX constituyó uno de esos momentos de fertilidad , en una asombrosa secuencia que va desde la ópera Pélléas et Mélisande de Debussy al Ulysses de Joyce, pasando por la relatividad restringida, Las Señoritas de Aviñon, el dodecafonismo o la Mecánica Cuántica.
Esta última disciplina ha jugado en este foro filosófico un papel determinante, con cíclicos retornos a la misma, justificados en base al hecho de que la Mecánica Cuántica supone una radical puesta en tela de juicio los postulados implícitos relativos a la naturaleza que sustentan tanto el trabajo de los físicos como nuestro lazo cotidiano con el entorno. Pero la trascendencia filosófica de la mecánica cuántica se refleja asimismo en el hecho de que la revolución que supone tienes características que la singularizan respecto a otras revoluciones de la ciencia, teoría de la relatividad incluida:
Una nueva teoría científica en ocasiones anula la concepción hasta entonces vigente. Tal es el caso de la cosmología sustentada en la hipótesis heliocéntrica que viene a abolir la sustentada en la hipótesis geocéntrica. La hipótesis heliocéntrica tenía la ventaja de "salvar" o explicar racionalmente todos los fenómenos que se explicaban a partir de la geocéntrica, y además aquellos antes los cuales ésta se mostraba impotente.
La cosa es un poco diferente tratándose de la relatividad restringida pues las descripciones y previsiones de la física newtoniana y de los referenciales galileanos son recuperadas como un caso particular de la relatividad restringida, la cual a su vez constituye un caso particular de la relatividad general. Sin embargo el tiempo y el espacio newtonianos dejen de tener objetividad física, con lo cual también cabe decir que una concepción de cómo es la realidad natural es sustituida por otra.
En cualquier caso hablar de revolución en ciencia supone la aparición de una nueva teoría, la cual: o bien extiende el espectro de lo considerado por la anterior, incluyéndolo en un dominio más amplio (así el conjunto de los números enteros conserva su estructura en el conjunto más amplio de los números racionales, y este último en el de los reales), o bien socava y denuncia como errónea la teoría anterior, salvaguardando eventualmente aspectos descriptivos compatibles con la nueva visión ( así la teoría evolucionista acaba con la teoría según la cual el devenir y la temporalidad afectaban a los individuos más no a las especies, pese a reconocer el mérito de la metodología comparativa de Aristóteles y hasta lo preciso de su clasificación de especies).
Otra es como indicaba la atmósfera cuando de la teoría cuántica se trata. La hipótesis avanzada por Einstein en 1914 de carácter discreto o cuántico de la luz, gracias a la cual se solucionaba el rompecabezas que constituía el efecto foto-eléctrico, no era ciertamente compatible con la hipótesis de que la luz es un continuo ondulatorio, pero no venía a decir que ésta segunda constituía simplemente un error, ahora corregido. Pues resulta que para explicar ciertos fenómenos, tan importantes como el efecto fotoeléctrico, se hacía inevitable aceptar que la luz sigue siendo un continuo ondulatorio. Es como si se afirmara que las especies se hayan sometidas al devenir con vistas a explicar ciertos fenómenos... y que no se hayan sometidas al devenir con vistas a explicar otros.
Gran parte de lo chocante de la Mecánica Cuántica para nuestra representación del mundo reside en esta dualidad, que convierte en ilegitima la tan sencilla y espontánea pregunta: ¿pero qué es la luz? Pues si algo es dos cosas incompatibles, aunque para evitar la contradicción no lo sea al mismo tiempo, deja de ser algo definido; deja de ser una cosa dotada de propiedades.
Es en razón de lo que precede que el abismo interrogativo que se abre para los físicos cuánticos puede llevarles, siguiendo la traza de Schrödinger, a replantearse la cuestión de la naturaleza, esa physis griega que está en la base del término mismo física. "Antes de seguir haciendo física hay que saber lo que es la physis" venía a decir el gran científico para justificar la invitación que hacía a sus alumnos de Dublín a sumergirse en una lectura de los presocráticos. Aquí mismo he sostenido que en situación análoga a la de Schrödinger se encuentran físicos estrictamente contemporáneos nuestros, entre ellos el austríaco Anton Zeilinger, cuyo protocolos matemáticos y experimentos relativos al tele- transporte cuántico he evocado en varias ocasiones.
Al respecto presento hoy aquí un largo escrito resumiendo todos los pasos y aun sin ir más allá del aspecto cualitativo intentaré ser lo más metódico posible, integrando desarrollos ya expuestos y sin temor a las repeticiones. Mi primera referencia es a un artículo que data ya de 1993 debido a un equipo en el que participaba el referido Zeilinger.

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18 de abril de 2013
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Soporte teórico de la tesis sobre el hombre total

Premisas:
1) La esencia del hombre es el conjunto de lazos que lo vinculan a los demás hombres, la esencia del hombre es una realidad holística.
2)La propiedad privada es la manera como se concretiza el hecho de que el hombre deja de sentir su realidad en esa dimensión holística: identificándose al objeto de su posesión, el hombre parcela su ser respecto a los demás hombres, sólo considera propio lo exclusivo y no se ve ya a sí mismo en la urdimbre de relaciones que, de hecho, forjan su condición.
3)La propiedad privada, que en ausencia de reflexión parece algo co-sustancial a la organización de las sociedades, la propiedad privada que se nos presenta casi como un universal antropológico (1), es en verdad causa (no exclusiva pero sí esencial) de la enajenación del hombre, de la separación del hombre respecto de su esencia.
4) Cuando la propiedad privada es criterio determinante de la identidad, uno ha de ser también propietario de sí mismo. Tenemos aquí la base del individualismo, cuya extrema radicalidad es sólo encubierta por esas formas de socialización que constituyen la patria , la familia, la colectividad deportiva etcétera (2). Recíprocamente, la exacerbación del individualismo, la concepción de lo general como mero equilibrio de intereses parciales vinculados a la célula que cada uno constituye, refuerza la identificación del propio ser a la propiedad privada. En lugar de una coordinación a priori regida por los intereses colectivos, se coopera con los demás exclusivamente a fin de proteger lo propio. La motivación primera de la acción es entonces literalmente egocéntrica y el no alcanzar los objetivos de posesión se vive como un fracaso en el propio ser.
En base a tales premisas se infiere:
a) Sin abolición de la propiedad privada toda promesa de recuperación por el ser humano de su esencia constituiría un espejismo, es decir: la abolición positiva de la propiedad privada es condición necesaria de la humanización.
b) Sin el proceso social que conduce a que cada individuo reconozca su propio interés en el interés de la humanidad, sin el proceso social de recuperación por el hombre de su esencia, no habrá efectiva abolición de la propiedad privada. Recíprocamente, la abolición de la propiedad privada es condición suficiente de la desalienación, de la recuperación por cada individuo humano de su naturaleza social, es decir de su naturaleza específica. La abolición de la propiedad privada, tras el apogeo de la misma, es así a la vez etapa final de una peripecia humana y pórtico de una segunda.
Pero esta vivencia como lo propio de la peripecia de la humanidad es incompatible con el reconocimiento de uno mismo en la objetividad acotada que es la propiedad vedada a los demás, la propiedad exclusiva. Mientras este reconocimiento de sí en lo parcializado sea ley, el hombre no puede amar el lazo genuino con los demás, no puede en suma amar su propia esencia (de la misma manera que no puede realmente amar la naturaleza).

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(1) Este aspecto contingente de lo tan a menudo tomado por universal queda bien reflejado en el paréntesis de esta frase del tercer manuscrito de Marx relativa al dinero. "El dinero en cuanto medio y poder del universales (exteriores, no derivados del hombre en cuanto hombre ni de la sociedad humana en cuanto sociedad) para hacer de la representación realidad y de la realidad una pura representación"

(2) Considerar estas instituciones como formas contingentes de la organización humana no es óbice para que se reconozca su papel en caso de no concebir formas de lazo social en las que el interés de la especie sea realmente el motor subjetivo de la acción. Para el que siente la familia como imprescindible célula de organización social, como universal antropológico, la carencia de la misma conduce inevitablemente a un sentimiento de desarraigo, de fracaso y hasta de culpa. Sin ambages: si alguien siente que no hay vida humana sin familia... más vale que se apresure en tenerla.

 

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16 de abril de 2013
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Qué ir haciendo

El estado de cosas hoy imperante en el registro de las relaciones sociales tiene un tremendo potencial desmovilizador. ¿Cómo, en efecto, mantener el espíritu alerta para objetivos análogos a los descritos en los Manuscritos de Marx, cuando la vida de la inmensa mayoría de los humanos prosigue en situaciones que hacen sonar a sarcasmo las tesis relativas a la plenitud del hombre allí expuestas? ¿Cómo sostener ante los demás (y sobre todo decirse de manera convincente a uno mismo) que, pese a todo, es posible mantener la salud y fertilidad del alma, no aislándose del marco social en pos de una utópica libertad estoica, sino intentando incidir en tal marco, entre otras cosas como resultado de ese propósito mismo de no renunciar, de no hacer genuflexión de la propia razón y la propia palabra.
Pues no deja de ser evidente que en los más sombríos contextos se han forjado en ocasiones las más nobles construcciones del espíritu; construcciones transformadoras no sólo de la subjetividad de quien accede a las mismas, sino también del sujeto colectivo. Y desde luego si la indigencia, la desazón, la injusticia casi ontologicamente destructora, el extravío de las mentes y la corrupción prematura de los cuerpos fueran incompatibles con la creación y la fertilidad, ni la Noche Oscura del alma, ni la Crítica de la Razón Pura, ni Pelléas et Melisande, ni la teoría cuántica serían hoy esa riqueza potencialmente colectiva...que ha de llegar a serlo de manera efectiva.
Y hay aquí un criterio claro para una militancia, una precisa determinación de objetivos: el carácter brutal, injusto y finalmente estúpido de la organización social no impide los frutos del espíritu humano, pero sí impide la apropiación de los mismos por la humanidad como tal, es decir, su inscripción en el registro de valores colectivos y la adecuación a tales valores de las personas en su individualidad y en los lazos entre ellas.
Contribuir a la aparición de condiciones sociales en las que Garcilaso y la Relatividad Restringida sea cosa de todos, como sería asimismo cosa de todos el garantizar la subsistencia material de cada uno: "cualquiera puede realizarse en una rama que él desea, la sociedad regula la producción general y en consecuencia hace posible para mí el hacer una cosa hoy y otra mañana, cazar en la mañana, pescar en la tarde, criar ganado al atardecer, hacer teoría crítica tras la cena, exactamente como mi mente decida, sin llegar a ser nunca cazador, marinero, pastor o crítico", escribe Marx al respecto. Pues bien, conscientes de que no estamos precisamente en ello, sino en el paroxismo de la distribución del trabajo, estando cada uno de nosotros imperativa y hasta amenazadoramente inducidos a atenerse a una parcela abstracta de actividad, inducidos a ser " un cazador, un marinero, un pastor, o un crítico de la crítica y permanecer tal si no se quiere perder los medios de vida"...simplemente nos negaremos a obedecer.
Para empezar haremos todo lo que esté en nuestras manos (digo bien todo lo que esté en nuestros manos) par cumplir ese imperativo categórico de desobediencia, convirtiéndonos así en seres morales.
Haremos lo que sea necesario para no trabajar doce horas (ni once, ni nueve, ni ocho, ni siete ni seis...) y desde luego escupiremos simbólicamente a todo aquel que pretenda que la alternancia a este embrutecimiento sólo tiene alternativa en el paro y complemento en un fin de semana de ocio más brutal aun que el propio trabajo, focalizados en una brutal concreción de la caverna platónica, de la vida reducida a dimensionalidad e inducidos a reducir a hacer matriz de felicidad o tristeza en lo aleatorio de un resultado deportivo. Nos negaremos en suma a que la división del trabajo marque exhaustivamente nuestras vidas y apague así nuestras almas.
Empezando por la facultad de filosofía, que es mi lugar de trabajo, nos negaremos a quedar reducidos a la figura del erudito que es lo designado en la expresión "crítico de la crítica"(forma abstracta del hombre alienado, se dice en otro contexto), es decir: nos negaremos a aceptar el taylorismo intelectual en el seno mismo de lo que habría, al decir de Kant, de ser "[administrativamente] un departamento entre otros y sin embargo toda la universidad"; aspiraremos a un saber a la vez universal y concreto y de manea concreta exploraremos todo aquello que pueda ser útil para esta exigencia de la que la filosofía es emblema . Estaremos atentos a los momentos de ruptura de continuidad en la historia de la ciencia y del arte, aquellas crisis que, tras un momento de desorientación, se han revelado matriz de esplendorosos frutos, "crisis de desarrollo espiritual" decía al respecto el filósofo francés Jean- Toussaint Desanti. La ruptura de continuidad ( en doble sentido pues supone afirmar una primacía ontológica de lo discreto) que supone la teoría cuántica es sin dudo uno de estos momentos álgidos.

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11 de abril de 2013
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Caída en un combate evitable: seres desposeídos de su vida y de su muerte

Finalizados sus derechos a la indemnización del paro, Djamal Chaar se inmola por el fuego el trece del pasado febrero frente a la oficina de empleo de la ciudad francesa de Nantes. El cuatro de marzo el suicida es una persona activa, trabajador de...Telecom, empresa tristemente asociada desde hace años a una secuela de suicidios de sus trabajadores. El seis de marzo nueva tentativa de inmolación por fuego esta vez en la localidad de Bois- Colombes. Hace sólo unos días nueva tentativa frustrada, también por el fuego. Así, en países no tan brutalmente afectados como España, la miseria sigue cebándose sobre fracciones enteras de la población y conduciendo en ocasiones a la inmolación como protesta, cuando no simplemente a tirar la toalla.
En la base tenemos un mecanismo social en el que los individuos son determinados en su trabajo a alcanzar objetivos estrictamente parcializados, cuyo sentido (que sólo viene dado por una consideración global) se les escapa, son valorizados exclusivamente por la productividad individual, son conducidos a interiorizar este sistema de valoración lo que, en caso de fracaso, conduce a la caída de la autoestima, la cual puede simplemente colapsar si se pierde el trabajo. Trabajo inmundo sin duda, pero que constituye el principal marco en el que se forjan vínculos interpersonales, ya sea en los raros momentos de asueto para comentar lo aleatorio de un resultado deportivo.
De ahí que el suicidio de estos seres, parados o no parados, sea mayormente indicativo de la enfermedad de la sociedad que de la psicología de la víctima. Ello es obvio cuando el suicida está realmente deprimido, cuando tira la toalla por sentir que carece de fuerzas para sobrevivir en el pantano, pero no deja de ser cierto cuando se trata de un suicidio protesta, cuando por su acto el suicida se homologa al kamikaze, que apunta a destruir la causa del mal.
Pues simplemente ¡este no era realmente el combate! O en todo caso no debería haberlo sido no era aquella confrontación que podía esperar cuando desde sus ojos de niño fue entendiendo que hay tremendos avatares en la vida. Es un auténtico escándalo que un ser humano sea conducido a pensar que hallarse en la cuneta del carril de valores hoy imperante es simplemente hallarse en la cuneta de la vida humana. Pero es asimismo tremendo que la energía de la que el ser humano es capaz, la fuerza del pensamiento y del lenguaje que relativiza la vida precisamente para conferirle un sentido, tenga que ser focalizada en combatir un mal que no es inherente a toda sociedad, un mal tan pestífero como contingente, un mal que se halla en las antípodas del mal que, como correlato del bien, forja la polaridad trágica de la condición humana. Abocadas a morir por un estado de cosas que un ser humano podría perfectamente no haber siquiera conocido, abocadas a morir en razón de un dispositivo contingente pero efectivamente letal para los seres humanos, las personas víctimas de tal mal han sido en primer lugar desposeídas de su propia vida, tras lo cual lo son asimismo de su propia muerte: desposeídas del sentido profundo de la confrontación a la muerte.

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9 de abril de 2013
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Animal teorético

El hombre era considerado por Platón y Aristóteles como esencialmente theoretikós, animal para el cual la percepción es indisociable de la conceptualización. Por eso el ojo humano sólo es tal cuando lo percibido es indisociable del humano que percibe: "El ojo se ha hecho un ojo humano, así como su objeto se ha hecho un objeto social, humano, creado por el hombre para el hombre. Los sentidos se han hecho así inmediatamente teóricos en su práctica. Se relacionan con la cosa por amor de la cosa, pero la cosa misma es una relación humana objetiva para sí y para el hombre y viceversa".
Cuando la inclinación hacia las cosas del entorno natural es vivida como inclinación hacia la propia realización y viceversa, entonces la polaridad misma entre naturaleza y cultura se convierte en lo propio; el hombre se confunde entonces con esta polaridad dialéctica y supera la abstracción consistente en pensar la naturaleza como lo opuesto a uno mismo. La naturaleza es, con el hombre, espejo de recreación del hombre. El amor desinteresado a la naturaleza es el amor de la especie humana y viceversa.

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28 de marzo de 2013
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Naturaleza humanizada, sociedad naturalizada

La condición social no es en el hombre una especie de caparazón que se añadiría a su naturaleza animal. La condición social es simplemente la naturaleza del hombre. Por ello ha podido llegar a decirse que ciertos rasgos de comportamiento indisociables del carácter social son en el hombre expresión de una inclinación innata tan arraigada como el hambre o la sexualidad. El pensador americano Steven Pinker ha dado en el clavo al hablar al respecto de "instinto de lenguaje", pero, más o menos indisociable de éste, cabría referirse a un instinto general hacia la simbolización, la cual como sabemos se da no sólo en nuestra especie, sino también en una especie próxima y desaparecida como el hombre de Neandertal. Conversa de esta presencia de lo simbólico en la naturaleza tratándose del hombre, es que el lazo del hombre con el hombre imbrica o compromete intrínsecamente a la naturaleza. Equivalencia expresada con toda acuidad en esta frase de estos Manuscritos Económico filosóficos de Marx: "la relación del hombre con la naturaleza es inmediatamente su relación con el hombre, del mismo modo que la relación con el hombre es inmediatamente su relación con la naturaleza, su propia determinación natural".
La indisociabilidad de inclinación social y tendencias naturales en el hombre hace que sus sentidos estén siempre mediatizados por el orden de los símbolos, de tal manera que una actividad sensorial puramente inmediata, no atravesada por lo simbólico sería una actividad deshumanizada. Sólo en base a una concepción antropológica sustentada en estas premisas se hacen inteligibles la siguientes afirmación del mismo Marx: "Es evidente que el ojo humano goza de modo distinto que el ojo bruto, no humano, que el oído humano: goza de manera distinta que el bruto, etc".
No hay manera de reducir a bruto el ser cuya esencia natural es la superación del lazo inmediato con el orden natural. Lo que sí puede acontecer- y de hecho acontece- es que el ser humano entre en una suerte de paréntesis, que el ser humano deje en acto de responder a su esencia, es decir deje de responder a una naturaleza que es la medida de la humanización y viceversa. Nuestra relación con la naturaleza es así un criterio determinante del fracaso o triunfo de la causa del hombre: "en qué medida la esencia humana se ha convertido para el hombre en naturaleza o en qué medida la naturaleza se ha convertido en esencia humana"

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26 de marzo de 2013
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El Boomeran(g)
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