Skip to main content
Escrito por

Jean-François Fogel

Jean-François Fogel Periodista y ensayista francés, trabajó para la Agencia France-Presse, el diario Libération, el semanal Le Point y el mensual Le Magazine Littéraire. Ha vivido una parte de su vida en España donde empezó una segunda carrera como asesor para empresas de prensa. Fue asesor del director del diario Le Monde, desde 1994 a 2002, y sigue trabajando en la concepción y la remodelación continua del sitio Internet creado por el vespertino. Es maestro y presidente del Consejo Rector de la Fundación Gabo. Ha publicado varios libros sobre literatura francesa y sobre América Latina, entre los que destaca  un ensayo sobre el periodismo digital, Una prensa sin Gutenberg (Punto de Lectura, 2007).

En 2010 se dedicó a renovar los seis sitios de los diarios del grupo francés SudOuest, donde continua siendo asesor de la estrategia digital. En los últimos años, se encargó de la creación de una plataforma de información digital para el grupo France Televisions, una de las tres más importantes de Francia. Asesora a varios medios en Europa y América Latina tanto en la concepción de sitios, como en la organización de la producción digital. Es director del Executive Master of Media Management, del Instituto de Estudios Políticos de Paris (Sciences Po).

Blogs de autor

Intelectuales

/upload/fotos/blogs_entradas/fp_med.jpgLo que me gusta de la revista Foreign Policy es su manera innovadora de acercarse a los temas de política internacional. Por ejemplo, construir una clasificación de los peores estados en el mundo o plantear preguntas inverosímiles: ¿Qué echaríamos de menos si desapareciese el Islam? ¿Es bueno el nacionalismo? ¿Quién es el culpable de la guerra de Irak: Bush o el pueblo americano? -el culpable es este último. Existe varias versiones de la revista como la de España que ofrece la lista en castellano de los próximos dictadores en caer. Expresarse de esta manera es una postura atrevida, una audacia poco común en estudios de política internacional, y es lo que hace de Foreign Policy un medio aparte.

Su último proyecto consiste en establecer la lista de los 20 intelectuales que más influencia tienen en la vida pública. Se puede votar en línea, claro, utilizando una lista de 100 apellidos. Está la posibilidad de proponer a otras personas pero supongo que más o menos los 20 "coronados" saldrán de esta primera opción con 100 apellidos. Una lista apasionante, pues Foreign Policy, que  publica un index de los países según su nivel de globalización (es decir, incorporación al mundo), quiere hacer una lista "global", mundial con las voces que existen más allá de las fronteras de un país. Vale la pena meditar lo que se ofrece en la lista inicial. Treinta personas de Europa y 36 de América del Norte; cuatro, no más, de América Latina, es decir, tanto como de África, desde el sur de Sahara, hasta Ciudad del Cabo.

Puedo imaginar la ineludible sospecha que provoca  una revista cuya sede se encuentra en Washington. Pero su director, Moisés Naim, fue ministro en Venezuela y no se le puede acusar de menospreciar a América Latina o al mundo hispanohablante. Al final entre los 100 apellidos sólo se consigue una cosecha de cinco personas del mundo iberoamericano: el filosofo Fernando Savater (España),  la periodista Alma Guillermo Prieto (México), el historiador y escritor Enrique Krauze (México), el escritor Mario Vargas Llosa (Perú) y el sociólogo y político Fernando Henrique Cardoso (Brasil). ¿Es poco? No sabría decirlo pero me parece definitivamente poco incluir meramente a ocho artistas/novelistas: Daniel Barenboim, J.M. Coetzee, Umberto Eco, Vaclav Havel, Amos Oz, Orhan Pamuk, Wole Soyinka, Mario Vargas Llosa. Si quitamos al músico israelí, no hay más que siete personas que se apoyan o se apoyaron en el poder de la ficción para entregar ideas sobre el mundo. Es donde veo el error: la ficción es la herramienta más potente para decir todo fingiendo hablar de otra cosa. "Una idea, escribe Lawrence Durrell, es como un pájaro rapo que no se puede ver. Lo que uno ve es el temblor de la rama que acaba de abandonar."

Leer más
profile avatar
5 de mayo de 2008
Blogs de autor

Levi-Strauss

La cortita lista de los autores publicados en la Bibliothèque de la Pleiade durante su vida se alarga. A Paul Claudel, André Gide, Julien Gracq, Julien Green, Eugène Ionesco, Henry de Montherlant, Nathalie Sarraute, Saint-John Perse y Marguerite Yourcenar, habrá que añadir Claude Levi-Strauss. El antropólogo y pensador entrará el viernes 2 de mayo en el panteón de la edición francesa con un volumen que recopila siete libros suyos. 15.000 ejemplares y un título sin sabor: Oeuvres (obras).

/upload/fotos/blogs_entradas/tristes_tropiques_med.jpgEl año 2008 es algo especial para Levi-Strauss, pues además de esta publicación cumplirá 100 años en el otoño. Dentro de las figuras del mundo intelectual francés, es un caso aparte. Un pensador que siguió su camino rechazando las posturas de compromisos políticos frente a los medios de comunicación, un científico que tiene a la vez una obra de terreno (basada en largas convivencias con poblaciones indígenas de la Amazona) y una obra teórica (para fundar la disciplina de la antropología estructural en un libro epónimo) y por fin el autor de un libro fenomenal, mezcla de confesión, de meditación filosófica y de ensayo de etnología: Tristes trópicos. Su primera frase es la mejora de todos los libros de viajes: "Odio a los viajes y a los exploradores". Lo que sigue es un puro milagro. Cuando se publicó, en 1955, el jurado del premio Goncourt hizo pública su lástima: al no ser una novela era imposible atribuirle el galardón más cotizado de las letras francesas.

La ternura triste del joven indio de la tribu nambikwara que se ve en la portada, con un palito en la nariz y otro en el labio superior, fue la imagen más reproducida dentro de la furia etnológica de los intelectuales franceses durante una época (más o menos a finales de los años 60 y durante los años 70). La idea muy cercana a la visión del salvaje de Rousseau como maestro de la relación entre naturaleza y cultura se combinaba muy bien con los tímidos ensayos de la ecología política y las obvias limitaciones de las teorías socio-políticas vinculadas al marxismo. Levi-Strauss estuvo muy de moda en los años 70 y principio de los 60, cuando se buscaba a un pensador más allá del terreno social. Sus libros de la serie Mitológicas ("de la miel a las cenizas", "lo crudo y lo cocido", etc.) era algo que había que leer tal como su ensayo sobre El pensamiento salvaje. Al final, se fue la moda, tal como se van todas las modas, y Levi-Strauss se quedó.

De todo lo que fue el estructuralismo en Francia, me parece que es él quien mejor aguanta el paso del tiempo. Por una razón sencilla: nunca llegó a cerrar por completo una teoría que no fuese estructuralismo estricto sino voluntad de entender cómo los mitos conviven en una sociedad. Es fascinante comprobarlo: paso mucho tiempo buscando en la red un buen resumen de lo que es la obra de Levi-Strauss; hay buenas notas en Wikipedia, hay cositas por aquí y por allá, pero al final Levi-Strauss no es el rehén de un sitio. Claro, hay que apagar la pantalla y abrir Tristes trópicos.

Leer más
profile avatar
30 de abril de 2008
Blogs de autor

Dos polémicas y el Monte St. Michel

Lo bueno de la vida literaria en Francia es la falta de demoras al momento de empezar una polémica. Tenemos dos casos excelentes que van a apasionar a su clase mediática y a sus intelectuales.

1. Houellebecq y su madre

El libro será publicado el 7 de mayo, pero en París ya se habla en todas partes de L'innocente (La inocente) de Lucie Ceccaldi. El nombre de su autora se parece mucho a la identidad de la madre, Jeanie Ceccaldi, en la novela de Michel Houllebecq, Les particules élémentaires (Las partículas elementales). No es casual. Se trata de la respuesta a Houellebecq por parte de su madre. El novelista, que no fue criado por ella, se dedicó a machacarla, llegando a decir que no estaba viva, además de pintarla como una figura negra en su libro. En la vida, parece gozar de buena salud y de un fuerte temperamento al decir, según un extracto de su obra: "con Michel, volveremos a hablar el día en que Michel, en un lugar público, reconozca ser un mentiroso...".

Houellebecq, que es un maestro insuperable en el arte de las relaciones públicas, se ha quedado mudo, por el momento. Pero, al apuntar a la figura más visible de las letras en Francia, el libro plantea otra vez el debate sobre la importancia de la obra de Houellebecq (es decir, su existencia real aparte de la acumulación de provocaciones del autor). Se sigue el testimonio de la madre en varios sitios como el de 20 minutes o de Libération, pero como suele ocurrir en muchos casos el mejor artículo se encuentra en el sitio de The Guardian. Lo interesante en la polémica es el vínculo fuerte de la madre de Houellebecq con Argelia y el mundo árabe, sabiendo que el escritor insultó a la fe islámica. (Para entender el alcance de la polémica se puede releer una entrevista con el autor en la biografía no oficial de Houellebecq, Denis Demonpion )./upload/fotos/blogs_entradas/stmichel_med.jpg

Último detalle: Michel Houellebecq se llama Michel Thomas. Se lo puso su nombre para recordar al Monte Saint Michel con su famosa abadía benedictina.

2. La importación de Aristóteles

La segunda polémica ya está en camino por la publicación del libro Aristote au Mont Saint-Michel. Les racines grecques de l'Europe chrétienne de Sylvain Gouguenheim, en la casa éditorial Le Seuil. Pierre Assouline, en su blog ‘La République des lettres' tocó el tema el domingo pasado y ya tenía 400 comentarios el martes al mediodía. ¿De qué se trata? De una furiosa polémica entre especialistas de la historia medieval para saber cómo los textos de Aristóteles llegaron al mundo cristiano. Gouguenheim, profesor de la Escuela normal de Lyon (la escuela que forma a los profesores), reconoce un papel fundamental en las traducciones del griego al latín hecho por los monjes benedictinos del Monte Saint Michel. Lo que hace decir que menosprecia el papel de los arabo-musulmanes y de un centro intelectual como Córdoba en la difusión del pensamiento griego clásico. Y claro, al final, Assouline acusa a Gouguenheim de desconocer los matices entre islamistas y musulmanes. El diario Le Monde parecía inclinarse a favor de la tesis de Gounghenheim antes de publicar una tribuna que denuncia su tesis. Viva la polémica.

Leer más
profile avatar
29 de abril de 2008
Blogs de autor

Novelas políticas

Cada sábado, hay dos lecturas importadas desde Londres que son imprescindibles para mí: el suplemento Review de The Guardian que es de hecho un suplemento dedicado a la literatura; y el Financial Times, que tiene una reseñas excelentes como la que aparece en la última, The Spin in the tale. Es imposible traducir este título, pues sí sabemos que tale quiere decir cuento, pero  a lo que se llama spin en la política inglesa no es "torbellino" o "trompo" sino "trampa", una manera de engañar a la opinión pública, de cometer un abuso de comunicación sin salir del juego clásico de la política. El artículo es apasionante: al explicar cómo el gobierno de Margaret Thatcher provocó la aparición de una serie de novelas que pretendían describir la sociedad inglesa bajo el mando de la dama de hierro su autor, Adrian Turpin, no reconoce el mismo mérito a Tony Blair.

Se define muy bien, en este artículo, el trabajo de los novelistas que se meten en este camino: "su trabajo no consiste en decirnos algo sobre la gente en el poder, más bien de mostrarnos cómo ideas políticas, aunque parecen abstractas e impersonales, entran en el tejido de la vida diaria, infiltrándose en los hogares, lugares de trabajo y hasta en nuestras relaciones personales." Es lo que hacía Balzac en Francia y su obra sigue siendo lo mejor que se puede leer para entender a un amplio período del siglo XIX. El primer ministro Tony Blair, al abusar del spin, es decir, de una comunicación tan hábil que se sabía de la existencia del cambio sin ser capaz de entenderlo por completo, quitó mucho terreno a los novelistas.

No voy a citar el detalle del análisis de novelas inglesas que me quedan por leer (South of the River de Blake Morrison parece muy prometedora con su presencia obsesiva de los zorros, pues Blair prohíbe cazar con una jauría de perros a los zorros que entran en las ciudades) pero creo que Turpin pide algo obvio: sólo se entiende una vida política si se tiene su traducción literaria. Es una reflexión ineludible al cerrar la ambiciosa novela de Edmundo Paz Soldán, Palacio Quemado (Alfaguara). ¿De qué se trata? De Bolivia. De una Bolivia de verdad, es decir, la Bolivia de las "dos Bolivias", de los cuatro idiomas (español, quechua, aymara y guaraní), con su "guerra de la razas"; un país donde "los hombres de poncho no llegan al palacio".

El Palacio Quemado es el palacio presidencial en La Paz. El narrador se presenta como una persona apartada del poder (no lleva un cargo concreto) pero vive dentro del palacio y del posible spin: tiene como tarea escribir los discursos del presidente. Aparte de unas evocaciones del pasado (con una buena evocación de Barrientos), existen tres figuras clave para personalizar a la política: Fernando Canedo de la Tapia, presidente, blanco, es un veterano del poder (ya fue presidente en el pasado) y ahora un claro caso de "quiero pero no puedo"; Mendoza, el vice-presidente, es un hombre culto pero que lleva la cultura occidental en su cabeza; el Coyote es un ministro duro, desleal, quitando terreno a los blandos que no usan la fuerza del estado. Por fin hay el líder de la oposición, Remigio Jiménez, que se apoya en la influencia de los cocaleros.

/upload/fotos/blogs_entradas/palacio_quemado_med.jpgLo bueno que tiene la novela es su voluntad de no retratar de manera directa a actores reales de la vida política. Lo bueno y lo malo, quizás, es de no apartarse del retrato de la política como laberinto de retórica, envidia, retórica e impotencia. "La oposición a la ofensiva, el gobierno paralizado, ambos incapaces de ofrecer respuestas o alternativas concretas que fueran más allá del rechazo a ultranza o la defensa tímida del modelo neoliberal" es una descripción fiel de la política en muchos países de América Latina y la novela se parece mucho a esto. Tal como lo leí en el blog de Garzón Vallejo hay algo extraño en este libro: se lee de un tirón hasta el final, no se puede eludir una página y tampoco convence, deja la sensación de que no se logró todo. Una hipótesis: es un síntoma de un éxito pues la política es así, es el cuento de nunca terminar aunque seguimos escuchándolo.

Leer más
profile avatar
28 de abril de 2008
Blogs de autor

Libros y papel

El 23 de abril es una fecha cómoda. Al corresponder a la muerte (en 1616) de los dos autores más grandes de la literatura inglesa y española (Shakespeare y Cervantes) no compite al ser el día del libro. Se extiende la costumbre de una fiesta del papel en estos días, menos en Francia (pues la muerte de Proust corresponde a un 18 de noviembre). Escribo fiesta del papel sabiendo muy bien que otro mundo se acerca como se nota en el blog del proyecto Booksearch de Google.

Google participa en la fiesta del libro pero para proponer un mapa interactivo donde vamos a descubrir vídeos, contenidos interactivos y libros personalizables. Libros sí, pero de otro mundo.  El mundo que se adivine en esta página de la enciclopedia británica. Vale la pena leerlo en detalle: se trata nada menos que de ofrecer por un año el acceso gratuito a una cierta categoría de usuario: los editores en línea. Pero somos todos autores en línea. Ni una palabra sobre Wikipedia, pero de esto se trata. Y no faltan las comparaciones entre un mundo y otro mundo. Un mundo con papel y un mundo sin papel. Un mundo con participación y un mundo sin participación.

¿De vivir hoy Shakespeare y Cervantes tendrían su blog? No lo sé, pero vivirían en el mundo digital.

Leer más
profile avatar
25 de abril de 2008
Blogs de autor

Bélgica

Para los novelistas franceses hay un territorio imposible de alcanzar: Bélgica. Sobre todo la parte de habla francesa. No recuerdo una obra mayor que se ubique en Bélgica, excepto unas novelas de Georges Simenon. Era el único autor francés que sabía escribir sobre Bélgica; Simenon era belga.

En Bélgica hay algo imposible de entender y, por supuesto, de captar por un novelista francés: la manera en que funcionan las emociones, la conexión entre las emociones y el poder, y por fin los puntos de entrada a lo que pasa en una sociedad, sus síntomas de vida. Por estas razones quedo desconcertado y también deslumbrado por el último libro de Juan Gabriel Vásquez: Los amantes de todos los santos (Alfaguara). Mi reacción va del malestar, pues son cuentos cuyo argumento lo ponen a uno muy incómodo, a la admiración por su manera de ubicarse en un territorio que se visita les yeux pleins de brouillard como él dice (los ojos llenos de niebla).

/upload/fotos/blogs_entradas/juan_gabriel_vzquez_foto_med.jpg_Qué camino. Con Los informantes, Juan Gabriel Vásquez parecía prometido a un destino de novelista colombiano de Colombia. Su Historia secreta de Costaguana, a pesar de tener lugar en Panamá, lo llevó a tener la visión eficiente sobre los seres humanos de un autor anglosajón, claramente Joseph Conrad. Y ahora, cita a versos de Longfellow antes de escribir cuentos negros ubicados en una parte triste de Europa. Son historias (una muestra aquí) con maridos violentos, niños muertos, desamor, asesinato (con veneno) y recorridos malos de noche en carreteras perdidas. Es un mundo donde podría trabajar el detective Maigret. Es el olor, el calor y la ausencia de color (prefiriendo a matices de gris) de la prosa de Simenon. Lieja, Bruselas, Aywaille, Hamoir, Marche, las Ardenas: es una geografía sorprendente para una novelista colombiano (no nació en tierras calientes, verdad, pero Bélgica no es tierra de cachacos). Unos de los cuentos llegan hasta París o l'Isle-Adam, en Francia. Conozco a l'Isle-Adam y, aunque Juan Gabriel Vásquez no dice nada de la ciudad, era muy fácil reconocer la humedad triste de sus grandes árboles, aquella sensación de estar en ningún lado, no es un suburbio de París y tampoco una ciudad de la provincia. Este autor tiene madera, como se dice en España.

Leer más
profile avatar
22 de abril de 2008
Blogs de autor

Césaire

/upload/fotos/blogs_entradas/cesaire_med.jpgAimé Césaire, el poeta martiniqueño va a tener "funerales nacionales" en su ciudad de Fort de France. Su muerte, a los 94 años, era esperada desde hace varios días y provocó ayer, jueves, en Francia un caudal de declaraciones con poco llanto. Más bien eran declaraciones para dar un pésame ineludible. Césaire era un poeta pero más bien un gran político, alcalde de su ciudad durante 56 años. Su mera presencia bastaba para recordar los crímenes de la colonización francesa.

Con su cara dura y seria Césaire era el inventor de una palabra negritude, que no sé cómo traducir al castellano, pues "negritud" me parece que se queda corta. En inglés, sería niggerhood, una mezcla del sustantivo de mayor desprecio para nombrar a un hombre negro y de una terminación noble. El resultado era una palabra para decir soy negro y con tremendo orgullo. La palabra fue inventada en el año 1947; aparece en un texto ahora recopilado por todos. Cesaira contaba el retorno a su isla después de una larga estancia en París. El texto, y sobre todo la palabra, hizo de Césaire un líder de la emancipación dentro de lo que eran las colonias francesas. Conseguir funerales nacionales (con presencia del presidente y representación de las grandes instituciones de la república) es un tremendo reconocimiento pero, de verdad, me parece que es una manera de saludar  a un luchador de la dignidad humana más que a un poeta.

Lo que escribo no es políticamente correcto pero es verdad: el gran poeta francés del Caribe es un blanco, Saint-John Perse (Alexis Saint-Léger Léger), nacido en Guadalupe y  que consiguió el Premio Nobel en 1960. Desde el punto de vista de la literatura, las islas francesas produjeron grandes talentos, como Patrick Chamoiseau, con una última novela respetable Texaco, pero la parte francesa no se puede comparar con los talentos nacidos en los West Indies: V.S. Naipaul, Derek Walcott, dos premios nobeles, y figuras como Jean Rhys o Wilson Harris. Aimé Césaire era un poeta de combate. Gran poeta, por supuesto, pero sus versos apuntaban a un blanco (en ambos sentidos de la palabra) político.

Leer más
profile avatar
18 de abril de 2008
Blogs de autor

Sarkozy y madame de La Fayette

Tengo que ser "transparente": trabajo para el sitio de internet del diario Le Monde que hospeda el blog de Pierre Assouline, La République des lettres. En otros términos: voy a hablar de un producto de mi casa al escribir sobre su último y excelente post dedicado a la relación entre el presidente Sarkozy y La princesse de Clèves. La princesa de Clèves es la heroína de la novela epónima de Marie-Madeleine, Pioche de La Vergne, condesa de La Fayette (1634-1693). Por tercera vez, Sarkozy citó a los estudios literarios de La princesse de Clèves como el ejemplo del tiempo mal gastado y del dinero perdido. No dice nada en contra de la novela, pero tampoco habla a favor del estudio de esta cortita obra considerada como el punto de salida de la literatura francesa hacia la novela.

No hay mucho qué decir sobre su autora. Hizo todo lo posible para esconder su posición, hasta escribir una carta negando ser la creadora de un texto que por primera vez no se limitaba a contar una historia sino a describir un proceso psicológico: la evolución de los sentimientos y la presión creciente sobre unas personas que corresponde al enamoramiento (en esta caso monsieur de Nemours y madame de La Fayette). Apodada le brouillard (la niebla), la novelista era una persona imposible de alcanzar, una sombra silenciosa. Lo que se sabe de ella viene de las cartas de madame de Sévigné, su amiga, y podemos resumir su vida en una interminable pasión de amor correspondido con Le Rochefoucauld, autor de Las máximas.

/upload/fotos/blogs_entradas/la_fayette_1_med.pngLo que me sorprende en la reacción hacia los ataques de Sarkozy es la sorpresa. Como renovador de las ideas de la derecha, como hombre que declaró una actitud nueva hacia la homosexualidad, la escuela pública, el Estado; hacia los perjuicios de la derecha, es decir, como hombre de derecha que se dice hombre de derecha, Sarkozy hace lo lógico al apartarse de La princesse de Clèves. Durante siglos, la novela no tuvo un estatuto de obra maestra. Boileau describía madame de la Fayette como "la mujer de Francia que más inteligencia tiene y que mejor escribe" pero tampoco le reconoce un talento mayor. Releyendo al crítico Sainte-Beuve, recopilador de las famas literarias de Francia, veo esta frase no muy amable "a veces se disipaba la niebla y se veía unos horizontes encantadores". Una manera suave de decir que no se trata de una figura importante de la literatura.

En su Historia de la literatura francesa de los últimos años del siglo XIX, Gustave Lanson (la bestia negra de Roland Barthes) dedica menos de dos páginas, sobre más de 1100, a lo que es una "obra maestra", según él, pero dentro de lo que llama el "estilo mundano". Puedo seguir así con muchos ejemplos: sólo hay nueve páginas dedicadas a La princesse de Clèves en los cinco tomos de la Historia de la literatura francesa en el siglo XVII de Antoine Adam. En realidad, La princesse de Clèves es un invento de los escritores de derecha francesa de la segunda mitad del siglo XX. Todo empieza con Une histoire de la littérature française de Kleber Haedens. Un estudio cerrado en 1943 que ve en la novela el invento de la novela psicológica.

Después de la Segunda Guerra Mundial, la novela es la cumbre de la literatura francesa para los escritores de derecha. Al describir en su famoso artículo de "Les temps modernes" la llegada de los "Húsares" (Antoine Blondin, Roger Nimier, Jacques Laurent, Michel Déon) Bernard Franck nota el papel central de La princesse de Clèves: "Casi nos tiraban en la cara aquella princesse de Clèves como si el mero anuncio de este título nos obligaba a escondernos por debajo de la tierra. Esta novela, en su boca, era un grito de guerra..."

Es lo que quería demostrar: otra vez, Sarkozy rompe con las ideas clásicas de la derecha.

Leer más
profile avatar
17 de abril de 2008
Blogs de autor

Pecados

No soy un hombre bueno. Tampoco soy un hombre malo, pero perteneciendo a la cultura judeo-cristiana tengo desde siempre tremendos recursos para alimentar a mi culpabilidad: los sietes pecados capitales.

Aquí va la lista, tan utilizada en la literatura y en el cine (Seven, que maravilla y que no rompe con el lenguaje escrito):

1. Lujuria.

2. Gula.

3. Avaricia.

4. Pereza.

5. Ira.

6. Envidia.

7. Soberbia.

Es la lista del papa Gregorio I, la misma lista que utiliza Dante en la Divina comedia, la de los pecados que vemos en la imagen del Museo del Prado. Hoy sería mejor escribir glotonería en lugar de gula y enojo en lugar de ira, pero da igual: lo bueno de la lista es lo malo que va recopilando. Y como nunca se detiene el progreso la lista se alarga. El obispo Gianfranco Girotti, encargado de las confesiones y de la indulgencia en el Vaticano (¡que oficio!), propuso el 9 de marzo una nueva lista para agrandar el bulto del pobre ser humano.

1. Abuso de drogas.

2. Experimentos de una moral dudosa.

3. Daños al medio ambiente.

4. Estímulo de la pobreza.

5. Promoción de la desigualdad e injusticia.

6. Manipulaciones genéticas.

7. Acumulación excesiva de riqueza.

Me parecía tan estimulante tener más pecados a mi disposición que apunté en mi agenda la necesidad de buscar una lista propiamente mía. Todavía no lo he hecho pero acabo de descubrir la lista de PJ O'Rourke en el Weekly Standard y me confirma la validez de mi proyecto. Pecar es tan sencillo si leemos a uno de los autores más cómicos de EE. UU.

1. Celebridad (ser famoso es malo...)

2. Comunicación (quítate esas cosas de las orejas)

3. Juventud (y no es algo duradero, además)

4. Autenticidad (es no ser capaz de esconder sus pecados)

5. Preocupación (nadie te pide preocuparte por la guerra en Irak)

6. Opinión (tener un blog es un pecado, claro)

7. Pasar tiempo con la familia (y pensando que se pueden hacer tantas otras cosas...)

Leer más
profile avatar
15 de abril de 2008
Blogs de autor

1968

/upload/fotos/blogs_entradas/crs_med.gifA mediados de abril, Francia ya está en mayo. Me explico: mayo de 1968. El aniversario cuarenta de lo que se llama en Francia Les évènements (los acontecimientos), una mezcla de huelgas, motines estudiantiles y debates a lo largo de ocupaciones de fábricas y universidades, alimenta como nunca las mesas de las librerías. Memorias de los protagonistas, compilaciones de carteles o de fotografías, ensayos políticos, etc.: es un caudal de libros. La revista Le Nouvel Observateur ofrece un sitio en internet de noticias, tal como habría sido de existir la red hace cuarenta años. Le Figaro analiza a fondo varias novelas dedicadas al tema. Hasta el Institut National de l'Audiovisuel (INA) propone una serie de vídeos para seguir día a día lo que fue un momento todavía indefinido.

¿Qué pasó? es la pregunta obvia, pues nadie se pone de acuerdo sobre la naturaleza de estos acontecimientos que terminaron con una tremenda mayoría de diputados de derecha en la Asamblea Nacional. Basta leer los títulos de los ensayos para entender el abanico del desconcierto. Mai 68 a-t-il eu lieu? (¿Tuvo lugar mayo 68?), pregunta Christine Faure en un ensayo sobre la "rebelión del ciudadano desaparecido". En MAI 68, Michel Cespèdes afirma que "la filosofía está en la calle". Faut-il liquider Mai 68? (¿habrá que suprimir a mayo 68?), es el tema de la reflexión de Henry Weber, izquierdista que pasó al partido socialista. Daniel Cohn Bendit, diputado europeo y protagonista mayor de estos acontecimientos intenta decir que sí en Forget 68 utilizando el inglés para adelantar el olvido.

Pero no hay olvido, al contrario, y esta abundancia, este entusiasmo por mirar hacia atrás es un tema que merece un análisis. Tengo cuatro explicaciones:

1. Los protagonistas del 68 tienen todavía el poder mediático y creen que su juventud debe interesar a todos.

2. La hostilidad continua de muchos medios al presidente Sarkozy se detiene en un episodio presentado de manera negativa por él durante su campaña electoral. (El filosofo André Gluksmann publica con su hijo Raphael un libro titulado Mai 68 expliqué à Nicolas Sarkozy/Mayo 68 -explicado a Nicolas Sarkozy).

3. No pasó nada en mayo de 1968, al final, más allá de la elección de una cámara de diputados de derecha, hubo una mera aceleración de lo ineludible: preocupación por la igualdad entre los sexos, medidas a favor del medio ambiente, actitud mala, liberal en el manejo de los medios de comunicación del estado. La ausencia de un resultado impide cerrar el caso. Clásico caso de mucho ruido y pocas nueces.

4. Francia no es lo que parece. En este país, al que le gusta tanto hablar de reformas y del futuro, se invierte la energía en entender el pasado.

PS: en lugar de mirar hacia atrás invito a todos a mirar hacia el futuro. Saldrá en unos meses un libro de tipografía que me encanta. Autora: la grafista Marion Bataille. El libro, dedicado al alfabeto, tiene tan pocas páginas que podemos ver a todas en la cinta de promoción.

Leer más
profile avatar
14 de abril de 2008
Close Menu
El Boomeran(g)
Resumen de privacidad

Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.