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Escrito por

Iván Thays

Iván Thays es escritor peruano (Lima, 1968) autor de las novelas "El viaje interior" y "La disciplina de la vanidad". Premio Principe Claus 2000. Dirigió el programa literario de TV Vano Oficio por 7 años. Ha sido elegido como uno de los esccritores latinoamericanos más importantes menores de 39 años por el Hay Festival, organizador del Bogotá39. Finalista del Premio Herralde del 2008 con la novela "Un lugar llamado Oreja de perro".

Eder. Óleo de Irene Gracia

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Balance literario en Día de Reyes

¿Melchor, Gaspar y Baltazar adorando al niño Gabito? No, simplemente tres amigos junto al Gabo en La Cueva de Barranquilla, para finalizar el año este Día de Reyes con un balance. Fuente: moleskineEstaba esperando este 6 de enero, Día de Reyes, para dar por finalizado este intenso 2008. Y nada mejor que estar en "La Cueva", el viejo point de Gabo y sus amigotes en Barranquilla, acompañado de dos entrañables amigas - que por cierto antes no hubieran podido entrar en ese antro sin disfraz - con las que nos fuimos este año nuevo de rumba por Santa Marta, Barranquilla, Cartagena y Bogotá (aunque la rumba en Bogotá fue para ellas distinta que para mí, pero igual de agotadora), para hacer un balance literario en el 2009. Saco mi libreta Moleskine mientras espero la comida (que demora demasiado en llegar, como otras veces, parece que el servicio en Barquisimeto no es muy bueno) y anoto algunos libros leídos que recuerdo. Pero el problema es: ¿Qué tipo de balance hago? ¿Lo mejor del año? No, qué hueva (qué aburrido, absurdo, etc. para el que no sepa mexicano). Decido hacer mejor una lista de 25 libros que he leído este año y de los que he aprendido algo. Si son o no los mejores, qué se yo. Si me olvidé de uno u otro, puede ser. Lo que sí puedo decir es que el orden no implica mejor o peor, sino un capricho de la memoria. Que no son todos los libros buenos que he leído (tenía que poner un límite, y el 25 es un número cabalístico) y que, simplemente, leer estos libros me hizo sentir más feliz este año que si no los hubiera leído. Parece poco pero es suficiente.Aquí está mi lista de libros 2008:1.- La casa de los encuentros de Martin Amis (Anagrama)2.- La ninfa inconstante de Guillermo Cabrera Infante (Galaxia Gutemberg)3.- Vidas perpendiculares de Alvaro Enrigue (Anagrama)4.- El viaje a la ficción (vida y obra de JCO) de Mario Vargas Llosa (Alfaguara)5.- Una novela real de Minae Mizumura (Adriana Hidalgo)6.- El hombre en la oscuridad de Paul Auster (Anagrama)7.- Absurdistán de Gary Shteyngart (Alfaguara)8.- Casi nunca de Daniel Sada (Anagrama)9.- Sueños reales de Alonso Cueto (Planeta)10.- Enciclopedia de los muertos de Danilo Kis (Acantilado)11.- El cortador de cañas de Junichiro Tanizaki (Siruela)12.- En el café de la juventud perdida de Patrick Modiano (Anagrama)13.- Una mujer en Jerusalen de Abraham B. Yehoshúa (Anagrama)14.- Hasta que me orinen los perros de Fernando Ampuero (Planeta, Salto de Página)15.- El camino personal de Sergio Chejfec (Candaya)16- Que la tierra te sea leve de Ricardo Sumalavia (Bruguera)17.- Caos calmo de Sandro Veronessi (Anagrama)18.- Postales de invierno de Anne Beattie (Libros del Asteroide)19.- Dietario voluble de Enrique Vila Matas (Anagrama)20.- Nabokov y su Lolita por Nina Berberova (La Compañía)21.- El sindicato de policía Yidish de Michael Chabon (Mondadori)22.- La maravillosa vida breve de Oscar Wao de Junot Díaz (Mondadori)23.- Djuna y Daniel de Ena Lucía Portella (Mondadori)24.- Matadoras de varias autoras (Estruendo Mudo)25.- El libro de cuentos inédito de Alejandro ZambraPor otra parte, no puedo dejar de mencionar que este año han publicado varios alumnos de la escuela que dirijo con Alonso Cueto, cada uno con su estilo y todos con mucha rigurosidad, tomándonse en serio el trabajo. Me refiero a autores como Patricia Miró Quesada, Alfredo Dammert, Ulises Gutiérrez, Jorge Harten, Aldo Vivar. Cumplir mi ambición de insistir en la literatura publicando Un lugar llamado Oreja de perro, y ayudar a otros a cumplir también con sus ambiciones, es definitivamente la mayor felicidad literaria de este 2008. ¿Qué más puedo pedir?



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6 de enero de 2009

Eder. Óleo de Irene Gracia

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El jardí de Volpi

No solo el jardín sino el mar, Jorge Volpi se diversifica. Fuente: casamerica Rompiendo con su ciclo de novelas extensas, la nueva novela de Jorge Volpi, Jardín devastado (Alfaguara) es una pequeña música de cámara. Espero que la vendan en Bogotá para poder leerla. Aunque en cierto modo ya la leí, porque la novela fue apareciendo en fragmentos (100 microcapítulos) en un blog que Jorge administraba en El Boomerang. Dijo Volpi:"Ha sido un proceso doloroso porque desde el principio me plantee explorar el dolor. Creo que la novela es una exploración del narrador, un proceso de liberación, en busca de un libro sobre la indiferencia, sobre el egoísmo como algo circunstancial del ser humano", dice Volpi. A la tarea de analizarse, añadió el cansancio que produce escribir cada capítulo a mano antes de volcarlo en su bitácora. "Escribir a mano cambia bastante el ritmo de la prosa por lo que se cansa la propia mano o por la velocidad que es menor, me gustaba esa combinación entre lo más primario y lo más tecnológico", explica. Capítulos de dos líneas, que más parecen aforismos, intercalados con imágenes narradas en dos páginas, en una prosa que destila poesía. En El jardín devastado, Volpi juega con el halo de ventana a la intimidad que le ofrece la herramienta del blog.



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29 de diciembre de 2008

Eder. Óleo de Irene Gracia

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Kafka en clave chilena

Pato Fernández, de gris, junto a algunos de sus personajes incluida su esposa. Fuente: moleskine Cuando llegué a Santiago de Chile, a raíz de ser jurado de la revista Paula, compré en la primera librería que vi Los nenes de Patricio Fernández, de quien no conocía nada y me llamó la atención verlo en Anagrama. Luego descubrí que se trataba de quien fue director de The Clinic, una especie de periódico de humor muy exitoso (y jamás reproducido, pese a los intentos, en otros países). Pero luego ocurrió otro fenómeno: cada vez que me encontraba con alguien, y le comentaba -sin leerla aún- que la tenía, me decía con orgullo: "Ah, y soy personaje de la novela". Y así ad infinitum. La novela ha tenido una crítica bastante irregular, según sé, en Chile. Pero en España, J.J. Armas Marcelo cuenta en "La Intemperie" que se ha reído mucho. Seguro porque no es personaje de su novela. Dice Armas Marcelo que es "una novela sumamente divertida" y luego agrega (extrañamente):Es una novela "en clave" pero su lectura remite a Kafka tan claramente que uno puede reírse a carcajadas sin reconocer a ninguno de sus personajes que se mueven en sus páginas.Kafka en clave chilena. Ahí sí que me dio un escalofrío. Vamos a ver a qué se refiere JJ Armas Marcelo con esa frase (yo pienso que los únicos kafkianos latinoamericanos son los aduaneros). Voy a terminar la novela aunque, lamentablemente, mi lectura no será tan virginal porque ya sé quiénes son algunos personajes.



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29 de diciembre de 2008

Eder. Óleo de Irene Gracia

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Entrevistado en El Comercio

Pagina de El Comercio con entrevista. Hacer clic para que vena la bonita foto. Fuente: el comercio El narrador y periodista cultural Enrique Planas me entrevistó hace unas semanas en la Galería Lucía de la Puente, delante del cuadro de Luz Letts (que él dice que se llama "la visita" pero yo pensé que se llamaba "al día siguiente") que inspiró no solo la carátula de mi libro, sino incluso el tono y una escena concreta. En la entrevista, Quique me confesó que se iba a poner de "abogado del diablo" y soltar todas las tonterías que se dicen por ahí sobre mí. Y lo hizo, en buena onda además porque me permitió aclarar malentendidos. Por otra parte, gelizmente no salieron un par de preguntas que me hizo Quique ésas sí con una maldad extrema ("¿No crees que a los personajes de tus novelas los dejan sus mujeres porque son muy hermosas?" preguntó, y miré en sus ojos un brillo de malicia). Pero a pesar de lo gentil y buena de la entrevista, con lo que me quedo es con la sensación de haber tenido entre mis manos el cuadro de Luz: Fue como si por un momento el triste cuento de hadas de mi novela se hiciera realidad. Les dejo algunas preguntas:¿Un escritor peruano ya no puede ganar un premio o publicar en España si no escribe sobre la violencia interna?Eso es mentira. Enrique Prochazka ha publicado últimamente en España y no escribe sobre la violencia. Tampoco Jorge Eduardo Benavides, ni Fernando Iwasaki. No se trata de eso...¿Escribir sobre Ayacucho y las cicatrices dejadas por la guerra no fue motivado por la presión de un agente literario que te invita a escribir sobre un tema de moda?Jamás. Guillermo Schavelzon, mi agente, me presionaba pero para entregarle algo, lo que sea. De hecho, nunca pensé que esta novela sería publicada por un sello tan grande como Anagrama. Yo, personalmente, no creo que pueda ganar algo alguna vez. Creo que siempre voy a quedar segundo. Esta novela ha tenido muchas reescrituras. En una primera versión, no aparecía para nada el tema de la violencia. Era la historia de un hombre que estaba todo el tiempo encerrado en su casa, recordando a la mujer que se había ido y al hijo que había muerto. Pero justo en el momento que estaba escribiendo, ocurría la investigación de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación (CVR). Y me di cuenta de que había una comunión entre lo que le pasaba a mi personaje y lo que le pasaba al país.El reflejo del dolor íntimo en el dolor social...El mayor problema al escribir la novela fue descubrir cómo hacer que un personaje tan melancólico, tan abandonado, se interesase en lo que sucede en el país. Necesitaba unir ambas historias. Como esta novela tiene mucho que ver con mi vida, recordé lo que hice cuando tuve mi propia pérdida. Yo perdí a mi hijo cuando mi esposa se fue y se lo llevó. No verlo todos los días es mi pérdida. Y por eso me encerré a ver videos. Una rutina en que agotaba todas las películas de cada director que me interesaba. Cuando ya estaba cansado de ver películas, prendía la televisión. Y entre las cosas que veía estaban los testimonios recogidos por la CVR. Las miraba como un loco observando el desfile de Año Nuevo. Me asombraba muchísimo ser parte de todo eso, pero desde fuera. Recordando eso pensé que mi personaje en algún momento recogería de forma parecida la fibra del dolor. Allí se me ocurrió que fuera periodista.¿Recordar la pérdida también te hizo cambiar la forma de escribir?A mí me encantan los escritores que en la primera frase de una novela dicen: "Hoy murió mi mamá. Tuve que sacar el auto del taller y peleé con el mecánico". Así, lateralmente, el lector tiene que descubrir que si el protagonista patea las llantas y discute con el mecánico se debe a la tristeza por la muerte de su madre, aunque todo el tiempo hable del carro para mostrar su dolor. Pero también me fascinan las novelas en las que uno escribe sacando cosas de dentro, cuando dicen: sufro, lloro, me muero de miedo, tengo pánico de que mi hijo se muera. Me encanta un escritor como Raymond Carver, pero también el diario de Cesare Pavese. Hay momentos en la vida de un escritor que tiene que escribir su expiación. Y en esa expiación no puede haber lirismo. Quería una novela en que tuviera que decir algo concreto. Ofrecer un mensaje literario que se puede subrayar y llevar. Será porque es una novela que escribí para mi hijo.(...)¿Y cómo eras?He tratado de pasar por la vida como el hombre invisible. Todas las cosas que veía me parecían ajenas. La violencia senderista, las relaciones sentimentales, las historias con mi hijo. Como si las personas fueran actores y yo los mirase desde lejos. Y cuando alguien me señalaba, me escondía. Por ejemplo, puedo tener una idea sobre el dolor o la pena, sentirme acongojado cuando leo el informe o reviso los videos de la CVR, pero si en un momento me preguntan qué puedo hacer yo para apoyar, me escondo. Igual, puedo estar muy enamorado de una persona y amarla intensamente, pero cuando me confrontan, cuando me piden que luche por ella, si una novia mía empieza a sentir algo por otra persona, yo no lucho sino que me alejo.(...)¿Cuánta investigación fue necesaria para dar cuenta en tu novela de la violencia que se vivió en un escenario tan difícil como Oreja de Perro?No he ido a Oreja de Perro. Lo que más me interesaba del lugar era el nombre. Tampoco he investigado nada. No sé si habrá luz eléctrica en el pueblo. Eso no me interesaba para escribir. Lo que me interesaba era que la novela sucediera en un lugar que hubiera sufrido mucho; podía haber sido cualquier sitio. Pero el nombre de Oreja de Perro es un regalo. Un perro cuando escucha levanta la oreja, pero no se mueve. Igual que mi personaje, que percibe lo que pasa, pero es incapaz de actuar.(...)¿No crees que la visión mediática de nuestra literatura en España aún nos percibe como algo exótico?Los escritores latinoamericanos estamos siempre en una 'liga' distinta de los españoles. Es como si ellos jugaran en primera división y nosotros en segunda. Y así lo entienden los lectores allá, las editoriales, las librerías y, por supuesto, los periodistas. A mí me molestó una vez en un encuentro en España que un reportero nos preguntara: "¿Por qué no aparece otro García Márquez en América Latina?". Recuerdo que respondí: "Y cuándo aparece otro Cervantes entre ustedes?".



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29 de diciembre de 2008
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Ay, los libreros

Búsquelo entre las novelas policiacas. Fuente: boomerang Todos hemos tenido experiencias como ésta: encontrar libros fuera de lugar en las grandes librerías. Cuando nos sucede resulta indignante, después simplemente cómico. Y a veces es una delicia porque, de no haberse equivocado el librero, jamás hubiéramos encontrado una novela inhallable "protegida por el error". Esto cuenta Jean Francoise Fogel:Tenía que ocurrir : en la mesa de New Crime (nuevas novelas policíacas) de la librería Smith en la calle de Rivoli, la librería más grande para los libros en inglés de París, se ofrece, entre The Butcher of Smithfield ("El carnicero de Smithfield") de Susanna Gregory y The roar of the butterflies ("El gruñido de las mariposas") de Reginald Hill, la edición en bolsillo de una nueva novela: The savage detectives ("Los detectives salvajes") de Roberto Bolaño.Todo me parece claro: buscare La velocidad de la luz de Javier Cercas en ciencias físicas, pero no se por donde buscar Los girasoles ciegos: ¿botánica o patología?

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29 de diciembre de 2008
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Autombombo, una explicación

autobombo. Fuente: l´esclafit Un lector furibundo me escribe:He dudado mucho para enviar este comentario (nunca antes lo he hecho), y he dudado porque no me gusta hablar mal de nadie, pero en este caso tengo que hacerlo, aunque no lo quiera.Soy un viejo lector de tu Moleskine, Iván. Soy de quienes "lloraron" tu primera partida hace un par de años y de quienes se alegraron con tu regreso. No soy tan fan de tus novelas pero creo que eres un escritor de cierto respeto. Sin embargo, de un tiempo a esta parte tu blog me parece de un mal gusto insoportable: el autobombo a la orden del día ya hastía, cansa y genera anticuerpos hasta en quienes nunca tuvimos nada qué reprocharte. Y no es envidia ni mucho menos, créeme. Me alegra tu galardón, y creo que es para estar contento; supongo que el reconocimiento fue una catarsis para sacudirte de tantos años "improductivos" (al menos para la imprenta)y de la mala leche de quienes te agraviaron. El lícito tu festejo y tu algarabía, pero ya pues, hasta ahí nomás. No es para tanto. Muchos han obtenido premios iguales o mejores y se han mostrado menos arrogantes y dispuestos a hablar a cada rato de sí mismos y sus novelas. Que tu novela crezca sola, déjala. Si es buena ya lo dirá el tiempo. Y si no, pues escribe otra mejor. talento tienes, no lo pierdas en "figuretear", escribe.Yo le respondo con absoluta honestidad y sin falta modestia:Lo que ocurre es que mi blog es tan exitoso y leído, que mucha gente se confunde y piensa que es la sección cultural de un diario o una página informativa de internet pegada a una agencia de noticias. Pero no es así: este es mi blog personal y así como coloco las noticias que me interesan, también hablo de mis depresiones, de mis amistades, de mi hijo, de mis amores reales y platónicos, de mis viajes y por supuesto de las cosas que salen sobre mi novela. Es natural y no lo veo nada de malo, sobre todo porque este blog lo administro yo, se me ocurrió a mí y ni siquiera tengo adsense así que es absolutamente Ad Honorem.Por otra parte, si espero que algún otro blog ponga una noticia buena sobre mí tendré que esperar sentado. Han hecho todos un boicot y está bien, no me quejo. Después de todo, Moleskine Literario, gracias a mi dedicación y esfuerzo y, por qué no, talento (qué difícil no ser falso modesto en el perú no?) tiene más lectores que todos esos blogs juntos.Así que tendrás que seguir leyendo nomás las cosas buenas que salen sobre mí, o irte a otro blog. Estás en tu derecho como yo en el mío de comentar lo que quiera...No soy el primero ni seré el único blogger que usa su espacio para comentar sus noticias. Lo ha hecho Daniel Link, Fuguet, Paz Soldán, Faverón, Coral, Paolo de Lima, etc. En general, todos los bloggers del mundo. E incluso lo hace exclusivamente César Gutiérrez, sin que nadie le diga nada. Todo OK. Finalmente, quiero añadir que creo que estos post que hablan sobre mi novela son un servicio a la comunidad. Gracias a ellos los curiosos, lectores, reseñistas y futuros críticos solo tendrán que hacer clic a la etiqueta "thays" u "Oreja de perro" y tendrán toda la información que vale la pena (no la prejuiciosa o simplemente insultante) sobre mi novela en vez de irse de hemeroteca en hemeroteca. ¡Bienvenidos a la nueva era de las comunicaciones literarias!

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24 de diciembre de 2008
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Edmundo Paz Soldán sobre Un lugar llamado Oreja de perro

Carátula de la novela. Fuente: boomerang Edmundo debe tener una excelente memoria, o anotar las cosas en una libreta Moleskine, porque se ha acordado que yo pretendía balzacianamente unificar todas mis novelas bajo el título Armonía Perdida. Pues ese es el título que le ha colocado al post, tan generoso como siempre, ha mi novela Un lugar llamado Oreja de Perro. Publicó en el "Boomeran(g)" su reseña. Por otra parte, también agradezco los comentarios tan elogiosos de los lectores de su blog, incluso el grosero que anda por ahí, y le da el toque de realidad. ¡Un abrazo, Edmundo y gracias! A ver si coordinamos agendas para vernos este año:El regreso de Iván Thays a la ficción no podía haber sido más auspicioso. Un lugar llamado Oreja de Perro, su nueva novela, ha resultado finalista del premio Herralde. En estos años, muchas cosas han cambiado en el estilo de Iván. La prosa, que solía estar llena de florituras, de metáforas, se ha vuelto despojada, directa. Eso la hace más efectiva: "Pensamos que las fotografías, los recortes de periódico, las cartas, los videos, los testimonios, los recuerdos, sostienen la memoria. Pero no la sostienen, la reemplazan".El narrador arrastra las heridas producidas por el fallecimiento de su hijo y el hecho de que su esposa lo haya abandonado; con el panorama personal de una crisis devastadora, acepta el encargo de su periódico, de visitar un caserio en los andes peruanos llamado Oreja de Perro, golpeado por el terrorismo en los años ochenta y donde los militares han sido causantes de violaciones a los derechos humanos. Con gran acierto, Thays convierte a Oreja de Perro, lugar de supuesta reconciliación nacional (el presidente debe lanzar allí un programa asistencialista), en una metáfora de la violencia, de la pérdida, de la descomposición, social y personal: "Imagínate, todos los días descuartizaban perros en Ayacucho. Y si lo ves en un mapa, este sitio parece un pedazo enorme cercenado de alguno de esos perros, o de todos".En Oreja de Perro, el narrador se verá involucrado con Jazmín (una muchacha que padece las secuelas de la violencia) y sabrá de los deseos de venganza de gente del pueblo contra los militares. Descubrirá, también, que hay ciertas tragedias que no se superan, pero que eso no implica el desaliento: hay que aprender a vivir con la armonía perdida. Los que se sorprendieron al ver que este escritor de la intimidad publicaba una novela política, descubrirán que en esta novela la política importa, pero que, como siempre en un libro de Iván Thays, el viaje que de veras cuenta es el interior (El viaje interior es el título de mi novela favorita de Iván). A los que no les haya convencido la inacción del narrador, su autismo, su incapacidad para preocuparse de veras por ese entorno desolador de injusticia social en su país, habrá que decirles que, a pesar del cambio de estilo, Thays es siempre Thays. Aunque esta vez se da incluso el lujo de un final esperanzador. Me encanta ese final "Thays es siempre Thays", a ver su aprenden los que creen que he cambiado para "ganar premios en España" (cosa que no he hecho, soy solo un pobre finalista). Lo que sí no entiendo es, eso sí, que Edmundo prefiera la melodramática El viaje interior a mi nueva novela escrita con los tendones. Ah, Edmundo, un romántico incurable sin duda.

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24 de diciembre de 2008
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Un lugar llamado Oreja de perro en RdL

Guillermo Fadanelli y yo, entonces con pelo largo y no deflecado como lo tengo ahora, en nuestros pueblos fantasmas. Fuente: revistadelibros Una alegría enorme ha sido que la tapa de La Revista de Libros, del diario "El Mercurio", de hoy domingo haya sido destinada al artículo que ha escrito Patricio Jara sobre la reedición de Lodo, la novela de Guillermo Fadanelli publicada en 2002, y Un lugar llamado Oreja de perro, mi novela, ambas publicadas por Anagrama. Patricio ha encontrado un punto de unión en las novelas: las dos suceden en pueblos de apariencia espectral, y en ambas además se intentaría "escapar sin perder la memoria". Dice la nota sobre Lodo de Fadanelli:(...) Lodo cuenta la historia de Benito Torrentera, un solitario profesor de filosofía de 50 años y un metro 80 centímetros, quien está convencido, después de dos décadas en las aulas, de que el futuro de la disciplina se encuentra lejos, muy lejos, de la universidad. Acosado por los fantasmas de los padres fundadores del pensamiento clásico, Torrentera es incapaz de ver el mundo desde otro prisma que no sea la abstracción libresca. Aquello, claro, hasta cuando conoce a Eduarda, una dependiente de la cadena de almacenes Seven Eleven. Ella, 28 años menor, planea robarse la recaudación del día y verá en Torrentera a su mejor aliado. De modo que lo que comienza como una triste novela sobre el resentimiento de un profesor derrotado se transforma en una historia de pistolas y carreteras que conducen a ese "pinche pueblo en el que jamás se detendría ningún policía respetable". El relato, además, es el engranaje que faltaba para articular las otras novelas de Fadanelli, especialmente Educar a los topos y Malacara, que, como explica el propio autor a Revista de Libros, tienen una motivación clara: "A mí no me interesa contar historias, ni entretener a los lectores, sino encontrar sentido al hecho mismo de escribir: el sinsentido, el vacío, el caos están ocultos en los buenos libros, son su esencia". Galardonada con el Premio Nacional de Narrativa Colima de su país, Lodo es una patada en el trasero a la búsqueda de la erudición como fin último, total y excluyente; un corte de mangas a la academia anquilosada y empeñada en entender lo que pensaron otros y perpetuarlo con intolerancia y a rajatabla.Y en lo que respecta a mi novela, dice:Un lugar llamado Oreja de Perro, de Iván Thays, despliega como escenario las ruinas de un pueblo que ha sufrido la violencia de Sendero Luminoso y su doctrina del miedo impuesta por Abimael Guzmán, alguna vez también profesor de filosofía; y junto con ella las asoladas del narcotráfico y de la represión militar. Oreja de Perro (que existe; aún) es un caserío sembrado de fosas comunes donde ha llegado el protagonista de la historia de Thays, un hombre que lleva a cuestas una doble tragedia: la muerte de Paulo, su pequeño hijo, y un matrimonio congelado como consecuencia. Ambos acontecimientos serán prefigurados por Jazmín, una joven lugareña embarazada que oculta un terrible secreto. Un lugar llamado..., que junto con marcar el regreso del autor a la ficción tras casi una década resultó finalista del Premio Herralde, se hace cargo de la memoria personal del periodista-personaje-narrador enviado a cubrir la visita del Presidente Toledo al único lugar donde los campesinos "lograron vencer al terrorismo sin ayuda de la policía" y por lo tanto merecen ser premiados por el Estado ahora que el informe de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación (un símil de nuestra Rettig) los ha puesto en el inventario del horror nacional. "Para él ese lugar es tan espectral como puede serlo una ciudad fantasma o la misma Comala", comenta el novelista desde Lima. "Un lugar remoto, frío, sin sentido, donde se enferma a cada rato, una ciudad irreal llena de sombras de hombres y perros, como si fuera un set de grabación de David Lynch, que pasan por detrás del telón". Thays articula una historia sobre la soledad, sobre aquello que no se puede olvidar y se encorva en la espalda; un peso que en medio de la sierra se encarna en animales famélicos y de ojos lechosos; en campesinos desdentados que hablan quechua y soportan las burlas de los militares; la bota implacable que está allí para recordar que la violencia no ha terminado y que para que un pueblo merezca ser llamado fantasma, entonces siempre alguien tiene que morir.

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21 de diciembre de 2008
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