Skip to main content
Escrito por

Francisco Ferrer Lerín

Francisco Ferrer Lerín (Barcelona, 1942) es poeta, narrador, filólogo y ornitólogo. Traductor, al español, de Flaubert (Trois contes), Claudel (L'Annonce faite à Marie), Tzara (L´Homme approximatif), Monod (Le Hasard et la Nécessité), Montale (Ossi di sepia).

Obra literaria:

De las condiciones humanas, Trimer, 1964; La hora oval, Ocnos, 1971; Cónsul, Península, 1987; Níquel, Mira, 2005; Ciudad propia. Poesía autorizada, Artemisa, 2006; El bestiario de Ferrer Lerín, Galaxia, 2007; Papur, Eclipsados, 2008; Fámulo, Tusquets, 2009; Familias como la mía, Tusquets, 2011; Gingival, Menoscuarto, 2012; Hiela sangre, Tusquets, 2013; Mansa chatarra, Jekyll & Jill, 2014; 30 niñas, Leteradura, 2014; Chance Encounters and Waking Dreams, Michel Eyquem, 2016; Edad del insecto, S.D. Edicions, 2016; El primer búfalo, En picado, 2016; Ciudad Corvina, 21veintiúnversos, 2018; Besos humanos, Anagrama, 2018; Razón y combate, Ediciones imperdonables, 2018; Ferrer Lerín. Un experimento, Universidad de Málaga, 2018; Libro de la confusión, Tusquets, 2019; Arte Casual, Athenaica, 2019; Cuaderno de campo, Contrabando, 2020; Grafo Pez, Libros de la resistencia, 2020; Casos completos, Contrabando, 2021 y Papur, Días contados, 2022. Poesía Reunida, Tusquets 2023. Atlas de Arte Casual, Jot Down Books, 2024.

Blogs de autor

Palabra de Don Luis

Se conoce como acaparador, en el mundo de los anticuarios, a quien lo guarda todo, a quien acumula sin límite y de modo compulsivo, a quien apenas vende, a quien le cuesta vender pese a ser la venta la razón de su negocio. Pues en esas estamos, en un rebosante almacén de mi propiedad, y en el hallazgo en él de una monumental caja de cartón, quizá no abierta desde principios de siglo, donde encuentro un ejemplar de la malograda revista Archipiélago, en concreto el número 41, correspondiente a abril/mayo del año 2000, ejemplar cuya procedencia no recuerdo y que, por su perfecto estado, parece que nadie lo ha tenido en las manos, desde luego no en las mías. El número está dedicado, por un lado, a la cacareada muerte del Arte y, por otro, a la figura de Luis Buñuel, siempre definida como polémica.

La muerte del Arte, tratada con similares argumentos a los que al cabo de los años se esgrimirán para anunciar la muerte de la Novela, dispone de algún artículo grandemente filosófico, tanto, que hace buena esa en exceso chocarrera definición que considera a la Filosofía una actividad encaminada a describir lo obvio con herramientas sofisticadas, por no decir deliberadamente crípticas.

La figura de Luis Buñuel es abordada de modo misceláneo, no exhaustivo, al no haber espacio para otra cosa, destacando, entre todos los artículos, el titulado “Palabra de Don Luis”, un conjunto de frases, atribuidas a Buñuel, seleccionadas y prologadas por Víctor Erice. Un trabajo, que yo suponía iba a abundar, a la perfección, en la imagen hosca que tengo del personaje conocido como El Sordo de Calanda, imagen que, sin embargo, se dulcifica al descubrir que no todas las frases responden a ese patrón, pues se recogen, eso sí en clara desventaja numérica, algunos enunciados que pudiéramos considerar luminosos, incluso clarividentes. Enumero algunos:

Me parece que no era necesario que este mundo existiese, que no era necesario que nosotros estuviéramos aquí.”

Pertenezco, y muy profundamente, a la civilización cristiana. Soy cristiano por la cultura, si no por la fe.”

No quiero hacer el papel de profeta, pero pienso que nos acercamos a la catástrofe final. Si no es por la bomba atómica será por la destrucción del medio ambiente.”

En La edad de oro me propuse ofender al público, sin embargo cuando en Un perro andaluz tuve que cortar el ojo a una ternera muerta, tuve que armarme de valor.”

Entiendo poco a las mujeres, me encuentro mejor entre hombres que entre mujeres.”

Quemaría todas las obras de arte sin el menor remordimiento. A mí no me interesa el Arte. ¿De qué sirven y han servido tanta obras de arte? Prefiero a la Virgen María, que por lo menos era la castidad y la pureza. No me interesan los genios en lo más mínimo si no son personas decentes. Y casi todo lo mejor en el Arte lo hacen o lo han hecho los hijos de puta.”

Las trompetas del Apocalipsis suenan a nuestra puertas, y nosotros nos tapamos los oídos ante los nuevos cuatro jinetes: la superpoblación, la ciencia, la tecnología y la información.”

Leer más
profile avatar
20 de junio de 2024
Blogs de autor

Picasso / Picazo

Hará de esto diez años. Me movía entonces con cierta soltura en el entorno de la Universidad y el Consulado General de España de la ciudad francesa de Pau, capital del departamento de los Pirineos Atlánticos. Recuerdo un almuerzo con el señor cónsul general y con los organizadores españoles y franceses de la exposición montada en el museo de Bellas Artes de dicha ciudad, una exposición, a la que se le dio el título de L´éternel féminin, sustanciada en sesenta y seis grabados pertenecientes a los fondos de la Fundación Picasso de Málaga. Algo diría el cónsul acerca de mi interés por la avifauna y por el arte contemporáneo para que yo me lanzara, de modo imprudente, a especular acerca del apellido Picasso, del sospechoso parecido con “picazo”, el nombre castellano que hasta el siglo XVI se daba al ave que ahora conocemos por “urraca”, tal como lo cita Fadrique de Zúñiga y Sotomayor en su Libro de Cetrería de caça de açor, Salamanca, 1565. Los expertos museólogos, molestos por mi intromisión en su coto cerrado, saltaron al unísono de sus asientos, camino de mi yugular, para corregirme diciendo que no, que “Picasso” era un apellido italiano ya que la familia materna del artista procedía de Liguria… pero, eso sí, no supieron explicar cuál era el significado del mismo. Ahora, por esas cosas del destino, he conocido la historia del apellido, de su origen español, andaluz, con la vacilación característica entre ceceo y seseo, y con la circunstancia de que en época no determinada, unas gentes así apellidadas se establecieron en esa parte de Italia, regresando a España, algunas de ellas, en tiempos recientes, y, además, he averiguado que en el Museo Picasso de Málaga, existe un cuadro, de su época temprana, que está firmado “Picazo”. O sea, según escribe Jesús Esteban Rodríguez en El Periódico de Extremadura el 9 de junio del pasado año, unos españoles de apellido Picasso, quizá procedentes de Málaga, se fueron a vivir a las posesiones ligures que tenía España y, luego, se perdieron, hasta que, en un movimiento de ida y vuelta, algunos regresaron, y, en cuanto a la vacilación entre “z” y “ss”, cita el caso de otro pintor, el sevillano Pedro José de Uceda, cuyo apellido aparece a veces como “Uzeda” y otras como “Usseda”. Y otra cosa, y esto lo digo yo, el nombre italiano de la urraca es “gazza”, y “Picazo” es apellido español contemporáneo, recordemos a Miguel Picazo y su Tía Tula, y a Mario Picazo, meteorólogo televisivo a caballo entre Estados Unidos y España.

Leer más
profile avatar
12 de junio de 2024
Blogs de autor

A propósito de la Clase Aves

Una ilustración en la revista Playboy, en color y a toda página, nos permite ver a un anciano y señorial caballero sentado en un sillón chesterfield de cuero, en el centro de una lujosa habitación, en el momento en que su exuberante, joven y pizpireta esposa se asoma a una de las puertas y un reloj de cuco da la hora. Se trata de un chiste aunque el lector no anglosajón y de exiguos conocimientos ornitológicos no le vea la gracia; el cuco o cuclillo (Cuculus canorus) es ave poliándrica, cada hembra tiene varios machos; en inglés “cuckold” es “cornudo” y la proximidad de este término con otro de esa lengua, “cuckoo”, nuestro “cuclillo”, es notoria.

En España aún quedan regiones, Aragón, Cataluña, Galicia, León, Extremadura, en algunas de cuyas comarcas nuestra lengua romance se obstina en no evolucionar y se sigue nombrando “pardal”, por su coloración parda, al pájaro al que mayoritariamente llamamos “gorrión” (Passer sp.). En tiempos, “pardal” se mantuvo hasta que la homonimia obscena (“pardal” era uno de los nombres del miembro viril) resultó insoportable, recuperándose o acuñando entonces un apelativo, quizá onomatopéyico, desde luego no latino, el hoy extendido “gorrión”, con sus numerosas variantes como “gurrión”, “gurriato”, “gurrió”, “gorrió” y “gorriato”.

"Diminutivo", nos dice la RAE, es el sufijo que añadido a un nombre le otorga, entre otras cosas, carácter afectivo; de hecho coincide con "hipocorístico" en su condición infantil y cariñosa. Las niñas muy amigas se hermanan o, mejor, se hacen primas, “primillas”, en prácticamente toda Andalucía, y los cernícalos primilla (Falco naumanni), la rapaz diurna europea de menor tamaño nidifica (o nidificaba, hoy ha sido en gran parte exterminada) en el interior de los pueblos, en los mechinales de los campanarios y bajo las tejas árabes de las cubiertas de las viviendas. El concepto “primilla” en lo que tiene de familiar, cotidiano, cómplice, se aplicó a un ave que convivía con los humanos.

Ocurre algo parecido con “adrián”, referido a los globosos y notorios nidos de urraca (Pica pica) en localidades, como San Adrián de Navarra, en las que es común el nombre masculino “Adrián”, igual que son comunes los nidos de urraca en los árboles que flanquean los caminos por los que al atardecer pasean grupos de vecinos. Es decir, pues, que en la villa adrianesa se adjudica el más común de los nombres de pila de sus vecinos a la más común de sus estructuras orníticas.

Leer más
profile avatar
6 de junio de 2024
Blogs de autor

Asuntos espinosos y confusos

Confucio y Jorge Luis Borges gozan del reconocido prestigio que atesoran los grandes emisores de cuidados, chocantes y, a menudo, escandalosos comentarios que luego el paso del tiempo y la labor de exegetas y fabuladores convierten en citas. Ambos personajes, actualmente en clara decadencia en los índices de popularidad, por ejemplo entre los jóvenes, aún mantienen, sin embargo, la capacidad de generar o tutelar información reservada, de ser faros, guías en el complejo horizonte de la autoridad intelectual.

De Borges conozco un par de reflexiones, de comentarios que, seguro, nadie me contó, comentarios suyos que leí en alguna parte, parte que no logro localizar por más esfuerzos de buceo realizados en los libros de mi biblioteca y en mis cuadernos.

La primera reflexión se produce, cómo no, durante una entrevista, creo que mano a mano, pues no recuerdo ninguna rueda de prensa en la que participara, y es resultado de una pregunta directa del periodista o, quizá, al hilo de una pregunta más amplia que el Gran Ciego reconduce. Supongamos por tanto que el periodista pregunta a Borges en qué país le hubiera gustado nacer si no lo hubiera hecho en Argentina. Borges contesta rápido, sin circunloquios, que en ese caso le hubiera gustado nacer en Inglaterra (no en ese poco preciso y moderno concepto denominado Reino Unido) pero, y aquí llegamos al punto al que queríamos llegar, si eso no hubiera sido posible, aclara Borges, me hubiera gustado nacer en España, desde luego en Andalucía… y de las demás regiones no vamos a hacer mención, aunque él sí la hace.

Una segunda reflexión borgiana se produce también durante una entrevista, ignoro si de carácter más político, y se sustancia en una lapidaria y quizá profética frase: “no creo en la democracia, la democracia es un abuso de la aritmética”.

Encuentro ahora, de repente, gracias a Google, información directa de esas dos reflexiones, pero la información de internet no es mimética respecto a ellas, varios matices las distancian, del mismo modo que es posible, diría casi con absoluta certeza, que mis reflexiones actuales, las que acabo de mencionar, también se distancien del original, de la fuente que no recuerdo, de una fuente que quizá no fuera otra que una lectura apresurada de las informaciones, antiguas, que ahora me llegan, merced al indispensable buscador.

Leer más
profile avatar
31 de mayo de 2024
Blogs de autor

La pandilla

'Abril es el mes más cruel en la gran alcoba’, inicio del poema “Railroad Farewell” (1973), publicado en libro por primera vez en Cónsul (1987), constituye uno de los pocos elementos que podrían dar carácter de "generación" a mi nexo con el grupo de amigos aficionados a la carne de ternera con los que, a finales de los sesenta y comienzos de los setenta, visitaba a diario, en la ciudad de Barcelona, cuando esta no era lo mismo que Cataluña, las galerías de arte y las librerías de viejo. Me refiero a Félix de Azúa, Pedro Gimferrer, Leopoldo María Panero, como componentes del grupo y, me refiero, como elemento característico del agrupamiento generacional, al intercambio de manuscritos y otros croquis; es decir le paso a Félix de Azúa ese texto y él lo corrige sustituyendo "gran alcoba" por "gran estancia", dado su proverbial alejamiento de las cosas del amor y conduciendo así a Eliot al brumoso interior de una estación de ferrocarril. Luego, el término "estancia" fue devorado por el mundo de la publicidad y volví al término primigenio, "alcoba".

Un segundo elemento que también podría dar carácter de generación, en esa línea de intercambio, es la cita que Pedro Gimferrer utiliza al final de su primer libro, Mensaje del tetrarca (1963); se trata de los dos últimos versos del poema “Antiguo” (1961) que aparecerá luego en mi primer libro, De las condiciones humanas (1964), cita que, como la que la acompaña, de Edgar Allan Poe, pasará a mejor vida en ediciones posteriores.

Tercer elemento sería el artículo de Leopoldo María Panero “Última poesía no-española”, publicado en junio de 1979 en Poesía. Revista de ilustración poética, en el que enumera a algunos poetas coetáneos suyos prestando especial atención a los componentes del cónclave barcelonés.

Estoy hablando de mí, de no considerar como generacional la relación establecida con Azúa, Gimferrer y Panero durante los sesenta y setenta, aunque puede, y de ello es buena muestra su participación en la celebrada antología Nueve novísimos poetas españoles (1970) de José María Castellet, que la relación literaria entre ellos fuera más sólida y, también hablo, de que, curiosamente, años después, se acuñara, con diversas variantes, el rótulo referido a mi persona, ‘padre nutricio de la secta novísima’, en especial a partir del capítulo “Biografías” del volumen titulado Pasiones literarias (2001), editado por Mónica Monteys Pi, volumen recopilatorio de un ciclo de conferencias celebradas en el Instituto Francés de Barcelona.

O sea que una posición excéntrica respecto al movimiento novísimo no descarta ciertos vínculos geográficos, cronológicos, sociales y culturales con su núcleo, con sus componentes más preclaros, y que los elementos antes señalados permitan que algunos teóricos y periodistas culturales mantengan el discurso, pese al tiempo discurrido, de mi prelatura, o al menos de mi pertenencia tangencial a esa etapa del campo minado de las generaciones literarias. Y como incómodo remate, un hecho sumido ya en una letal nebulosa, el manuscrito del poemario que, al ingresar en el ejército, dejé, casi di en custodia, a uno de los vates carnívoros y que, al regresar del frente, él y unos testigos de la entrega, negaron su existencia; Homenaje a Perse (1961), se llamaba el libro, parcialmente reproducido a partir de unos apuntes en Edad del insecto (2016).

Leer más
profile avatar
29 de abril de 2024
Blogs de autor

Hienas

‘Cuatro son las especies de hienas existentes en la actualidad, la hiena de tierra (Proteles cristata), la hiena manchada (Crocuta crocuta), la hiena parda (Parahyaena brunnea) y la hiena rayada (Hyaena hyaena), aunque los hábitos carroñeros a los que se asocia el término hiena son sólo aplicables sensu stricto a las tres últimas, en especial a Parahyaena’. Así inicié mi disertación sobre “Necrofagia en Mamíferos Salvajes” en el Centro de Estrategias para el Mantenimiento de la Biodiversidad (CEMB) el pasado 4 de marzo, y poco podía imaginar el revuelo que causaría.

Como aspecto colateral hablé del Cuerno de África, donde algunas aldeas están habitadas exclusivamente por hombres hiena, individuos que de noche se transforman en monstruos caníbales que se ceban con la gente sencilla, especialmente con los amantes clandestinos. Se sabe, avancé, que estas criaturas disponen de forma humana y que desempeñan determinados oficios, el más habitual el de herrero, por lo que determinadas señales inequívocas de su condición monstruosa, cuerpo peludo, ojos rojos y brillantes, voz nasal, pasan desapercibidas por la oscuridad y el fragor de la herrería. Es lógico entender, por lo tanto, que los herreros sean vistos con bastante desconfianza por los campesinos; un oficio, la herrería, de carácter hereditario en esos territorios, ejercido, por ejemplo, en Etiopía, en régimen de exclusividad por hombres judíos, herreros hiena que además de asesinos son saqueadores de tumbas a medianoche, devoradores de cadáveres cristianos a los que desentierran con particular ferocidad y saña.

Pero el cambio de actitud del público asistente a mi disertación no se produjo durante el relato de los non sanctos intereses tróficos de las hienas y de los hombres hiena, sino con la corrección léxica con la que quise cerrar el acto. Me refiero a unas notas sobre el apellido Ferrer, a la atribución tradicional y equivocada del origen geográfico de este apellido de oficio, de este apellido judío.

Parece que la desigualdad regional no es cosa de ahora mismo. Quizá un mayor poderío económico, o una mayor tendencia a destinar parte del capital a ensalzar, a tergiversar la historia local, ha propiciado, desde finales del XIX, la investigación tendenciosa en el campo de la etimología para convertir a la lengua catalana en la fuente de multitud de nombres, sustantivos y propios, de utilización frecuente en castellano; los apellidos no escapan a esta regla, y así el apellido Ferrer ha sido siempre considerado un apellido catalán, como mucho un apellido de la Corona de Aragón.

Sin embargo, en el Diccionario de Autoridades (1732), encontramos la voz ferrer documentándola con un ejemplo del historiador renacentista Fray Antonio de Guevara (1480-1545), un pasaje, de su “Epístola al Obispo de Badajoz explicándole un fuero de aquella Ciudad”, en el que se lee ‘...reja que no huebrare por descura de ferrer...’; y a continuación el diccionario informa ‘que antiguamente en España llamaban ferrer al que nosotros llamamos herrero’. Vemos pues, sin dificultad, que un tan bajo y común oficio como el de herrero motivaría la creación de un apellido, como se motivaron, por igual circunstancia, otros apellidos como Cabrerizo, Ovejero, Vaquero, Carnicero y Fustero, motivación general a toda España, pero que quedó así, en esa forma ferrer, en las regiones en las que la lengua evolucionó poco, o no evolucionó.

Y como coda decir que soy consciente de que lo dicho respecto a los orígenes del apellido Ferrer no es fácil de soportar por los pobladores de esas tierras nororientales peninsulares, por lo que los aspavientos y palabras gruesas no me causaron, no me causan, ninguna extrañeza, pero sí, y lo reconozco abiertamente, un vivo malestar y cierto miedo.

Leer más
profile avatar
1 de abril de 2024

Jekyll and Jill editorial, 2018

Blogs de autor

Realismus

Sí, quizá tendría que abandonar, y para siempre, esa tontería de que “sin lectores no hay autores”, de que es necesario saber que te leen, latiguillos que antes no empleaba, todo lo contrario, me erigía en autor y lector, puede que único, de mis escritos, una postura ejercida, consciente o inconscientemente, durante buena parte de mi primera etapa como escritor, autosuficiente, autofagocitaria, masturbatoria, que despreciaba la posible complacencia, participación, de otros lectores que no fueran yo mismo. Ahora, y en este periodo incluyo los últimos quince o veinte años, me dio por declarar, para la galería, para congraciarme, que no tenía sentido escribir si detrás no estaba una, nutrida quizá, cohorte de lectores entusiasmados con mi literatura, y ahí quedaba, más o menos confusamente explicitada, que esta debía ser realista, comprensible, que no requiriera esfuerzo por parte del lector, apoyada en la cotidianidad, en lo normal, en la norma sintáctica, en lo que sucede entre gente como nosotros, sobre todo en cómo hablan, en cómo se expresan, lineal, diáfanamente, una literatura que retratara el mundo tangible, alejada, en suma, de cualquier atisbo de ficcionalidad. Ese libro de Ben Marcus y Rubén Martín Giráldez Por qué la literatura experimental amenaza con destruir la edición, a Jonathan Frazer y la vida tal y como la conocemos (Jekyll & Jill, Zaragoza, 2018), describe, con precisión, la cruzada no inocua a favor de la literatura amable y, yo mismo, en este blog, El Boomeran(g), en el artículo “Lectores, espectadores” (16.12.15), hablé del ansia de realidad en el consumidor moderno de narrativa, en el consumidor de cine, de series televisivas, formato este último que se ennoblece cuando tranquiliza al espectador colocando, en lugar bien visible, la advertencia de que la historia está basada en hechos reales. ¿Para qué comprensión lectora? La vida misma en escena. Contada como Dios manda. El Orden. La muerte de la Imaginación. La muerte del Artista.

 

Leer más
profile avatar
11 de marzo de 2024
Blogs de autor

Gongorismos

Los hermanos Isabel y Luis Millé Giménez irrumpen en mi vida el martes 16 del mes pasado. Abro una de las cajas de libros que me envían del almacén de Barcelona y me encuentro con las Obras Completas de Luis de Góngora y Argote, pero por partida doble; dos ejemplares, como nuevos, de la sexta edición, primera reimpresión, publicada por Aguilar en Madrid en 1972 dentro de su colección Joya. No me pregunto el porqué de la duplicidad y paso a investigar quiénes son (eran) dichos hermanos Millé, recopiladores, prologuistas y anotadores del volumen.

Wikipedia informa que Isabel Millé Giménez (Almería, 31 de diciembre de 1894 - 9 de septiembre de 1990) fue una investigadora, bibliotecaria y poetisa española que tuvo una formación amplia y una educación exquisita, desarrollando su trabajo como archivista e investigadora con su hermano Juan, con el que publicó, en 1932 (a veces consta 1933), la obra completa de Góngora.

Luego, en la página Biografías de Mujeres Andaluzas, completo la información aportada por Wikipedia, conociendo que su padre era un ingeniero barcelonés, perteneciente a la alta burguesía, que se trasladó a Almería atraído por las posibilidades de negocio en el mundo de la minería y que contrajo matrimonio con una joven almeriense, también de buena posición, con la que tuvo ocho hijos, viniéndose todo al traste al quebrar la empresa (una fábrica se nos dice). Entre los hijos, dispersados por el mundo para poder seguir adelante, fue Isabel la que cosechó mayores triunfos; licenciada en Lenguas Clásicas y Lenguas Semíticas, titulada en Archivos y Bibliotecas, erudita en Historia, traductora del árabe, latín y griego, hablando correctamente inglés, francés, italiano, portugués y alemán, méritos que acentúa la página, de redacción más reciente que Wikipedia, y que se enmarcan en la actual línea de glorificación de la mujer, insistiendo en la condición culta de Isabel (también lo fue su madre), condición que, quizá involuntariamente, nos lleve a suponer que no era la habitual en las mujeres en España... en aquellos años.

Pero no es la biografía de Isabel Millé Giménez (su hermano resulta empequeñecido ante semejante despliegue) lo que llama la atención del librito (en octavo y 1294 páginas en papel biblia), sino la presencia de curiosas referencias, contenidas en los textos de Góngora, referencias que yo tenía olvidadas o que no conocía. Cito tres de esas referencias… y una coincidencia ajena:

Página 417: El último verso de la primera estrofa de la letrilla XXII, de las atribuidas a Góngora, termina con el verso “en las montañas de Jaca”, localización claramente caprichosa, puro ripio, pero que quiere remitir a lejanía y exotismo, sensación lógica desde la apacible Córdoba y en aquel tiempo, y que ahora, dada mi vinculación a la ciudad pirenaica, me produce una sensación contraria, la necesidad de bajarme al Sur, civilizado y culto.

Página: 968: De golpe Luis de Góngora se hermana con Marcel Duchamp y Salvador Dalí. En la carta que Góngora envía, el 11 de agosto de 1620, a Don Francisco del Corral, le dice “El Duque se hizo sordo, y Don Octavio, por último término, le dio otros dos días, y cumplidos hizo leva y llegó a Cadaqués, que es puerto de Cataluña”. Cadaqués y Góngora, menudo anacronismo. La Costa Brava, paradigma del boom turístico, aludida, no con este moderno nombre, claro está, por un autor cordobés del Siglo de Oro, siglo en el que pareciera que Cadaqués no pudiera existir, aunque la etimología, pese a su irreductible condición especulativa, hace venir el topónimo ‘Cadaqués’, por otra parte ya citado en documentos medievales, de un resonante ‘Cap de quers’, ‘Cabo de rocas’, solución que nos invita a trasladarnos a una época anterior a la de las partidas de ajedrez entre Duchamp y Teeny en el casino o en el bar Melitón de la localidad gerundense, bar donde Dalí ejercía de anfitrión.

Página 1017: La inevitable conciencia ambiental, la pasión conservacionista, el grado de conocimiento de la fauna logrado tras la dosis diaria de inmersión naturalista en los documentales de la 2 de TVE, generan un sobresalto al leer, en la carta que Góngora dirige, el 15 de febrero de 1622, también a Don Francisco del Corral, “Su Majestad creo que ha salido hoy a montería de lobos y se dispone para otra mayor en los montes de Toledo, de osos”. Sobresalto no por la sangrienta acción venatoria (estamos acostumbrados a ello), sino por la existencia de osos en los montes de Toledo, ya que los lobos no sorprenden, fueron una especie común hace menos de un siglo, un cánido cuya gran movilidad le permite aparecer en cualquier punto, pero salir de montería de osos supone que el estable plantígrado abunda en esos lugares, que existen ecosistemas capaces de albergarlo, que eran tiempos en los que quizá el oso y el lobo aún convivían con adivas y cebros.

La coincidencia: Y como coda, sórdida y fatal, recordar que el término ‘Góngora’, pronunciado en voz muy baja y, a menudo, temblorosa, fue la habitual y duradera consigna, el password que manejaban los connaisseurs de la Barcelona de los años sesenta, la palabra que permitía acceder a los servicios pseudosanitarios de interrupción del embarazo, al menos en discretos pisos de la Ronda San Antonio y de las calles Calvet y Diputación.

Leer más
profile avatar
5 de febrero de 2024
Blogs de autor

Parecidos

Una de mis profesiones mejor remuneradas es la de buscador de parecidos. Ahora, por mi alta edad, he reducido el volumen de trabajo, pero eso no significa que desprecie las ofertas cuando resultan suculentas y el contratante es, por ejemplo, una de las más secretas agencias de inteligencia. He de mantenerme pues en forma, por lo que siempre que se tercie procuro practicar, como por ejemplo el otro día a raíz de la proyección en la televisión pública de la película El exorcista, una cinta de 1973, dirigida por William Friedkin, con guion del novelista William Peter Blatty, educado en los Jesuitas, en la que se lleva a cabo un exorcismo, una ceremonia encaminada a expulsar el demonio de un cuerpo humano vivo, en este caso el cuerpo de una adolescente.

No me resultó difícil encontrar parecidos; tres en concreto. El primero entre Regan MacNeil, la niña poseída [Linda Blair], y Orosia Mengo, mi churrera de tallos, porras, tejeringos y demás frutas de sartén. El segundo, entre Chris MacNeil, madre de Regan MacNeil [Ellen Burstyn], y Blanca Cepo, mi profesora de billar francés o billar de carambolas. Y el tercero, entre el Padre Damien Karras, el cura amigo de la familia [Jason Miller], y Juan Manuel Molina Damiani, del que ahora doy razón mediante la copia del texto que escribí el 21 de junio de 2012.

“Cogí el AVE en Zaragoza, el que sale a las 11:43 y llega a Madrid a las 13:10. Mi asiento era el 13D, lo que supone ventanilla, pero tuve suerte, el 13C quedó vacío y así pude cambiarme apartándome del sol que, pese a la persiana, pegaba con fuerza. El asiento 12B estaba ocupado por una mujer catalana (el tren tenía su origen en Barcelona), de unos 45 años, que no dejó de hablar ni un solo instante con la que ocupaba el asiento 12C por lo que, al quedar el pasillo en medio, permaneció sentada de lado durante todo el viaje, de cara a su interlocutora, que no volvió siquiera la cabeza. Eran psicólogas y preparaban su intervención en un simposio. La tenía pues justo enfrente y, aunque intenté no fijarme en ella, había algo que me intrigaba y que, pese a la desagradable palabrería, hizo que le fuera prestando cada vez más atención. De golpe me di cuenta. Era su parecido, su enorme parecido con una persona a la que había visto hacía poco; me refiero a mi amigo el escritor y profesor jienense Juan Manuel Molina Damiani. Quedé ofuscado, tan grande era su semejanza y, ella, creyendo que mi interés era de otro tipo, comenzó a ensayar unas maniobras de pavoneo francamente deplorables. Se levantó un par de veces recorriendo el pasillo con toscos contoneos y, al sentarse, abrió y cerró los ojos con lentitud hasta fijarlos en los míos. Pero, pese a los coqueteos y aspavientos que, lógicamente, nunca se habrían dado en Molina Damiani, su similitud me parecía cada vez más evidente. Repasé qué sabía de la familia de mi amigo y concluí que no tenía hermanas, siendo por otra parte imposible que la psicóloga fuera una hija espuria o su señora madre. Decidí no darle más importancia y me dediqué a leer un folleto sobre el vino de Cariñena pero, a los pocos minutos, la oí toser con fuerza, con esa forma característica de los grandes fumadores. La miré y vi ante mí a Juan Manuel con pechos, hablando en catalán y con la falda subida hasta mostrar generosamente los muslos. No pude más. Cogí el móvil. Busqué su número en la agenda. Constaba como Damiani. Y marqué. Fue muy rápido. En seguida empezó a sonar. Rebuscó nerviosa en el bolso. Agarró con fuerza el móvil. Pulsó la tecla. Y yo colgué.”

La relectura de este texto, palmaria descripción de aquel suceso ocurrido en el AVE, me ha producido desasosiego. Que un mismo individuo genere dos semejanzas tan dispares, Padre Karras y psicóloga catalana, cuestiona la fiabilidad del procedimiento, advierte de la fragilidad de los patrones que empleo, inútiles a la hora de fijar un parecido fiable, exacto, plausible si he de venderlo a mi exigente clientela.

Leer más
profile avatar
20 de enero de 2024
Blogs de autor

Subrayado

Hoy he subrayado para el futuro. He subrayado para los que lean este ejemplar de la biografía de Anton Bruckner, la que escribiera Eduardo Storni Armanini. Me queda poco de vida y el destino de mi biblioteca es incierto. Dejando aparte algunos títulos de posible interés bibliófilo, que mis herederos ya deben de estar vendiendo, la práctica totalidad de los volúmenes irá a parar a manos de traperos y demás maleantes. Quizá, en el fragor del desconcierto de los mercadillos y tenderetes, algún avispado lector descubra esta irregular obra y comulgue con mis ideas, coincida con mis apreciaciones sobre el organista austríaco que, a su vez, no son especialmente amables con las del autor del libro. Voy a firmar los subrayados o, quizá, mejor, a estampar un exlibris. La vanidad se mantiene incólume en esta cruel postrimería.

Leer más
profile avatar
26 de diciembre de 2023
Close Menu
El Boomeran(g)
Resumen de privacidad

Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.