Vicente Molina Foix
Te lancé al vendaval de las pasiones
Sin la coraza puesta
Federico García Lorca
I
Te veo por un hueco de las almenas.
Soy el señor del castillo.
El único sin reino visible.
Y te veo caer
entre la fanfarria
de los cortesanos.
Son mis súbditos.
Los que te precedieron
con mansedumbre
en el corazón.
Ellos también caían
al foso árido
que nos separa
de los demás.
Los demás.
Los que a nosotros nos ven
como reptiles estériles
en el árido foso de una fortaleza
sin armas/inerme.
No tuve que empujarles al vacío.
Tampoco a ti hizo falta
darte el golpe de gracia del último abrazo.
Tu caías como la flor cansada
de estar
unida al tallo.
II
Mientras caes,
tu cuerpo se hace leve,
y mi alma dura,
sin la coraza puesta.
Viniste casi desnudo,
y yo te cubrí
con el metal de los golpes.
Qué monarca más arduo y seco.
Qué reinado más corto o más injusto.
Qué dinastía de amores sin sucesión.
________________
Vicente Molina Foix
[Este poema reciente forma parte de una serie de Variaciones que compondrán, junto a otras secciones, un futuro libro de versos. Una versión algo distinta de Coraza apareció poco antes del verano de 2016 en el libro colectivo de homenaje a Federico G.L. titulado Una brisa que viene dormida por las ramas, en edición de Miguel Losada.]