Skip to main content
Blogs de autor

La dignidad del espectáculo

Por 3 de noviembre de 2008 diciembre 23rd, 2020 Sin comentarios

Félix de Azúa

Las noticias sobre el aumento del paro mencionan un recorte sobre la totalidad de los campos: agricultores, albañiles, peluqueras, arquitectos, anestesistas, todos sufren la rebaja laboral. Hay dos campos, sin embargo, que se libran, los funcionarios y los políticos. La administración y los políticos componen un gigantesco teatro llamado "El Estado" donde se representan obras dramáticas, las cuales requieren una enormidad de personal. Algunos están en la tramoya o a cargo del aparato técnico (iluministas, ingenieros de sonido, escenaristas), otros en la gestión cívica y comercial (abogados, gerentes), son los que sostienen el sombrajo y tanto si representan "El Franquismo" como "La Democracia" siguen en sus lugares. Porque lo curioso de la pieza, lo que cambia, son los actores. Ellos hacen creíble o increíble la obra y reciben el aplauso o el silbido del público, que es quien paga el montaje.

Todo reposa sobre la célebre "suspensión de la incredulidad". Amo asistir al teatro por la misma razón que amo leer novelas, porque durante un tiempo suspendo mi razón crítica y acepto que ese señor que gesticula en el escenario es Falstaff, aunque bien sé que es Orson Welles. Suspender la incredibilidad es un placer y permite vivir experiencias imposibles. No obstante, si Orson, por incompetencia, se olvida del texto o se dirige a un espectador para pedirle un cigarro, la suspensión de mi incredulidad se frustra y protesto furiosamente. ¿Cómo se atreve Orson Welles a sustituir a Hamlet? Y eso es lo que sucede cuando los actores de la democracia se compran, con nuestro dinero, un despacho o un automóvil grotescos, o hacen un viaje caprichoso, o regalan a hermanos y amantes un sueldo fijo, o se van de lenocinio. En ese momento desaparece el President del Parlament o la figura sagrada del nacionalismo gallego y aparece un tipo que finalmente sólo es un redactor de El Mundo Deportivo llamado Benach. La gente, con toda la razón, lo considera una estafa y le tira huevos. No es por la pasta, es por el espectáculo.

Artículo publicado en: El Periódico, 1 de noviembre de 2008.

profile avatar

Félix de Azúa

Félix de Azúa nació en Barcelona en 1944. Doctor en Filosofía y catedrático de Estética, es colaborador habitual del diario El País. Ha publicado los libros de poemas Cepo para nutria, El velo en el rostro de Agamenón, Edgar en Stephane, Lengua de cal y Farra. Su poesía está reunida, hasta 2007, en Última sangre. Ha publicado las novelas Las lecciones de Jena, Las lecciones suspendidas, Ultima lección, Mansura, Historia de un idiota contada por él mismo, Diario de un hombre humillado (Premio Herralde), Cambio de bandera, Demasiadas preguntas y Momentos decisivos. Su obra ensayística es amplia: La paradoja del primitivo, El aprendizaje de la decepción, Venecia, Baudelaire y el artista de la vida moderna, Diccionario de las artes, Salidas de tono, Lecturas compulsivas, La invención de Caín, Cortocircuitos: imágenes mudas, Esplendor y nada y La pasión domesticada. Los libros recientes son Ovejas negras, Abierto a todas horasAutobiografía sin vida (Mondadori, 2010) y Autobiografía de papel (Mondadori, 2013)Una edición ampliada y corregida de La invención de Caín ha sido publicada por la editorial Debate en 2015; Génesis (Literatura Random House, 2015). Nuevas lecturas compulsivas (Círculo de Tiza, 2017), Volver la mirada, Ensayos sobre arte (Debate, 2019) y El arte del futuro. Ensayos sobre música (Debate, 2022) son sus últimos libros.  Escritor experto en todos los géneros, su obra se caracteriza por un notable sentido del humor y una profunda capacidad de análisis. En junio de 2015, fue elegido miembro de la Real Academia Española para ocupar el sillón "H".

Obras asociadas
Close Menu
El Boomeran(g)
Resumen de privacidad

Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.