
Eder. Óleo de Irene Gracia
Eduardo Gil Bera
Los periodistas alemanes llaman, para variar, “die Iberer” (los íberos) a los españoles, sobre todo, a los futbolistas. Y los periodistas íberos titulan “galos” a los franceses, cada dos por tres. Dicen el ministro galo, la policía gala, o los ciclistas galos, como si estuvieran en un cómic de Astérix. Los periodistas galos, por su parte, no menos que los íberos, nombran “teutones” a los alemanes, el portero teutón, la escuadra teutona, como lo harían, qué sé yo, Tácito o Tito Livio. Y no olvidemos a los "transalpinos", que vienen a ser los italianos para los periodistas íberos, galos y teutones, como si hablaran desde el punto de vista de Aníbal.