Víctor Gómez Pin
En la Recherche se denomina resurrección a la transformación cualitativa de algo que acompaña a los hombres en todo momento, pero que en la existencia ordinaria carece de acuidad, presenta aristas ficticias, superficiales. Lo que resucita son los contenidos de la memoria, en la medida en que ésta deja de ser una facultad asténica, es decir, en la medida en que deja de ser lo que habitualmente designamos por memoria:
"Estas resurrecciones del pasado, en el segundo que duran, son tan radicales que no solamente fuerzan nuestros ojos para que, dejando de ver la habitación que se halla en su entorno, contemplen la ruta bordeada de árboles o la marea que sube. Asimismo fuerzan nuestras fosas nasales a respirar el aire de lugares alejados, nuestra voluntad a escoger entre proyectos diferentes, que estas mismas resurrecciones nos proponen…" (IV, 453-454)
¿Razón de esta singular vivencia? Nada misterioso y ni siquiera nada nuevo tratándose del ser humano, del ser cabalmente humano, del humano -nos dice el Narrador- que precisamente en tales resurrecciones recupera su esencia. Pues el ser humano es portador de una prodigiosa capacidad de vincular lo que se da en la presencia y lo que está ya fuera de ella, de tal manera que "el comedor marino de Balbec (…) intentaba fragilizar la solidez del palacete de los Guermantes, forzar sus puertas (…) pues siempre, en estas resurrecciones, el lugar alejado, surgido en torno a la sensación común, se superponía un instante, como un luchador, al lugar actual" (IV, 453)